Mentiras Descaradas

La última edición de la Revista New Scientist (26.09.2020) trae como tema de portada el artículo: “Evolución, el rostro cambiante de nuestra mayor teoría de la naturaleza” y su contenido muestra las mayores contradicciones que oscurecen actualmente la lógica darwinista: el principio de plasticidad genética, la inducción natural, la selección de grupo cultural, las marcas epigenéticas, la anarquía taxonómica, la adaptación neo-lamarckiana, la construcción de nichos, la evolución rápida, la deriva genética, la transferencia horizontal de genes, etc.
Pero, increíblemente, esta revista “científica” no presenta estos principios actuales como lo que son: contradicciones demoledoras o fuertemente cuestionadoras del principio evolucionista, sino que los presenta condescendientemente como “actualizaciones” de una “evolución evolutiva” o “Evolución 3.0”. ¡Es de locos! La manipulación de los argumentos para que parezcan dar la razón a Darwin, o al menos lo disculpen por ser anacrónico, es tan grosera que parece el texto de un fanático sectario tratando de aleccionarnos en sus dogmas.
Y lo peor no está en el artículo en sí, sino en la Editorial (página 5), que ya desde su título, “Darwin tenía razón”, evidencia el deseo de someter todo incauto al mito. Sus frases, completamente adoradoras de una teoría nada probada y de fundamentos gaseosos, son desde lisonjeras alabanzas hasta sumisos mantras de rendición mística. Veamos algunas:
“La teoría de la evolución es uno de los mayores logros del intelecto humano […] en las ciencias biológicas, no tiene rival. Es la gran teoría unificada de la vida […] Es un sistema entrelazado y consistente de observaciones empíricas e hipótesis comprobables que nunca ha fallado en el escrutinio. Ni siquiera se ha descubierto algo que falsifique alguna parte […] es una entidad vibrante, viva y que respira todavía su mejor momento […] Bajo el ataque del creacionismo y su alter ego pseudocientífico, el diseño inteligente […] la evolución ganó porque es verdad.”
Uno se pregunta después de leer un texto tan vomitivamente falso y subjetivo ¿este es el nivel de las revistas “científicas” actuales o es sólo un caso aislado? ¿Será probable acaso que los circuitos científicos hayan caído, desde hace un tiempo, en manos de intereses ideológicos que sólo buscan reafirmar dogmas que los justifiquen y perpetúen?
Esperamos que no. Esperamos que sean, más bien, los últimos estertores de una falsa ciencia que nos ha tenido engañados por décadas, y cuyo radical adoctrinamiento sólo despierte un tsunami de verdad frente a tantas mentiras descaradas.

 

Shameless Lies

The latest edition of the New Scientist Magazine (09/26/2020) brings as its cover topic the article: “Evolution, the changing face of our greatest theory of nature” and its content shows the greatest contradictions that currently obscure Darwinian logic: the principle of genetic plasticity, natural induction, cultural group selection, epigenetic marks, taxonomic anarchy, neo-Lamarckian adaptation, niche construction, rapid evolution, genetic drift, horizontal gene transfer, etc.
But, incredibly, this “scientific” journal does not present these current principles for what they are: devastating or strongly questioning contradictions of the evolutionary principle, but patronizingly presents them as “updates” of an “evolutionary evolution” or “Evolution 3.0.” It’s crazy! The manipulation of the arguments so that they seem to agree with Darwin, or at least excuse him for being anachronistic, is so gross that it seems the text of a sectarian fanatic trying to lecture us on his dogmas.
And the worst is not in the article itself, but in the Editorial (page 5), which from its title, “Darwin was right,” shows the desire to submit all unwary to myth. His phrases, completely worshipers of an unproven theory and gaseous foundations, range from flattering praise to submissive mantras of mystical surrender. Let’s see some:
“The theory of evolution is one of the greatest achievements of the human intellect […] in the biological sciences, it has no rival. It is the grand unified theory of life […] It is an interlocking and consistent system of empirical observations and testable hypotheses that has never failed scrutiny. Not even something has been discovered that falsifies somewhere […] it is a vibrant, living entity still breathing its best moment […] Under the attack of creationism and its pseudoscientific alter ego, intelligent design […] evolution won because It is true.”
One wonders after reading such a disgustingly false and subjective text, is this the level of current “scientific” journals or is this just an isolated case? Is it probable that scientific circuits have fallen, for some time, into the hands of ideological interests that only seek to reaffirm dogmas that justify and perpetuate them?
We hope not. We hope that they are, rather, the last gasps of a false science that has had us deceived for decades, and whose radical indoctrination only awakens a tsunami of truth in the face of so many blatant lies.