¡No seas blanco fácil de los malos consejos financieros!
Aún con la mejor de las intenciones, las estrategias financieras más brillantes pueden resultar desastrosas si se aplican equivocadamente o se usan en el momento errado. Así, lo que podría ser un buen consejo, se podría convertir en una terrible idea.
En el tema financiero, como en muchos otros tópicos, los mejores consejos no son siempre los más revolucionarios, sino los que calzan adecuadamente con las necesidades del momento y los planes de la persona que ha de aprovecharlos. Es una cuestión de tiempo: un consejo apropiado para el momento preciso.
Las personas más susceptibles a recibir malos consejos financieros suelen ser los ancianos o los novatos: los novatos por carecer de la suficiente exposición a experiencias financieras; los ancianos porque suelen encontrarse desplazados de sus fuentes usuales de información y se ven literalmente teniendo que reeducarse para adaptarse a los tiempos.
Pero también podemos colocar entre estas categorías a muchas personas llegadas recientemente al país. Según Jorge Atiles, profesor y autor de una encuesta sobre fraudes y abusos, llevada a cabo por la Universidad de Georgia, las personas que más comenten fraudes contra los latinos son a su vez de origen latino.
“Da mucha pena pero al mismo tiempo tiene sentido porque el latino que llega se relaciona con el latino que ha estado acá, confía en esa persona, en que la ayude y en muchos casos hay latinos que están abusando de su propia raza, de su propia cultura y están sacando beneficio a costa de personas que están llegando aquí con la mejor intención de echar hacia delante”, añadió el profesor Atiles.
Usuarios poco informados: los más propensos a cometer errores
El denominador común, como verás, es la limitada cantidad de información disponible para evaluar la calidad de los consejos que recibes. Así que antes de aceptar un consejo financiero, debes evaluar las credenciales del portador de tales recomendaciones y asegurarte de que estás tratando con un consejero capacitado y leal que pueda evaluar todas tus necesidades reales y no esté solo preocupado por sus comisiones u honorarios.
Uno de los grandes errores de los inversores es aceptar recomendaciones de los consejeros equivocados. No sólo porque los expone a abusos y fraudes, sino porque también pueden limitar las opciones de inversión. Hay una expresión en inglés que dice que “para quien sólo tiene un martillo, todos los problemas lucen como clavos”. Esto se puede aplicar a los consejeros financieros que trabajan para empresas que venden productos financieros.
Para aquellos que sólo tienen una limitada selección de productos, naturalmente tratarán de resolver los planes financieros de la mayoría de sus clientes con las mismas “soluciones”, sean o no las más adecuadas. Pero al fin de cuentas son las únicas con las que generan sus honorarios, aunque puedan no ser los mejores consejos.
Por ejemplo, una situación con la que se cometen muchos abusos es la venta de anualidades a personas mayores de 65 años. Las anualidades, una inversión basada en un contrato de seguro de vida y por tanto mercadeada a través de una empresa aseguradora, son vehículos de inversión muy útiles y ampliamente utilizados de modo de garantizar una pensión vitalicia a quienes las adquieren.
Sin embargo, no son adecuadas para invertir a cualquier edad y aún así se ven casos de “consejeros financieros” recomendándolas en situaciones equivocadas para aprovechar las jugosas comisiones que producen. Según recomendaciones emitidas por los expertos de la TIAA-CREF, no todas las anualidades son apropiadas para todas las edades y destacan tres recomendaciones sencillas:
• Anualidades Inmediatas: son aquellas anualidades que se establecen con un depósito único y grande, suficiente para sustanciar el plan de retiro vitalicio de inmediato. Las recomiendan para los retirados que esperan recibir ingresos de inmediato y que desean garantizar que su dinero durará tanto o más que ellos.
• Anualidades Diferidas: son las anualidades que se fomentan con varios años de pagos consecutivos, para después obtener la pensión. Estas no son útiles para personas ancianas, ya que en vez de estar disfrutando de sus activos o sus intereses, están aportando a un plan de retiros que no podrá disfrutar a tiempo. Por lo general, este tipo de anualidades requiere de 5 a 7 años de aportes antes de comenzar a retirarse el dinero. Es una opción aceptable para aquellas personas semi-retiradas o que no necesitan de la pensión inmediatamente. Algunos expertos recomiendan más útil el uso de una escalera de Certificados de Depósitos.
• Anualidades Variables: son las menos recomendadas por el TIAA-CREF para las personas mayores, puesto que para aprovechar de las virtudes de las ganancias basadas en las inversiones bursátiles, se debe contar con muchos años de inversión para lograr que los mercados bursátiles acumulen sus ganancias.
Consejeros bien preparados y leales: ¿a sueldo o a comisión?
Además de querer saber cuál es la trayectoria profesional de la persona que te vaya a orientar en el tema de las inversiones, debes asegurarte de que conoces qué tipo de certificación posee -si tiene alguna-, y a qué ente de regulación está obligado a reportarse.
Existe una base de datos pública en la cual participan todos los corredores licenciados y registrados con los organismos jurisprudentes del tema. Este se conoce en inglés con el nombre de Central Registration Depository (CRD), algo equivalente al Depósito Central de Registro. Aquí aparecen la mayoría de los corredores licenciados en el estado, los consejeros de inversiones, las firmas de consejería y sus representantes, entre otros.
Se puede encontrar información sobre quiénes están licenciados y registrados en el estado y si estos han tenido quejas o problemas con los organismos reguladores o con el público. Además, se puede obtener información relacionada con la trayectoria profesional y educativa de los corredores registrados.
También es importante que conozcas cómo obtiene el consejero sus honorarios, y la razón de esto es simple: si en algún momento hay un conflicto de intereses entre lo que más te beneficia a ti como cliente o a él/ella como consejero, ¿hacia dónde crees que se inclinará la balanza? Si trabaja en base a honorarios profesionales fijos o agente libre -lo que se conoce en inglés como un consejero “fee based”-, acordará contigo el valor de sus servicios de antemano, y una vez aclarado este punto, buscará en el mercado general las inversiones más apropiadas a tus necesidades.
Si por el contrario, el consejero devenga sus honorarios de comisiones que recibe por la venta de productos de empresas específicas, es decir, es un corredor de servicios financieros, es posible que sus intereses, en algún momento, puedan tentarle a recomendarte servicios y productos de las empresas que él maneja y se le olviden otros servicios o vehículos de inversión que no estén en su catálogo de productos.
No interpretes que estos consejeros son menos leales que los primeros; pero considera un riesgo a calcular, el hecho de no tener a su alcance -para poner en frente tuyo- todos los recursos que un agente libre pudiera ofrecerte.