<!--:es-->Medina Mora nuevo embajador de México ante EU anuncia una promisoria etapa de corresponsabilidad.<!--:-->

Medina Mora nuevo embajador de México ante EU anuncia una promisoria etapa de corresponsabilidad.

Eduardo Medina Mora sustituye a Arturo Sarukhán en la representación diplomática en Washington. Desde el 2009, Medina se desempeñaba como embajador de México ante el Reino Unido. Al inicio del gobierno del Ex presidente Felipe Calderón fungió como procurador General de la República, mientras que durante la presidencia de Vicente Fox fue director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).

Al rendir protesta en su nuevo cargo ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, Medina Mora anunció una nueva etapa promisoria para ambas naciones y lograr nuevas oportunidades de desarrollo comercial y de crecimiento económico, enfatizó que se abre una ventana para lograr un acuerdo migratorio con la Unión Americana y ofrecer con ello mejores garantías para los connacionales que radican en ese país.

En una reunión previa a la toma de protesta Medina Mora recogió las opiniones de los legisladores.

Al felicitarle por su encargo, la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, senadora Gabriela Cuevas Barron (PAN), expresó que a esta embajada le corresponde coadyuvar al establecimiento de condiciones de seguridad balanceadas y conforme al respeto a los derechos humanos de los migrantes; que tratan de llegar a Estados Unidos con la intención de trabajar y conmina a que ambas naciones deben encontrar soluciones bilaterales ante la actual emergencia económica global; desarrollar el comercio; generar empleo y garantizar la soberanía alimentaria y el combate a la pobreza ante la carestía de los alimentos a nivel global.

A nombre del Grupo Parlamentario del PRI, las senadoras Blanca María Del Socorro Alcalá Ruiz, Marcela Guerra Castillo, Graciela Ortiz González y Ana Lilia Herrera Anzaldo señalaron la necesidad de que la agenda bilateral se potencialice no sólo en el carácter económico, migratorio, de seguridad y comercial, sino en el intercambio tecnológico, en acciones a favor del medio ambiente y la ampliación del número de visas para que la migración sea legal.

De la bancada del PRI en San Lázaro, el diputado Manuel Añorve Baños pidió fortalecer la relación bilateral, a fin de atender los temas de seguridad, narcotráfico y legalización de drogas.

En el uso de la voz, los senadores del PAN, Mariana Gómez Del Campo Gurza y Juan Carlos Romero Hicks plantearon que el próximo embajador trabaje para fortalecer la agenda con Estados Unidos y dar continuidad a las acciones en temas de educación, ciencia, cultura, tecnología, energía e integrar una nueva visión en materia migratoria.

Por el PRD, el diputado Luis Ángel Xariel Espinosa Cházaro mencionó que en el plan de trabajo presentado por el funcionario se resalte el tema de la migración y las comunidades mexicanas, ya que se trata de problemas que afectan a quienes cruzan la frontera o que radican en aquel país.

En respuesta a los señalamientos de los legisladores, Eduardo Tomás Medina Mora Icaza resaltó que en materia de seguridad se debe tener una agenda fluida de cooperación, pues “las amenazas que hoy enfrentan las sociedades globalizadas hacen que la cooperación internacional sea indispensable en toda estrategia de seguridad nacional y pública”.

El consumo de drogas ilícitas -ahora en su despenalización en algunas comunidades de Estados Unidos-, el tráfico ilegal de armas y el lavado de dinero, dijo, están en el centro de las preocupaciones e implica un trabajo de todo el continente americano.

Afirmó que no existió ninguna autorización del gobierno de México para entregas controladas de armas, “simplemente porque es un absurdo”.

La entrega controlada, resaltó, es un instrumento para el combate, pero es una operación encubierta; se trata de algo que está controlado en cuanto a quién recibe y quién entrega, para generar evidencias y ser utilizadas en un tribunal para llevar a alguien a proceso, no para saber qué pasa.

“Es absurdo lo que se hizo, lo ha reconocido el propio gobierno de Estados Unidos. En México hay ocho averiguaciones abiertas respecto a esto. Es un tema que nuestro gobierno jamás autorizó o tuvo conocimiento; fue una mala ocurrencia de una serie de personas que tendrán que enfrentar las consecuencias en Estados Unidos”, agregó.

Respecto de una reforma migratoria en Estados Unidos, puntualizó, “es un asunto de política interna; a nuestro gobierno y embajada corresponde velar por que los intereses de los connacionales sean respetados”.

Medina Mora resaltó que Estados Unidos y México tienen una intensa relación social, cultural y económica, pues el intercambio comercial supera los 500 mil millones de dólares al año. “Esta relación ha dado lugar a las cadenas productivas que trascienden las fronteras de la región”.

Expresó que en la gestión de la embajada será esencial una atinada relación de la fuerza consular en una política de interés nacional, así como emprender interacción y diálogo con los poderes Ejecutivo, Legislativo, medios de comunicación, autoridades estatales y municipales, sectores productivos, instituciones académicas y organizaciones sociales.

En lo económico, precisó, la prioridad será mantener y fortalecer un ambiente positivo, abierto y fuerte para los negocios, así como ampliar las oportunidades de inversión para los mexicanos en esa nación y de los estadounidenses en México.

Se trabajará, resaltó, en la regulación y aplicación de normas claras en el mercado estadounidense de perecederos; en una transferencia de tecnologías y formación de recursos humanos; fortalecer la inversión en la infraestructura moderna con atención a la agenda ambiental y en aumentar la seguridad en la frontera.

Medina Mora Icaza destacó que un tema preocupante es la aparición de nuevas formas de migración. Para ello, agregó, serán seis los ejes de acción de la embajada y tendrá como prioridad los derechos de la dignidad humana, la salud y educación de los connacionales.

Aseveró que se debe mantener contacto con las comunidades y organizaciones en Estados Unidos; actuar conforme a las instrucciones de la cancillería; evaluar los riesgos que encierran cada decisión de autoridades locales del ámbito migratorio y de mano de obra; monitorear las políticas de la autoridad migratoria federal en los Estados Unidos en las casas de deportaciones voluntarias, y coadyuvar en la articulación de la visión de mediano y largo plazo, respecto del Tratado de Libre Comercio (TLC).

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