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Chávez Recibe a Ahmed Santos

Como la canción de “El Ausente”, ya llegué de donde andaba, y les cuento que donde andaba es de gira con el gran Julio César Chávez, quien se prepara, junto con su hijo del mismo nombre, para su pelea de despedida en Los Ángeles, California este día 28.

Compartí, inesperadamente y muy emocionado, gracias a la invitación que personalmente me hizo Julio –mi ídolo boxístico- su promoción a la pelea con entrenamientos públicos en Las Vegas, Nevada; Phoenix, Arizona y las ciudades texanas de Austin, Houston y San Antonio.

Esta semana regreso con Julio a sus entrenamientos para terminar la gira promocional por California, en las ciudades de San Diego, Los Ángeles y San José, por lo que esperaré hasta el final de dicha gira para contarles por aquí cómo es el viajar y compartir los entrenamientos y la vida diaria con la leyenda viviente.

Mientras tanto, aquí les dejo mi análisis de las 2 peleas grandes que en los días recientes han causado revuelo en el mundo del boxeo.

Castillo y Corrales nos brindaron una pelea de alarido.

Cualquier especulación y formulismo previos a lo que podría ser el duelo de unificación de los campeonatos ligeros (61.236 kg, 135 lb) del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB), en poder del mexicano José Luis Castillo y del estadounidense Diego “Chico” Corrales, respectivamente, fueron pocos, comparados con el espéctaculo que estos 2 gigantes ofrecieron sobre el ring.

Ambos campeones se entregaron a una pelea brutal, manteniendo al público al filo de la butaca por 10 rounds, peleando con el corazón por delante.

Como se esperaba, José Luis Castillo buscó el boxeo en corto y lo logró capitalizar, al atraer a Corrales a ese terreno, hasta llegar a minarlo y doblarlo, en pelea disputadísima en la que él también tuvo que comer bastante cuero, haciéndolo morder el polvo en par de ocasiones en el round número 10.

Ahí, el “Chico” sacó fuerzas de flaqueza –amén de una frialdad y un colmillo largo y retorcido, al expulsar de su boca el protector en ambos casos y ganar segundos importantísimos para su recuperación- y, en algo imaginable sólo en las películas, se levantó para poner fuera de combate al mexicano –cuando el réferi se interpuso a detener la pelea con Castillo prácticamente noqueado de pie – ante una arena que más bien parecía un manicomio ante tal demostración de parte de ambos.

Bien, lo que se analizaba antes de la pelea, sucedió: Corrales, el de la mandíbula más débil, visitó la lona, y Castillo, quien jamás había caído, no lo hizo, pero gracias a su inmenso coraje, y también inmensa frialdad, Corrales fue quien terminó con la mano en alto en lo hasta este momento es la pelea del año.

Vaya el reconocimiento para ambos guerreros, en un triunfo que se siente de los 2 y del boxeo en general.

“Tito” simplemente no pudo.

El mejor de todos los tiempos “Tito” simplemente no pudo.

En verdad que este año, que aún no culmina su primera mitad, nos ha traído a la gente que seguimos el boxeo grandes peleas, con bastantes emociones.

Justo este pasado fin de semana tuvimos otro duelo en la cumbre entre el boricua Félix “Tito” Trinidad y el estadounidense Winky Wright.

Wright, un excelente peleador a quien a lo largo de su carrera no se le ha dado el debido reconocimiento como tal, tal vez sólo cuando logró su par de “sorpresivas” victorias ante Shane Mosley, demostró una vez más su clase, al grado de darle una lección de boxeo a un grande como Trinidad, para imponerse en una decisión unánime en la cual ganó 11, sino es que los 12 rounds disputados.

El estadounidense propinó una paliza metódica a “Tito”, que no terminó en nocaut sólo porque Wright no es poseedor de gran poder de puños, con sólo usar un boxeo simple, pero bastante efectivo.

Con su muy educado jab de mano derecha desde su guardia zurda, mantuvo a su oponente a la distancia, al mismo tiempo que lo castigaba, combinando ese jab esporádicamente con su recto de izquierda –el clásico 1-2-, o en ocasiones dejando ir la izquierda sola, que también entraba como cuchillo en mantequilla sobre el rostro de Trinidad.

La defensiva de Wright fue también extremadamente sencilla: sólo subía sus manos a la altura de su cara y bloqueaba todos los golpes dirigidos a la cabeza, ignorando, como si no le hicieran daño, los que el boricua le conectaba al cuerpo.

Cuando un boxeador hace las cosas tan bien como Wright, el boxeo parece fácil, pero es algo que sólo los grandes pueden hacer, y, ante un Félix Trinidad, que con gran voluntad y corazón nunca dejó de intentar, se podrá reconocer finalmente a Winky Wright como uno de los mejores peleadores libra por libra en el mundo, a quien ahora la lógica apuntaría que se antojaría verle en un combate en la cima contra Bernard Hopkins.

Ahmed Santos.

Ex campeón mundial superligero IBA.

Los Mochis, Sinaloa, México.

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