<!--:es-->¿Eres un imán para los mosquitos?
Diez pasos para evitar que te ataquen<!--:-->

¿Eres un imán para los mosquitos? Diez pasos para evitar que te ataquen

Si los mosquitos no te dan paz, puede que seas del selecto grupo que constituye un manjar para ellos. Aunque no lo creas, estos insectos prefieren a algunas personas más que a otras. Una de cada diez es un imán para estos golosos animales, que buscan la mejor sangre para alimentarse y reproducirse. Para evitarlos y prevenir el Virus del Nilo, sigue estos consejos.

Ni un pelo de tontos

Hay pocos animalitos más pesados que un mosquito: estos pequeños insectos son capaces de arruinar una velada de noche y al aire libre, de esas que tanto nos gustan en verano. Y pueden acabar con los nervios de cualquiera que intente dormir y sienta su zumbido al lado de la oreja, sin contar con que ahora nos acechan con la amenaza del Virus del Nilo.

Si te atreves a decir que te buscan o tienes delirio de persecución con los mosquitos, probablemente la gente se reirá de ti. Si es así, ya pueden parar sus burlas. Tu paranoia tiene un fundamento científico: los mosquitos no pican igual a todo el mundo, ya que eligen a las presas más deliciosas para chuparles una sangre rica en las vitaminas que necesitan para reproducirse. Puede que tú seas uno de esos preciados platos.

Los científicos de la Universidad de Florida han descubierto que una de cada diez personas es un manjar para estos vampiritos, que no tienen ni un pelo de tontos a la hora de elegir a quién le harán la vida imposible. La investigación, desarrollada por los entomólogos Jerry Butler y Karen McKenzie, deja en claro que entre un menú de millones de personas los insectos seleccionan sus platos preferidos.

“Una de cada diez personas recibirá muchas más picaduras que las demás”, dice Butler. Es que estos animalitos han desarrollado un olfato prodigioso, capaz de captar a distancia cuál es la sangre de mejor calidad para alimentarse y poner sus huevitos. Una vez que captan el olor, vuelan raudos hacia sus víctimas, que probablemente estén hartas de oír ese molesto zumbido cerca de ellos.

Según los científicos, los mosquitos se dan cuenta de quién es mejor presa por el aliento, y son capaces de oler la respiración de un humano desde 40 millas de distancia. “Cuando respiramos, los humanos exhalamos dióxido de carbono y una mezcla de olores que viajan a través del aire”, explican.

“Los mosquitos utilizan el olfato para saber qué persona es atractiva y deliciosa para ellos”, asegura Butler. Cuando sienten ese delicioso olor a comida, vuelan en zigzag hasta acercarse a la presa, y una vez allí, usan su agudo sentido de la visión para apuntar directo a ella.

Mucho baño y poca crema

Con este panorama ¿cómo hacer para disfrutar de una barbacoa en el jardín sin quedar colorado de tantas picaduras? Aquellos que son manjares tienen pocas salidas: pueden usar repelentes, pero ya saben que si se filtra algún olor delicioso para los vampiritos igual vendrán.

Butler y McKenzie siguen investigando para determinar exactamente qué compuestos son los que atraen tanto a estos insectos, pero tienen algunas certezas. Saben que la vitamina B es fundamental para ellos, porque no la producen por sí mismos. Y que la transpiración es como el aroma de una pizza recién hecha para nosotros.

Bañarse seguido ayuda, pero deberías hacerlo cada hora: con el paso de los minutos, la transpiración desarrolla bacterias deliciosas para los mosquitos, contra las que no pueden ni los productos de tocador más sofisticados. Tal vez debas sentarte en la barbacoa con un balde de agua al lado y mojarte todo el tiempo o ponerte repelente cada hora.

Encima, si eres una de esas personas coquetas que usan cremas para cuidar la piel, te conviertes en algo así como un filete condimentado con una riquísima salsa. “Los productos que se usan para suavizar y embellecer la piel pueden atraerlos aún más”, explica Butler. Para peor, los ingredientes que les llaman la atención de estos cosméticos duran más en la piel que los repelentes.

Eso sí, a estos pequeños seres no les gustan los medicamentos. Si tomas remedios para la presión o el colesterol altos, puede que sigan de largo. De hecho, McKenzie experimentó con un voluntario que pasó de ser repelente a ser atractivo. Los insectos no le picaban mientras tenía un tumor y tomaba medicinas para combatirlo. Pero cuando se lo extrajeron, los bichos corrieron raudos hacia él.

Entonces, si eres un manjar ¿cuál es la salida? ¿Tomar medicamentos que no necesitas? Pues sentarte y esperar que los científicos determinen exactamente qué ingredientes hacen a una sangre deliciosa, y usar muchos repelentes. Los investigadores advierten que, si eres un imán que se llena de picaduras, eres más propenso a contagiarte de las enfermedades que transmiten estos insectos que los demás.

Butler dice que sólo un mosquito entre mil transmite infecciones como el dengue o la malaria, pero si todos van hacia ti, es probable que en algún momento de toquen. Así que ten mucho cuidado e intenta manejar lo mejor posible tu popularidad entre los insectos.

Diez pasos para evitar

que se acerquen

“Además de ser tremendamente molestos, los mosquitos pueden contagiar serias enfermedades, como el dengue, la malaria, la fiebre amarilla y la encefalitis”, advierte la Asociación Americana de Control de Mosquitos (ACM, American Mosquito Control Association). Y, por supuesto, el Virus del Nilo.

La ACM dice que estos odiosos bichos son invencibles, ya que tienen la capacidad de adaptarse a cualquier medio, pueden ingresar a las casas por cualquier ranura y vuelan tan alto como 3 millas. Por eso, si crees que tú o tus hijos son imanes para estos bichos, no pongas tu esperanza en la erradicación de estos vampiros. Mejor, toma algunas precauciones para evitar que te alcancen.

Si vas a hacer una barbacoa al aire libre, o una reunión en el jardín, enciende velas alrededor. La citronela, ingrediente que tienen las velas, los espanta.

Además de velas, debes usar pantalones largos y camisetas que cubran los brazos.

Aplica repelente en las zonas que queden expuestas, pero no los uses cerca de los ojos y los labios. Renuévalo cada cuatro horas.

Utiliza repelentes que tengan una concentración de DEET menor a 30. Fíjate en la etiqueta que diga N-Diethyl-3-Methylbenzamide 30 por ciento o menos. Si no, corres el riesgo de envenenarte tú.

No pongas repelente en las manos de los niños, porque pueden frotarse los ojos.

Recuerda que las embarazadas y los bebés no pueden usar repelentes. En ambos casos, es mejor cubrirse de ropa y elegir las actividades dentro de casa

En casa, evita tener cerca agua estancada, hábitat preferido de los mosquitos. Si tienes piscina, mantenla limpia, aireada y con cloro.

Mantén la casa cerrada de noche. Fíjate que no haya hendiduras en paredes y techos, porque ellos las encuentran y entran.

Si tienes un bebé, ponle una tela mosquitera en su cuna. Recuerda que ellos son más sensibles a las enfermedades que transmiten estos bichos y que no pueden respirar insecticidas o repelentes.

Mantén el césped cortado para evitar que se alojen allí.

Share