Duelo al Perder la Pareja

Duelo al Perder la Pareja

La ruptura con la Pareja sentimental, es una de las situaciones de duelo considerada como la más difícil de superar, ya que la persona amada no desaparece; al contrario, sigue viviendo y existiendo, solo que ya sin nosotros. Esto nos causa un enorme malestar, sobre todo si le vemos o sabemos que está continuando su vida amorosa en compañía de otra persona.
Cuando la ruptura se da después de haberlo hablado y por decisión de ambos, esta es una situación completamente diferente. Pero si solo una parte de la relación es la que decide romper y abandonar la unión, la persona rechazada sufrirá una serie de estados emocionales por las cuales se habrá de pasar, aunque no necesariamente en el orden siguiente.
Duelo por la Pérdida. Esta es una fase donde nos invade la duda, el enojo, la frustración, la agresividad, deseos de vengarnos por el abandono, y buscar un desquite. Después, este sentimiento dará paso al sufrimiento de haber perdido esa relación que significaba todo para nosotros. Enseguida, nos sobrevendrán los estados de profunda depresión y desconsuelo, que afectarán nuestra salud física y estabilidad emocional.
Al recordar el pasado sentimental bajará la autoestima, creando profundas y largas depresiones. Se pueden llegar a tener pensamientos catastróficos como: “nunca encontraré a nadie como el/ella” “No me vuelvo a enamorar”, etc. En esta depresión, las personas decidan encerrarse en sí mismas, no saliendo de casa, no levantándose de la cama, olvidándose de su salud física y aseo personal. Lo mejor que se debe hacer, es afrontar la realidad y no tratar de evadirla, porque todo pasa por alguna razón, la cual debemos encontrar.
Pasadas unas semanas o meses, entramos a la fase en donde idealizamos a la Pareja, creyéndola perfecta. Solo nos acordamos de los momentos buenos, y todo lo que sucede nos recuerda a esa persona. Nos pasamos pensando más en el/ella o hablando de nuestra crisis con amigos y familiares. Lo peor es tener contacto con tu ex Pareja por cualquier medio, sean mensajes, llamadas o visitas, ya que esto nos lleva a exagerar el conflicto, lo cual nos causará mayor frustración.
Cuando nada de lo que hacemos o pensamos hace que nos sintamos mejor, debemos empezar a aceptar nuestra realidad. Esa persona, por la causa que sea, ya ha dejado de formar parte de nuestra vida. Si somos sinceros con nosotros mismos, no existen culpables y nadie le debe nada a nadie. ¡Amorosamente hay que dejarle ir! Porque ahora nos toca iniciar nuevas actividades sin su presencia. Es el tiempo para mimarnos y pensar solo en nosotros.
Cuando hemos superado el duelo, eso que jamás pensábamos que podría llegar, ya estamos preparados para analizar esa relación con objetividad. Analizar todos los errores cometidos, evitando por supuesto el rencor hacia la ex Pareja. Desde los primeros síntomas de la ruptura debemos buscar la asesoría psicológica con personas que estén preparadas profesionalmente para ello. Una terapia bien dirigida nos llevará a aprender mucho de nuestras equivocaciones, para evitar cometerlas en la siguiente relación.
Debemos aceptar nuestra parte de responsabilidad en la ruptura, y entender que al final de esa relación nadie le debe nada a nadie. Ninguna persona que se aprecie merece quedarse en una relación enferma, en donde ambos continúen destruyéndose.

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