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TRAICIONADO

SUJETÉ MI LÁMPARA HACIA DELANTE Y LA PRIMERA COSA QUE VÍ FUE LA PELVIS DE UN HOMBRE Y DOS PARTES DE UNA PIERNA

Raras veces un doctor mata a otro doctor, pero ésto ocurrió en la prestigiosa Universidad de Harvard.

La profesión médica tiene un récord no envidiable en los entornos tenebrosos donde abunda la muerte. Muchas veces el doctor se toma un tiempo libre de sanar y curar para mutilar y asesinar.

El Dr. John White Webster era profesor de medicina en la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachussets. También era el autor de varios libros sobre temas de química. El profesor tenía una falla. Tendía a vivir más allá de sus límites, algo no tan difícil de hacer si tu salario era de $ 1.200 al año. Incluso en 1849, esa no era una suma principesca.

Además de vivir muy por encima de sus posibilidades, el doctor tenía una esposa y tres hijas.

Para completar su salario, el Prof. Webster vendía boletos para sus clases de química, pero realmente no era suficiente. El profesor gustaba de hacer fiestas y entretener a sus amigos.

De tanto en tanto, el Prof. Webster se encontraba en tales aprietos económicos que se veía forzado a tomar dinero prestado de su afluente colega, el Dr. George Parkman. El Dr. Parkman le había facilitado a Webster $ 400 algunos siete años antes. El préstamo había sido asegurado con una nota de obligación y una hipoteca sobre un bien personal del doctor.

Cuando el Prof. Webster tuvo dificultades para pagar la nota, el Dr. Parkman lo rescató una vez más. El doctor, con algunos otros hombres, prestó un adelanto de $ 2.432. Este préstamo fue asegurado con una hipoteca sobre todas los bienes personales de Webster, incluyendo una valiosa colección de minerales.

ANGUSTIAS FINANCIERAS

Nada parecía aliviar las angustias financieras de Webster. Se acercó al cuñado del Dr. Parkman, Robert Shaw, y le contó una desafortunada historia y logró venderle así su colección de minerales por $ 1.200. Por casualidad Parkman y Shaw discutían la ajustada situación financiera de Webster, cuando surgió el tema de la colección de minerales. El Dr. Parkman se puso furioso al descubrir que Webster había vendido un objeto sobre el cual tenía una hipoteca. En las semanas siguientes, el Dr. Parkman se enfrentó a Webster, amenazándolo con tomar acciones legales si el profesor no cumplía con los pagos.

Un viernes de noviembre de 1849, el Dr. Parkman tenía una cita para ver al Prof. Webster en su laboratorio. El Dr. Parkman llegó a la 1.45 PM. Nadie pudo recordar volver a verlo.

Dos días más tarde, de que el Dr. Parkman desapareciera, el Prof. Webster pasó a visitar la casa del hermano de su colega. El Reverendo Parkman estaba un poco sorprendido de ver a Webster. El profesor le dijo al Ministro que se había encontrado con el Dr. Parkman el viernes anterior y le había pagado $ 483 contra el dinero que le debía. Él dijo que el doctor se había ido del laboratorio apresuradamente, y aparentemente nadie lo había visto desde entonces.

Un hombre de la estatura del Dr. Parkman no puede pasar desapercibido. Su apariencia era el comentario del campo universitario, y de casi todo Boston. Al pasar a visitar al hermano del hombre desaparecido el Prof. Webster ganó credibilidad ante aquellos que pensaban que el doctor había sido atacado, robado y casi seguro asesinado. Fueron estos rumores los que llamaron la atención de un hombre llamado Littlefield, quien era el encargado de la limpieza del edificio donde se encontraba el laboratorio del Prof. Webster.

Littlefield decidió hacer una verdadera pesquisa del edificio. Le había parecido extraño que el profesor no hubiera tenido cerrado con llave su laboratorio, semejante a una bóveda, el cual estaba situado debajo de su vivienda. El laboratorio contenía un enorme horno.

FAMOSO JUICIO POR ASESINATO

El juicio del Dr. Webster capturó los titulares a través de los Estados Unidos. Para facilitar el camino a las miles de personas que querían asistir, la corte era vaciada cada 15 minutos para que un nuevo grupo de espectadores pudiera entrar. De esta forma, miles podrían decir luego, que habían ido al famoso juicio del Prof. Webster. El juicio en sí mismo, duró 11 días.

