El color afecta su estado de ánimo
Los psicólogos han indicado que la impresión del color es responsable del 60 por ciento de aceptación o rechazo de un producto o servicio. El color es lo primero que advertimos, y lo último que olvidamos. De manera similar, los colores que elegimos para nuestro vestuario, o aquellos con los que decoramos nuestro hogar, pueden afectar nuestro estado de ánimo, de ahí que la selección de la paleta adecuada es muy importante.
Pero la elección de un color para la vivienda es con frecuencia uno de los pasos más intimidatorios para los principiantes. Es vital ignorar las modas, que van y vienen, y elegir colores que reflejen nuestros gustos y personalidad, y combinarlos en un esquema que funcione.
A la hora de seleccionar colores, recuerde que cada uno tiene un valor psicológico específico. Un color puede hacer que una persona experimente sensaciones que van desde la ira a la tranquilidad. Por tanto, el uso de un color altamente energético pudiera resultar en un efecto negativo.
Si bien diferentes tonos de color pueden evocar sentimientos diversos en las personas, y pudieran representar diferentes culturas del mundo (el blanco es sinónimo de desposorios en la civilización occidental, pero en la tradición china se asocia a funerales), en general esos colores básicos representan lo siguiente:
Azul: Los azules pálidos, como la vincapervinca y el turquesa ejercen una influencia tranquilizadora cuando se usan como colores principales de una habitación. Esto los hace perfectos para baños y dormitorios. Por su parte, los más oscuros provocan tristeza, aunque los muy claros pueden comunicar esta realilidad o evocación de hospitales o centros de salud mental.
Los azules más intensos también pueden ser vistos como color de “autoridad”, y asociarse con negocios o policía. El azul es el color favorito del sector corporativo estadounidense.
Rojo: El rojo eleva la presión arterial y el ritmo cardiaco, y en una habitación sugieren entusiasmo y energía. El rojo es popular para salas de estar y comedores, cuando se quiere estimular a la conversación. También pudiera ser una buena opción para el recibidor si se quiere dar una primera impresión atrevida. Sin embargo, el rojo y el rosa tienden a estimular emociones fuertes, por lo que las personas irritables pudieran llevar sus sentimientos a la máxima expresión en habitaciones de esos colores.
Amarillo: El amarillo, color estimulante y feliz, es excelente para cocinas y baños, o sitios pequeños que necesitan claridad. El amarillo puede ser expansivo e invitante, pero debe usarse con moderación porque es el color que más afecta los ojos, y en ciertas personas podría causar irritabilidad. Elija tonos pálidos en vez de vivos si quiere convertir una habitación en punto focal.
Verde: El verde es un color que se puede aplicar a cualquier habitación de la casa, por su versatilidad y por ser uno de los colores más apacibles para los ojos. Cuando se usan como principal componente de una decoración surte un efecto tranquilizante.
Anaranjado: Los tonos de naranja inducen al entusiasmo y la energía, al igual que los rojos. Son excelentes para salones de ejercicio o donde se necesita un impulso energético. Algunos también creen que estimulan el apetito, razón por la cual muchas cadenas de comida rápida usan el naranja como color de acentuación en sus restaurantes.
Púrpura: Los tonos suaves de púrpura como la lavanda, pueden sugerir sensaciones de paz como los azules, pero con ellos se corren menos riesgos de parecer fríos o estériles. Los púrpuras más intensos dan impresión de opulencia, y pueden proporcionar profundidad como color secundario. También son misteriosos y funcionan en espacios creativos.