La era de la información y de la desinformación

La era de la información y de la desinformación

Nuestro mundo está más que conectado que nunca, podríamos decir que estamos hiperconectados. Nunca como hoy los seres humanos tuvimos tanta información a nuestro alcance además de una tecnología tan accesible para intercambiarla.
Pero bajo ese panorama aparentemente fascinante, se esconden también amenazas reales y bien presentes para las masas, como es la desinformación, el ciberpopulismo y el cibercontrol.
En estos últimos tiempos y de manera exponencial, ha crecido una amenaza para los ciudadanos, y esto resulta cada día más difícil de escapar, las “Fake news”, fraudes y mentiras informativas, que corren a toda velocidad por las redes sociales, los correos electrónicos, sitios webs y las aplicaciones en nuestros teléfonos inteligentes.
Las “Fake news”, se han convertido en una estrategia de manipulación, ya sea con fines políticos, o en campañas de desinformación con propósitos oscuros.
Muchas potencias a nivel mundial ahora utilizan propagandas que se viralizan, para manipular las formas de pensar de ciertos sectores, ya que con los medios actuales, estas pueden ser dirigidas específicamente a grupos de toda índole.
El criterio jugará un papel en cada uno de nosotros, debemos filtrar toda la información que día a día  pasa por nuestras manos, buscar no una, sino, varias fuentes confiables donde podamos corroborar la veracidad de todo lo que leemos.
Actualmente muchos países han sufrido campañas agresivas de desinformación, creadas deliberadamente para ser distribuidas como arma política, y generar actos que crean discordia y división social.
Ese arma sirve para que “agentes externos” intenten desestabilizar a estados rivales, pero también la emplean líderes o partidos políticos en el ámbito local, para generar confusión, desviar la atención de otros problemas, polarizar y favorecer sus intereses.
Así como estamos viviendo la era de la información, al igual estamos en la era de la desinformación, resulta difícil creer y cada día resulta complicado distinguir lo real de lo falso. Prestar atención, sentido común, y un pensamiento crítico, serán nuestro mejor escudo protector, detener la desinformación, resultaría en la misma dimensión de querer detener toda la información confiable y verdadera que circula.
Las redes sociales, las aplicaciones de comunicación, resultan ahora prácticamente imprescindibles en nuestro mundo, el mal o buen uso de ellas, estará bajo nuestro criterio, dejemos de alimentarnos de tanta basura informativa, y comencemos un desarrollo personal a gran escala, introduciendo en nuestro cerebro, solo lo útil y verdadero, aprendamos a reconocer las “Fake news”, y las campañas de desinformación que todos los días nos llegan a granel en las redes sociales y el internet.

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