Detrás de la bulimia y la anorexia

Juan Manuel

Olhovich

Bulimia y Anorexia son Trastornos Alimentarios (TA) que han aumentado su frecuencia en México en los últimos años. Según el Informe 2007 del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INNSZ), se manifiestan más en mujeres que en hombres en proporción de 9 a 1, apareciendo entre la adolescencia y la juventud. Debemos estar alertas ante su eventual aparición en la familia, y la mejor forma es informarnos.

Verónica Vázquez, psicóloga especializada en Trastornos Alimentarios y Obesidad del INNSZ, señala que una de las características principales de la bulimia se manifiesta inmediatamente después de comer, ya sea mediante la provocación del vómito o uso de laxantes y diuréticos -bulimia purgativa-; ayunando por el resto del día o practicando ejercicio en exceso -bulimia no purgativa-. De igual forma existen dos tipos de anorexia, la restrictiva que es negarse a comer y la purgativa que consiste en el uso de laxantes y diuréticos.

Factores que los desencadenan

“Uno frecuente es la baja autoestima. Si notas que una persona da mucha importancia a calificativos de otros por su aspecto físico y comienza a tener una auto-imagen distorsionada (ella se ve pasada de peso aunque no lo esté), se encuentra en riesgo de desarrollar alguno de dichos trastornos”, explica la experta y añade: “Alguien con baja autoestima es más influenciable y puede hacer lo que sea por ser aceptado por un grupo o una persona en particular”.

Existen signos que pueden indicar presencia de trastornos alimentarios, la psicóloga Verónica Vázquez comparte algunos:

Bulimia: Quienes la padecen después de cada comida se encierran en el baño y sus dientes lucen manchados o comienzan a perderlos, pues los ácidos gástricos que salen con el vómito desgastan la dentadura e inflaman las papilas gustativas de la boca.

Anorexia: Por lo regular, estas personas se aíslan de sus amistades y pierden peso aceleradamente. Además, ponen pretextos para no comer en los horarios habituales de la casa y luego afirman que lo hicieron, pero nadie las vio.

“Cabe señalar que quienes padecen trastornos alimentarios no tienen problemas con la comida en sí, sino el origen son conflictos emocionales que las inducen a querer sacar algo de su interior, en el caso de la bulimia, o a no dejar pasar nada ni a nadie, en la anorexia. Así, de forma inconciente usan a la comida como medio para expresarlo”, agrega la especialista. Adicionalmente sugiere cómo brindar un correcto apoyo:

1. Tratar de entender a la persona sin enjuiciar su conducta. Al hablar con ella, se puede comenzar diciendo: “He observado cambios en tu comportamiento, veo que has perdido peso y deseo ayudarte pues me importas”.

2. Acercarse a un psicólogo profesional para recibir tratamiento de psicoterapia. El tiempo mínimo para una recuperación exitosa (sin recaídas) es de 2 años. Si el paciente se trata oportunamente, los daños físicos como gastritis, problemas óseos o interrupción del ciclo menstrual, se revertirán y podrá comer otra vez sin remordimientos u obsesiones que arriesguen su salud.

La responsabilidad por mantenernos física y psicológicamente sanos es prioritaria si deseamos una buena calidad de vida. La información y la comunicación son esenciales para evitar que alguien en nuestro hogar padezca trastornos alimentarios.

Más información:

-Diccionario de los Nombres Propios. Amelie Nothomb. Ed. Anagrama, España 2004.

-Sobibor. Jean Molla. Ed. Castillo, México 2007.

Share