Dos Mil Dólares para ver la Final
1,500 euros
MUNICH – Una entrada para la final de la Copa del Mundo de fútbol, el domingo en Berlín, cuesta en este momento 1.500 euros en el mercado negro, según afirmaba este miércoles un revendedor en el centro de Múnich, donde comerciaba con billetes para la semifinal Francia-Portugal.
El mercado clandestino
El joven revendedor, que dio el falso nombre de Tony, se pasea por la Marienplatz exhibiendo un pequeño cartel: “kaufe karten, tickets wanted” (busco entradas). “Compro y revendo. He hecho esto toda mi vida”, afirma Tony, de unos 30 años.
En esta plaza central de Múnich, llena de gente, pocas horas antes del inicio del Francia-Portugal, dos alemanes le proponen dos entredas por 1.000 euros. “Demasiado caro. No, gracias”, juzga Tony.
Después, un aficionado galo le pregunta si tiene dos entradas para Francia-Portugal. “Sí, 600 euros las dos”, responde Tony. “Demasiado caro”, replica el interesado. “Venga, lo dejo en 550”, dice Tony. “Espera, tengo que consultarlo por teléfono”, responde el comprador. Finalmente, se ponen de acuerdo por 500 euros.
Para la transacción, “tenemos que irnos a otro sitio, hay demasiados policías”, teme el comprador viendo varias patrullas. “Pero no, siéntate ahí, en la terraza, y prepara el dinero”, responde Tony.
El comprador se va muy contento, pero Tony no lo está tanto. Sobre estas dos entradas que costaban inicialmente 150 euros, debe haber sacado un beneficio de sólo 20 euros. Tony se niega a decir a quién ha comprado los billetes, que revende junto a un cómplice que lleva una bandera francesa en la espalda.
En los alrededores del Allianz Arena, donde debe tener lugar el Francia-Portugal, las entradas son revendidas a más del doble de su valor inicial. Otro hombre confirma la primera evaluación de Tony para la final en Berlín: “será mínimo 1.500 euros cada entrada”.
La FIFA instauró un sistema de entradas nominales para evitar la reventa en el mercado negro. “Pero es imposible controlar eso teniendo en cuenta el gran número de espectadores en cada partido”, afirma Tony, que comenzó a revender billetes antes incluso del inicio de la Copa del Mundo, el 9 de junio.
Para él, es un “super Mundial: He hecho jornadas de 12.000 euros de beneficio. Los mejores clientes son los mexicanos, son los que pagan más y eso que vienen de lejos”, afirma Tony. “Tras los mexicanos, vienen los ingleses y los argentinos”, dice.
Sin embargo, la venta de entradas en el mercado negro también tiene sus riesgos. “En Berlín, la policía me quitó más de 6.000 euros. Es el riesgo. O bien hago esto o no como”, señala.
En Colonia, otra ciudad sede del Mundial, Tony también tuvo problemas con la policía, aunque “sólo me quitaron 600 euros. Logré esconder 3.000 en mi calzoncillo”. Aquí, en Múnich, “son menos rígidos por ahora, por lo que estoy contento”.
Bajo un sol de justicia, continúa vendiendo sus entradas y promete estar delante del Estadio Olímpico de Berlín para la final.