Como Escribir Un Libro

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VIII- El Narrador en Tu Libro

Muchos escritores no comprenden la utilidad del narrador en una obra literaria.
Existen varios tipos de narradores dentro de un libro y solo los escritores avezados saben cuál utilizar en cada momento…
Muchos escritores confunden la idea de narrador y solo logran enmohecer una buena historia. Por ejemplo con narradores que ocultan la información, creando un falso misterio, que espanta al lector, también en el otro extremo, crean narradores que llenan al lector de información, aburriendo o lentificando la obra y el más pesado, es el narrador que explica lo que pasa, incluso repitiendo la información que ya el lector tiene…

El narrador misterioso
Hay autores que pretenden ganarse el interés y la atención del lector ocultando de su narración hechos y datos significativos cuyos detalles debería conocer a la perfección desde el primer momento, esto afecta a los narradores omniscientes que, teniendo acceso a toda la información, no la sirven al lector de forma natural y coherente, sino que se guardan datos relevantes a los personajes de manera que el relato cambia sustancialmente cuando estos datos entran en juego. En los casos más extremos o exagerados, se oculta los sentimientos profundos y sinceros del personaje, en lugar de revelarlos desde el inicio de su historia, para que el lector se “enamore” u “odie” a ese personaje lo antes posible, ya que su simple mención posterior no produce el efecto deseado.

El narrador que sabe todo
Hay autores que, en el otro extremo del anterior, no establecen correctamente los límites entre el narrador omnisciente y los personajes, adelantando pasajes del relato, explicado hechos que todavía no han tenido lugar en la historia, contaminando el discurso y las acciones del personaje. Esto tiene como consecuencia un comportamiento claramente “casual” del personaje que, curiosamente, hace o dice lo que viene más al caso de lo que todavía no ha tenido lugar en el relato, como si supiera por una corazonada qué es lo que iba a ocurrir antes de que ocurriera.

El narrador reiterativo
Hay autores que se valen de las acotaciones para explicar exactamente lo mismo que el personaje ya ha dejado claro con sus palabras. Esto ocurre cuando el autor, en la función de narrador, menoscabando al lector, cree que no va a entender lo que el personaje ha dicho en su diálogo y en la correspondiente acotación, no resiste la tentación de remarcarlo.
Por ejemplo:
Juan sorprendido, pide una explicación a Susana…
-Susana explícame lo que ocurrió…
Susana se siente atrapada y balbucea…
-Perdóname, no sabía lo que hacía…
El narrador no debe arrogarse las funciones que corresponden al lector, como en este caso, el autor debe simplificar la comprensión del diálogo para el lector y no explicarlo.

Algunos ejemplos de narradores
1-Cronica de una Muerte Anunciada
de García Márquez
La novela se presenta como la reconstrucción de una historia: un narrador en primera persona y testigo de algunos hechos asume, años después del suceso, la función del investigador para reconstruir la historia mediante informes, cartas, testimonios diversos y su memoria, pues él mismo estuvo en el pueblo ese día. El punto de vista desde el que se narra la historia es cambiante, hay múltiples perspectivas, en tanto que la visión de los hechos se presenta no sólo desde el punto de vista del narrador, sino también de los demás personajes (protagonistas y testigos de los hechos). A veces coinciden, pero en otras ocasiones se contradicen; la historia se presenta, entonces, como ambigua, llena de dudas, sobre todo, incluso el clima del día; que varía de ser lluvioso y nublado a ser de un soleado cegador, según los testimonios. En la narración se percibe claramente la influencia del género periodístico, visible ya desde el propio título (“crónica”). Recordemos que García Marquez en sus obras crea un gran número de personajes enmarcados en los hechos, esto permite a la historia dotarse de las múltiples perspectivas, de los diversos testimonios y de juicios de valor que nutren la trama. La narración manifiesta un claro gusto por el detalle y por la puntualización de todos los pormenores.
2-Cervantes y El Quijote
de la Mancha
Tal vez el aspecto más innovador en el Quijote es como Cervantes encaró el problema del narrador, porque encontramos dos narradores, uno es el misterioso Cide Hamete Benengeli, a quien nunca leemos directamente, pues su manuscrito original está en árabe, siendo narrador anónimo, que habla a veces en primera persona pero más frecuentemente desde la tercera, ocupando el lugar de los narradores omniscientes, apareciendo un segundo narrador que es quien supuestamente, traduce al español, adapta, edita y a veces comenta el manuscrito de aquél. Ésta tipo de narración es una estructura de caja china —según Vargas Llosa— es decir, la historia que los lectores leemos está contenida dentro de otra, anterior y más amplia, que sólo podemos adivinar. La existencia de estos dos narradores introduce en la historia una ambigüedad y un elemento de incertidumbre sobre aquella “otra” historia, la original de Benengali, que impregna las aventuras de don Quijote y Sancho de un sutil relativismo, que contribuye a darle autonomía y una personalidad original.
Por supuesto que estos dos narradores no son los únicos que cuentan en esta novela, ya que dejan paso a muchos personajes que refieren sus propios percances o los ajenos.
3- El narrador, según
Mario Vargas Llosa.
Para cerrar repetiré las palabras de Mario Vargas Llosa, “Para contar una historia todo escritor inventa a un narrador, su representante en la ficción, pero debe recordar que el narrador es parte de la ficción, pues, como los otros personajes está hecho de palabras y solo vive por y para esa historia. El narrador, puede estar en la historia, fuera de ella o en una colocación incierta, según narre desde la primera, la tercera o la segunda persona gramatical”

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Hasta la próxima semana…
Cesar Leo Marcus

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