Superando la Infidelidad

Al descubrir la infidelidad cada persona reaccionará de manera distinta. Algunas tendrán el recurso para romper con la relación sin remordimientos. Pero para la mayoría, es un golpe casi mortal a su ego. Nos damos cuenta que el Amor y la atracción física son perecederos, y que no somos tan especiales como pensábamos.
Todo lo que suponíamos deja de tener sentido. La sorpresa y la duda nos invaden al no saber quién es esa desconocida persona que dormía a nuestro lado. Los pensamientos son catastróficos. De pronto, toda nuestra fantasía de Amor se desploma, y nos damos cuenta que la relacion no era tan perfecta como pensábamos.
Al darnos cuenta que el Amor no era para siempre, la promesa de fidelidad se vuelve una devastadora tragedia. Se muere la esperanza, la certidumbre, la estabilidad, la confianza, el respeto, etc. Y esa parte de nosotros que no aceptaba perder se va muriendo. Este golpe nos hace aterrizar en la realidad.
No es fácil aceptar lo que sucedió. Y buscar una razón será tiempo perdido, porque a veces sucede sin ninguna razón. Las causas de la traición son infinitas y muy fuera de nuestra capacidad cerebral. Pero necesitamos respuestas, aún con el dolor que aumenta al saberlo. Y aparecen suposiciones que no responden a nuestras incógnitas sentimentales.
Lo más sencillo es buscar culpables. La persona engañada se culpa por no haber sido lo suficiente perspicaz para darse cuenta. Estas suposiciones son como fuegos a nuestro amor propio. Y al final, el engaño nos revela nuestros equívocos: incapacidad emocional, errores del pasado, poca experiencia sexual o afectiva, etc.
Al descubrir nuestras limitaciones, en lugar de aprovecharlas para madurar y aceptarnos más, buscamos nuevas relaciones, o bien, perdonando rápidamente a quien nos traicionó.
Evite la reacción equivocada de buscar un amante para pagarle con la misma moneda. La venganza no siempre es dulce y ese pensamiento es desgastante. Conserve esa energía para reunir sus pedazos y volver a la lucha por lo que realmente vale la pena.
Nuestra mejor venganza será tomar la decisión de ser felices, porque nadie tiene el poder para derrotarnos emocionalmente. La infidelidad nos lleva a comprender que nadie es perfecto. Al recuperar la confianza de que la vida continúa y nosotros con ella, aprenderemos a superar la infidelidad sin caer en desquites, celos y paranoias.
Nos conviene recibir ayuda profesional para modificar nuestras memorias y unir nuestros fragmentos, tanto si la relación continúa como si se ha roto. Lo importante es seguir adelante y no permitir que se interrumpa nuestra vida. Y comprender al final, que la conducta emocional del ser humano es impredecible, contradictoria y muy compleja.