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¿Necesitan una educación espiritual?

Desde pequeños les enseñamos lo que está bien y lo que está mal, les decimos que no hagan daño y respeten a los demás. Pero llega un momento que nos planteamos si esta educación moral es suficiente. No solo los creyentes y practicantes optan por las clases de formación religiosa o espiritual para sus hijos. También muchos padres no creyentes consideran que va en beneficio del niño.

Preparándolo

para la vida

Para los partidarios de este tipo de formación, el principal beneficio es que la espiritualidad proporciona al niño los cimientos morales que podrán ayudarle en los momentos difíciles de su vida. Es una fortaleza espiritual que le ayudará a soportar las crisis e interpretar los problemas.

Mimi Doe, escritora especializada en los temas de espiritualidad infantil, afirma en sus columnas que “la espiritualidad es la base de la que se deriva la autoestima, los valores, la moral… Es lo que le indica al niño la dirección y el significado de la vida”.

A estas convicciones se unen muchas veces razones de tradición, el deseo de perpetuar generación tras generación una serie de rituales que fortalecen el sentimiento de pertenecer a una comunidad. “Mis padres, mis abuelos hicieron la primera comunión, yo la hice y aunque no voy a la iglesia, quiero que mi hijo reciba una formación en valores cristianos, luego ya verá si sigue practicando o no”, nos dice Mari Paz, cuyo hijo Javier empezó este año el primer año de catequesis.

Por otro lado, y para los más prácticos se puede decir que una formación religiosa más reglada, como es el caso de la catequesis católica, otorga al niño una base cultural fundamental para entender la historia de Occidente. “No les hace daño y además aprenden la base sobre la que se asienta nuestra cultura”, afirma Nicolas U, padre de una niña de ocho años. “Aunque no practico, no concibo que mi hijo no sepa quién es Jesucristo, Abrahán… de ahí venimos todos”.

Por otro lado la formación religiosa es una forma de conectar con la comunidad, de integrarse en ella. “Ir los domingos a la iglesia o la sinagoga, te integra en la vida de tu comunidad. Te hace más solidario con tus vecinos”, agrega Olga, madre de dos niñas de 9 y 7 años.

Sin religión

Pero para otros muchos, la formación espiritual no pasa necesariamente por la religión organizada. Es el caso de Joyce B., quien afirma en un foro de la revista Family and Home: “Hay mucha gente (no religiosa) que es tan ética como los que van a la iglesia. Mi familia es atea y somos fieles cumplidores de la ley, que votamos y pagamos nuestros impuestos. He demostrado a través de mis hijos que no se necesita una religión para criar personas buenas y éticas.”

Las alternativas de formación espiritual son prácticamente ilimitadas, una formación espiritual que no siga una religión organizada es por ejemplo la solución por la que optan muchas parejas que pertenecen a diferentes religiones, una situación donde la formación religiosa de los hijos puede ser una fuente de tensión y discordia. Es el caso de Robin, judía, y Amador, católico, quienes acordaron ofrecer a su hija Deborah una formación espiritual general, que no sigue una denominación concreta.

A tener en cuenta

Es probable que antes de decidirte por la formación religiosa de tus hijos, debas plantearte cuáles son tus creencias. Es un apartado que muchas veces olvidamos hasta que llega el momento de tomar una decisión sobre nuestros hijos, por ejemplo con las primeras comuniones. Seguro que habrá muchas preguntas y debes saber qué contestar. No olvides que es posible que desconozcas las respuestas. Decir “no estoy segura” es también una buena contestación.

Uno de los factores que más echan para atrás a los niños es la sobriedad de la formación religiosa típica. Intenta que su formación sea un momento de diversión. Muchas iglesias ofrecen servicios especiales para los niños.

La espiritualidad no solo se imparte en las iglesias y sinagogas, las ocasiones para dar una lección de espiritualidad son diarias. Ofrecerse para trabajos voluntarios de ayuda, donar juguetes o ropa usados o enfatizar el lado menos comercial de las fiestas religiosas son acciones que están al alcance de todos.

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