¿Qué es el Índice de Masa Corporal o BMI?

(CL) – La población estadounidense se hace cada vez menos saludable, por decirlo de forma simple. Según el Centro Nacional de Estadísticas de la Salud (NCHS, por sus siglas en inglés), entre los años 1999 y 2002, el 64 por ciento de los estadounidenses mayores de 20 años estaban pasados de peso o eran obesos. Tales estadísticas representan un elemento clave en el debate continuo con respecto a la supuesta epidemia de obesidad en la nación; y fueron recopiladas utilizando la noción de Índice de Masa Corporal (BMI en inglés), un método controversial y, en ocasiones, no confiable para determinar el peso corporal saludable de los estadounidenses.

Antes de llegar al centro del debate en torno al BMI, es preciso comprender de qué se trata. Esencialmente, el BMI es una cifra basada en el peso y la altura, que se utiliza en el análisis de los efectos del peso en personas de estaturas diversas. El BMI tiene niveles predeterminados que indican la salud de una persona con respecto a su peso. Por tanto, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) consideran que una persona con un BMI inferior a 18.5 está por debajo de su peso, mientras que una lectura entre 18.5 y 24.9 se considera normal. Cualquier cifra por encima de 25.0 y menor que 29.9 es sobrepeso, mientras que 30.0 y más indica obesidad. El cálculo de tu propio BMI se puede realizar en cuestión de segundos, dividiendo tu peso en kilogramos entre tu altura en metros, al cuadrado.

Si bien estas normativas pudieran ofrecer aparentemente un índice claro de lo que se puede considerar exactamente una persona saludable y no saludable, con sobrepeso u obesa, en realidad no ocurre así. El BMI es sólo un estimado de la obesidad. Un error común con respecto al BMI es que indica el porcentaje de grasa corporal de una persona, lo cual no es cierto. Tampoco debe considerarse el BMI como factor determinante en cuanto a si existe sobrepeso u obesidad. Las estadísticas similares a las suministradas por los NCHS llevan a la confusión, puesto que el BMI no es una herramienta universal para todas las personas. Por ejemplo, numerosos fisioculturistas con un BMI superior a 25.0 pudieran clasificarse como personas con sobrepeso, y hasta enfermas. En otras palabras, lo que para una persona podría ser drásticamente negativo en términos de salud, puede ser perfectamente adecuado para otra con el mismo peso y estatura.

A la hora de determinar el BMI de una persona, nunca se toma en cuenta la distribución de la grasa corporal. Por consiguiente, numerosos estudios han vinculado la adiposidad abdominal (que se mide mediante la proporción cintura-caderas o circunferencia de cintura) con los trastornos cardiovasculares. Atendiendo a esto, una persona que almacena una cantidad no saludable de grasa en la región abdominal corre más riesgos de padecer enfermedades cardiacas, independientemente de su BMI. Al no tener en cuenta la distribución de grasa, el BMI podría conducir potencialmente a fallos de cálculo, implicando que una persona es saludable y no corre riesgos, lo cual sería una conclusión falta de fundamento.

Asimismo, el BMI no tiene en cuenta el peso de los músculos con relación al de la grasa. Un fisioculturista que mide 6 pies 3 pulgadas de estatura, y pesa 220 libras, contaría con el mismo BMI de una persona que no hace ejercicios, pero tiene sus mismas medidas y peso. Por supuesto, el primero es saludable, mientras que la segunda es portadora de una cantidad de grasa que atenta contra la salud. Sin embargo, la fórmula del BMI indica que ambos hombres gozan de la misma salud.

Atendiendo a lo anterior, vale preguntarse entonces por qué se usa el BMI. En realidad, se trata de un método valioso que proporciona una formula para adultos (el BMI brinda directrices específicas de edad y género para niños, independientemente de la de los adultos) para determinar si el peso se considera saludable, y si el mismo aumenta la posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares o diabetes. Cuando se analiza principalmente como un valor sugerido y un estimado, y no como factor decisivo con respecto a la salud y la obesidad, el BMI proporciona una excelente normativa y fórmula, que se puede aplicar fácilmente en casa. Aún así, la forma mejor y más exacta de determinar si el peso es saludable o no, es visitar al médico, quien puede realizar varias pruebas (como porcentaje de grasa corporal, análisis de pliegues de la piel, etcétera), que son mucho más que un simple estimado.

Para más información con respecto al BMI, consulta a tu médico o visita el sitio Web del CDC: www.cdc.gov.

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