¿Que Hacer en una Violación Sexual?

Es muy importante poner atención cuando el menor hace referencia a un abuso sexual, porque en la mayoría de los casos se le debe creer. Muchos adultos, y en especial las madres, minimizan este hecho por no saber qué hacer y tratan de mentirosos a los afectados. Por esta razón, los padres deben estar informados para enfrentar la cruda realidad y no dejarse llevar por un sentimiento de venganza, el pánico o la ignorancia.

El abuso sexual se refiere a cualquier conducta sexual cometida por un adulto en perjuicio de un menor, ya sea masculino o femenino, en donde además exista coerción, y/o que exista una gran diferencia de edad entre ellos. El abuso sexual también puede ser cometido hacia un adulto, cuando se le obliga a tener actividad sexual sin su consentimiento.

En el caso de menores, el abuso puede ser la penetración por el ano o la vagina ya sea con el pene, los dedos o cualquier objeto. Exhibirle los órganos sexuales. Tocar o acariciar sus genitales. Que el adulto induzca al menor a tocarle, masturbarle o estimular oralmente sus genitales. Obligar al menor a involucrarse sexualmente con animales. Mostrarle material pornográfico. Implicarlo en actividades que tengan que ver con la producción de material pornográfico tales como fotos, películas, etc. Promover o iniciarle a la prostitución infantil. Tener conversaciones de connotación sexual con el/la menor a través del teléfono o del Internet.

Los abusos sexuales son más frecuentes de lo que se cree, y la mayoría son cometidos por personas conocidas y muchas veces por familiares cercanos. Los niños no mienten cuando externan un suceso de esta naturaleza, pero no pueden evitarlo porque generalmente son amenazados para llevar a cabo estos actos, o no tienen la fuerza suficiente, ni emocional ni física para defenderse del agresor.

En ocasiones los menores reciben buen trato de parte del agresor, les ofrecen regalos, dulces, etc., y a veces hasta cariño, por lo que el menor no comprende el significado ni la trascendencia del avance sexual, y es hasta mucho tiempo después que descubre que se trató de un abuso, el cual habrá de afectarle mientras viva.

Algunos signos que deben tomarse en cuenta son: sangrados e infecciones en los genitales, fisuras anales, moretones en el cuerpo, llantos injustificados, hostilidad, tristeza, angustia, miedo a la oscuridad, pesadillas de terror, asco, vergüenza y timidez, alteraciones en el sueño, pérdida o aumento de peso, dolores de cabeza, etc. Estos síntomas también pueden ser de otras causas, por lo que resulta importante observar la conducta general del menor y de inmediato consultar a una persona experta. Será más fácil para el menor superarlo si es creído y respaldado por sus padres para recibir ayuda profesional.

Los efectos psicológicos y físicos derivados del abuso sexual a menores varían dependiendo del tipo de agresión, la edad del agresor y la victima, el tipo de relación que había entre ambos, el tiempo que haya durado en meses o incluso años. Pero los ofendidos crecerán con el estigma del abuso, la auto devaluación y atacados por constantes sentimientos de perdida de su niñez y de culpabilidad. Los trastornos emocionales resultantes dependerán de la personalidad de la victima, y la reacción de apoyo o rechazo de su ambiente familiar y escolar.

Cuando lleguen a adultos, los afectados tendrán dificultad para establecer relaciones de amistad, noviazgo o pareja, serán retraídas, inseguras, sentirán vergüenza y rechazo hacia su propia persona, su autoestima estará muy deteriorada, tendrán dificultad para poner límites o decir no acepto, lo que les podrá en riesgo de padecer otro tipo de abusos. A largo plazo, podrán llegar a manifestar dificultad para una vida sexual satisfactoria, disfunciones como falta del deseo sexual, en mujeres dificultad para tener orgasmos o temor a la intimidad. Y existirá la grave posibilidad de que también se vuelvan agresores sexuales de otros menores.

Abordar el abuso sexual es doloroso, pero el no atenderlo garantiza un sufrimiento mayor por el resto de la vida. Y para lograr la estabilidad emocional, la Clínica de Psynética de Tijuana, se ha especializado en modificaciones de conducta y borrados de memorias traumáticas, y con su grupo de psicólogos tiene la capacidad para ayudarles a recuperar la alegría y la paz interna en pocas horas terapia.

Más informes al (664)-680-2592. jorgehugo_garcia@yahoo.com.mx. Visite:

www.psynetica.com.

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