La Teoría del  “Big Bang” (la gran explosión)

La Teoría del “Big Bang” (la gran explosión)

Pláticas entre Padres...

Las pláticas de los niños en los parques no nos parecen interesantes. A veces están jugando algo imaginario, y están sobrevolando naves espaciales sobre planetas lejanos. O, bien pueden estar jugando que son choferes de carros de carrera y están por llegar a la meta. Las niñas no se quedan lejos, ¡también son pilotos de aviones de guerra, y capitanes de barcos!
Pero en esta ocasión observaba a dos niños que se habían conocido momentos antes en los juegos infantiles trepando las barras y deslizándose por los toboganes. Me llamó la atención que mientras estaban encaramados en la parte más alta de las barras, uno le dijo al otro, “A mí me gusta estudiar lo que pasó en el Big Bang. Así es como comenzó nuestro universo. La explosión fue tan fuerte que hasta el día de hoy el universo se sigue expandiendo.” “Momentito, momentito”, dije para mis adentros, esto se trata de algo serio. “Ah, sí”, respondió el otro sin querer quedarse atrás. “Nuestro sistema solar es parte de la galaxia que se llama la Vía Láctea que se formó de esa explosión. Es muy interesante.” A mi parecer, ninguno de los dos niños todavía cumplía los 8 años. “Bueno, sí”, respondió el primero. “Nuestra galaxia es apenas una de millones de galaxias que forman la Vía Láctea. Algún día me gustaría explorar. Me voy a inventar un sistema de transporte más rápido que la luz, para poder ir a muchas galaxias.” “Nuestro mundo está en buenas manos”, pensé, “si estos chiquillos ya piensan en esas cosas.” Pero el primer niño no había terminado. “He leído mucho del Big Bang”, dijo. “Por eso no creo que Dios existe.”
El otro niño dejó que terminara. Pero después de una pausa, le respondió, “¿Y cómo no vas a creer en Dios, si Jesús murió en la cruz por tus pecados?” Con esa, casi se me cae la taza de café que estaba tomando. El otro niño lo miró con mirada confundida, y dijo: “Jesús, Jesús… Y, ¿quién es Jesús?”
Allí está toda la humanidad pintada. Los incrédulos y los creyentes. Pero espera. Hay una tercera categoría. Son como el centurión que vino a Jesús pidiéndole que sanara su hijo enfermo. “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad” (Marcos 9:23,24). Estos son los que quieren creer, pero no pueden. Dios acepta esa incredulidad como la más grande fe y con gran alcance: “Cree en el Señor Jesús; y serás salvo tú y toda tu casa” (Hechos 16:31). Pero volviendo a la historia de los dos niños en el parque. Cuando Dios escucha a un niño decir que no cree en Dios, se tapa los oídos, y le muestra la cruz. ¡Porque allí está Dios muriendo por sus pecados y su familia, para darles vida eterna… ese estallido de amor nos llevará mucho más lejos que el mismo Big Bang!

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