Ayudando a un Hijo Drogadicto

Por Jorge Hugo García

Doctor en Psicología

Es triste reconocer que los padres son los últimos en darse cuenta de la terrible realidad. ¡El vástago ha caido en las drogas! Su primer impulso es minimizar el suceso, diciéndose a sí mismos que el problema no puede ser tan grave. Luego viene la negación, no puede ser cierto, el o ella no pueden ser capaz de eso.

Pasada la sorpresa viene el coraje contra el adicto, donde se le culpa de todo a sus amistades, pero nunca a él o a los mismos padres. Luego se pasa a la confrontación, en donde se hace uso de la fuerza física en un intento por hacerle entrar en razón, después la violencia verbal, el insulto al culparle de haber sido tan débil de carácter, viene luego el desprecio familiar, las amenazas de correrle de casa, etc.

Después viene el período de confusión, los padres no saben cómo reaccionar y toman las acciones equivocadas las cuales casi siempre agravan la situación. Por ejemplo, lo primero que se les ocurre es internarlo en un centro de rehabilitación, pero esta es una decisión tan dolorosa como inutil. El remedio resulta peor que la enfermedad, porque además los padres no desean invertir tiempo en su recuperación y optan por una solución aparentemente barata. Las prácticas de que se valen estos centros para ‘ayudarles’ son dignos de la edad media. A base de ofensas y maltratos se les despersonaliza, les anulan su autoestima, pero nunca los retiran definitivamente de las drogas.

Recuperar a una persona que ha caido en adicciones, es trabajo de profesionales y no de personas improvisadas. Si realmente se les desea ayudar a superar su adicción, se debe iniciar por un programa psicológico en una clínica muy especializada, que corrija las causas emocionales que motivaros esta situación, recuperar los daños físicos ocasionados por el uso y abuso de substancias nocivas al cerebro y entrenarlo para que se ubique desntro del contexto familiar y social. Tres aspectos muy importantes para su total recuperación.

Los malos ejemplos, el deterioro de la diciplina y los valores morales en el ambiente familiar, es la primera causa y los padres deben comprometerse genuinamente a hacer cambios en la estructura de la familia. Los padres son la primera linea defensiva contra las drogas.

El daño que se ha producido al organismo por agregarle substancias nocivas, compromete la pureza de la sangre que alimenta al cerebro, lo que produce una descompensación en los neurotransmisores, afectando directamente la conducta y reacciones del adicto.

Mientras no se restablezca el balance bioquímico del sistema glandular y nervioso de nuevo, ninguna terapia será efectiva a mediano o largo plazo. Esto requiere de una serie de estudios para determinar los nutrientes exactos que necesita el cerebro para recuperarse.

Después viene la asesoría psicológica para modificar la estructuras mental del adicto, para que pueda ubicarse en una nueva realidad, ya que la suya está muy distorsionada y sus conductas bizarras obedecen a sus conceptos equivocados. Sus actuaciones son en base a la forma en que supone que es la realidad.

La terapia psynética ofrece la mejor alternativa ya que aplica reprogramaciones de memorias traumáticas, usando complicadas técnicas de hipnosis. El daño orgánico puede recuperarse con programas orthomoleculares y psiconutrición. Sus comentarios al 664-680-2592 o jorgehugo_garcia@yahoo.com.

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