El comer pescado extiende por años la agilidad mental

Comer pescado o mariscos por lo menos una vez a la semana es bueno para el cerebro, pues puede retardar el declive del desempeño mental relacionado con la edad en unos tres a cuatro años, sugiere un nuevo estudio.

La investigación se suma a la creciente evidencia de que una dieta con mayor ingestión de pescado ayuda a mantener una mente ágil. Estudios previos parecen indicar que las personas que comieron pescado tuvieron menos riesgo de Alzheimer y apoplejías.

El pescado es saludable

Otras investigaciones han mostrado que alimentarse de pescados como el salmón y el atún, que son ricos en ácidos grasos omega-3, ayuda a prevenir enfermedades del corazón.

Para el nuevo estudio, que fue difundido en la página de internet de la revista especializada Archives of Neurology, los investigadores midieron el desempeño de 3.718 personas en pruebas sencillas, como recordar detalles de un relato.

Los participantes fueron residentes de Chicago de 65 años o más, que se sometieron a las pruebas tres veces durante un periodo de seis años. También respondieron una encuesta sobre lo que comieron, que incluía una lista de 139 alimentos.

“Encontramos que las personas que comieron pescado una vez a la semana tuvieron un declive anual 10 por ciento menor en raciocinio”, dijo la coautora del estudio Martha Clare Morris, una epidemióloga del Centro Médico de la Universidad Rush.

“Quienes comieron pescado dos veces por semana mostraron un declive anual 13 por ciento menor”, agregó.

Los investigadores dijeron que trataron de detectar, infructuosamente, la existencia de una relación entre los ácidos grasos omega-3 y la protección del declive cerebral con la edad. Estudios anteriores han encontrado dicho vínculo.

Morris dijo que es posible que algo relacionado con los alimentos preparados con pescado o mariscos pudo haber influido para que las personas tuvieran mentes más ágiles.

El doctor Pascale Barberger-Gateau, que hace investigaciones similares en la universidad francesa de Burdeos y que no participó en el estudio, dijo que la lista de alimentos incluida en los cuestionarios pudo haber sido demasiado amplia como para permitirle a los investigadores estimar la ingestión de omega-3 con precisión.

En la encuesta, “sólo fueron incluidos cuatro categorías de alimentos con mariscos, algo que no permitió esta distinción”, dijo Barberger-Gateau en un correo electrónico.

La encuesta incluyó cuatro categorías amplias de alimentos del mar: emparedado de atún; emparedado o bocadillos de pescado; pescado fresco como plato principal; y camarón/langosta/cangrejo.

El doctor William E. Connor, del Departamento de Nutrición Clínica de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón, que no participó en el estudio, dijo que se hubiesen obtenido resultados más definitivos tomando muestras de sangre de los participantes para medir la presencia de omega-3.

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