No humano

Una de las grades contradicciones de nuestra época es que, a pesar de que la ciencia nos ha permitido reconocer y certificar que el inicio de un ser humano se produce en el momento de la concepción (sin ningún cambio dramático posterior hasta el momento de la muerte), el consenso social e intelectual piense hoy sobre esto con menos claridad que la del pitecantropus.
Vivimos en una profusión de teorías casi esotéricas que esgrimen todo tipo de falacias para negarle su calidad humana a un niño(a) que vive aun dentro del vientre de su madre. Por ejemplo, la perversa idea de que el niño no es humano porque al inicio no tiene forma humana (“sólo es un cúmulo de células”), que no es humano hasta que no se implante en el útero (“podemos asesinarlo hasta ese momento o congelarlo y aprisionarlo en una congeladora”), o que no es humano hasta que no lata su corazón, hasta que sienta o hasta que tenga “conciencia”. Y claro, si no es humano, su vida es irrelevante y no merece ningún tipo de protección.
Pero la falacia mayor, cargada con un fuerte racismo o eugenismo pre-alumbramiento, es la de que el ser humano prenacido, por estar dentro de su madre, sólo alcanzaría a tener una especie de sub-humanidad, sin ningún derecho y, por tanto, que su vida o muerte está sujeta a la decisión arbitraria de otros seres humanos. El humano salido del vientre es ahora la raza superior y el que permanece dentro, la raza inferior (cualquier parecido con el vomitivo pensamiento que justificó la segregación racial, no es pura coincidencia).
¿Apoya la ciencia estos razonamientos surrealistas? Definitivamente, no. ¿Lo apoyan los centros académicos, los medios de comunicación y hasta los organismos internacionales? Increíblemente, sí. Es más, aquellos que aun mantienen el sentido común y se rebelan contra estas aberraciones antihumanas, pueden ser estigmatizados y hasta perseguidos. Como en los peores momentos de la historia o como en las peores dictaduras, la veracidad se convierte en un delito.
La historia, sin embargo, está hecha de gritos de libertad y de verdad. Y no está lejano el día en que esta posmoderna esclavitud humana intrauterina ceda el paso a la profunda verdad: el aborto es el asesinato cruel de un ser humano, inocente e indefenso, en el vientre de su madre. Un ser humano igual a ti y a mí. Jamás un no humano.

 

Not human

One of the great contradictions of our time is that, although science has allowed us to recognize and certify that the beginning of a human being occurs at the moment of conception (without any subsequent dramatic change until the moment of death ), the social and intellectual consensus today thinks about this less clearly than that of the pitecantropus.
We live in a profusion of almost esoteric theories that wield all kinds of fallacies to deny a child who lives even inside his mother’s womb his human quality. For example, the perverse idea that the child is not human because at the beginning it does not have a human form (“it is only a cluster of cells”), that it is not human until it is implanted in the uterus (“we can kill it until that moment or freeze him and imprison him in a freezer ”), or that he is not human until his heart beats, until he feels or until he has“ conscience.” And of course, if you are not human, your life is irrelevant and does not deserve any protection.
But the major fallacy, loaded with strong racism or pre-birth eugenicism, is that the pre-born human being, because he is inside his mother, would only have a kind of sub-humanity, without any rights and, therefore , that his life or death is subject to the arbitrary decision of other human beings. The human born from the womb is now the superior race and the one that remains inside, the inferior race (any resemblance to the vomitive thought that justified racial segre is not pure coincidence).
Does science support these surreal reasoning? Definitely not. Do academic centers, the media and even international organizations support it? Unbelievably, yes. Moreover, those who still maintain common sense and rebel against these anti-human aberrations can be stigmatized and even persecuted. As in the worst moments in history or as in the worst dictatorships, truthfulness becomes a crime.
History, however, is made up of cries for freedom and truth. And the day is not far off when this postmodern intrauterine human slavery gives way to the profound truth: abortion is the cruel murder of a human being, innocent and defenseless, in the womb of its mother. A human being just like you and me. Never a non-human.