Tratamientos importantes para el acné

Como el acné es un trastorno tan visible, y avergüenza a muchos, a pesar de que afecta a millones, la búsqueda de formas más efectivas para combatirlo es una tarea incesante. Con el paso del tiempo, se han creado ciertos mitos que prometen curas milagrosas. Sin embargo, debe destacarse que el tratamiento del acné requiere constancia y tiempo.

El tratamiento del acné se puede categorizar de tres formas: medicamentos sin receta para casos moderados, con receta para casos serios, y experimentales a base de remedies caseros que pueden funcionar, o no.

Tratamientos

sin receta (OTC)

Los tratamientos sin receta consisten generalmente en lavados faciales, jabones y productos tópicos que surten efecto en días o semanas. Como el barro que ves en tu cara ha demorado cierto tiempo en brotar, tiene sentido esperar que cualquier método de tratamiento no produzca resultados inmediatos. Sin embargo, con el uso continuo, el proceso puede dar frutos entre 2 y 8 semanas.

Los ingredientes comunes que componen los tratamientos del acné sin receta son el peróxido de benzoilo y el ácido salicílico. A continuación, una breve explicación de lo que hacen.

El peróxido de benzoilo es un medicamento antibacteriano que se usa para eliminar las bacterias que agravan el acné, que, contrariamente a lo que se piensa, no es provocado por la suciedad ni por la ingestión de alimentos con grasa, sino el resultado de la producción excesiva de aceite en los folículos pilosos, que queda atrapada en los poros junto a las células de la piel. Las bacterias se reproducen en este ambiente, agravando el estado de los poros. El peróxido de benzoilo seca la piel para que las capas exteriores caigan y no contribuyan al bloqueo de los poros.

El ácido salicílico es un medicamento queratolítico (que elimina la capa superior de la piel) y se utiliza en el tratamiento de varios trastornos de la piel como verrugas y granos.

Numerosos tratamientos sin receta consisten en una combinación de peróxido de benzoilo y ácido salicílico, que exfolian la piel y eliminan las bacterias.

Tratamientos

agresivos

Los productos tópicos se aplican directamente en la piel. Hay varios productos que pueden recomendar los dermatólogos.

Los antibióticos tópicos contribuyen a detener, retrasar y evitar el crecimiento bacteriano y reducen la inflamación, los retinoides tópicos están compuestos por vitamina A, y abren los poros obstruidos. Los dermatólogos aseguran que los retinoides tópicos contribuyen a normalizar el ciclo de vida de la unidad pilosebácea (folículos y glándulas sebáceas). Otros productos tópicos que se pueden recetar contienen sulfuro, zinc y resorcinol.

El acné también se puede tratar con medicamentos orales, que son antibióticos o retinoides por naturaleza. Como hay que ingerirlos, los efectos colaterales de los medicamentos por vía oral son usualmente más marcados, y pueden afectar el funcionamiento de las píldoras anticonceptivas y hacer la piel más sensible al sol.

Otros tratamientos posibles pueden ser la fototerapia, consistente en la aplicación de una luz sin rayos ultravioletas a la piel para eliminar la enfermedad; tratamientos hormonales, pues la producción de sebo (aceite) en las glándulas es estimulado usualmente por cambios hormonales; y crioterapia, o sea, aplicación de nitrógeno líquido para congelar y destruir las lesiones.

Tratamientos

alternativos

Los remedies caseros pueden ser efectivos para algunas personas, pero como la piel es delicada, a la larga podrían ocasionar más mal que bien.

Dentífrico: Un poco de pasta — no de gel —de una variedad que no sea blanqueadora puede secar los barros. Sin embargo, el dentífrico puede irritar la piel.

Aspirina: Muchos dicen que se puede hacer una pasta con aspirina (no acetaminofeno ni ibuprofeno) y agua, y colocarla sobre el barro hasta que el mismo se seque. La aspirina reduce la inflamación y el dolor.

Aceite de la planta del té: Contiene propiedades antibacterianas que ayudan a la eliminación de los barros o granos.

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