Littlefield, el encargado de limpieza, era uno de los más importantes testigos para la parte demandante. Él explicó que el laboratorio del Dr. Webster era más que una bóveda donde se entregaban las partes humanas de la sala de disección. Éstas eran quemadas en el horno de Webster. En la noche de la desaparición del Dr. Parkman, Littlefield lo había visto caminando hacia el departamento de Webster, pero no lo había visto entrar.

Durante los próximos días, mientras que la policía buscaba al desaparecido Dr. Parkman, el profesor se había encerrado en su bóveda durante horas. El fuego se había mantenido encendido en el horno y se podía oír como el agua corría incesantemente en la bóveda. En el horno de la bóveda se encontraron partes humanas y fragmentos dentales.

La defensa trató de crear dudas acerca de las partes humanas, diciendo que no eran del buen doctor. Luego se dijo que incluso si los restos humanos hubieran sido del Dr. Parkman, era muy posible que alguien más habría ubicado las partes humanas en la bóveda para incriminar al Prof. Webster. La defensa incluso sugirió que Littlefield mismo tuvo tanta oportunidad de hacer eso, como el propio Webster.

Al final, el juicio se basó en si dichas partes eran realmente restos mortales del Dr. Parkman. Esto fue comprobado sin duda cuando un diente falso se encontró en el horno de donde se extrajo la evidencia. El Dr. Nathan Keep, un amigo de Parkman y de Webster, había retenido los moldes que había hecho para probarle los dientes al Dr. Parkman. Los dientes encontrados en el horno coincidían exactamente con los moldes. El Dr. Keep lloraba mientras entregaba la evidencia, totalmente consciente de estar decidiendo el destino de un buen amigo.

La evidencia, totalmente circunstancial, ya que nadie había visto a los dos hombres juntos, estaba siendo tenida en cuenta, ahora. El jurado se retiró durante sólo tres horas antes de regresar con el veredicto culpable.

Al Prof. Webster se le dio la oportunidad de hacer una declaración. Lo que sigue es una porción conducente de esa declaración: “Repitiendo de la forma más solemne y positiva, y bajo el completo sentido de responsabilidad como hombre y como cristiano, de que soy completamente inocente de este cargo, de la verdad de la cual el buscador de todos los corazones es testigo.”

PAQUETE DE MENTIRAS

La declaración fue desgarradora y causó muchas lágrimas—pero era un paquete de mentiras.

Algunas semanas más tarde, Webster retiró su declaración en la corte y escribió una detallada confesión. Él describió como se le había acercado Parkman de manera demandante y agresiva, “¿Tienes el dinero?”. Webster confesó, “No, doctor”. Continuó declarando que había tratado de explicar su posición pero era interrumpido constantemente, y era llamado un mentiroso y un sinvergüenza.

Cuando Parkman agitó los papeles de la hipoteca en su cara, no se pudo controlar. Levantó el arma más cercana a su mano, una pieza de madera, y la dejó caer con todas sus fuerzas sobre la cabeza de Parkman.

Según su propia declaración, Webster nunca pensó en pedir ayuda. Él inmediatamente pensó en deshacerse del cuerpo para evitar las sospechas. Webster arrastró el cuerpo hasta un cuarto adjunto y le quitó la ropa y lo que contenía sus bolsillos. El cuerpo fue quemado en el horno y fue desmembrado en el fregadero mientras el agua seguía corriendo, llevándose la sangre al drenaje.

El Prof. Webster pidió por su vida, proclamando que había actuado de acuerdo a su ira. También se disculpó ante Littlefield por haber hecho que se dudara de su abogado y se hubiera mirado en su dirección con sospecha.

Su confesión no sirvió para salvar su vida, pero sí proveyó de algunos detalles. Los hombres profesionales y respetables quienes nunca habían cometido un acto violento en sus vidas, eran capaces de asesinar. También pueden mentir elocuentemente desde el banco del testigo.

El Dr. John White Webster fue colgado por el asesinato del Dr. George Parkamn en el último viernes de agosto de 1850

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