Mejora tu salud y baja de peso

Adopta estos seis buenos hábitos

¿Piensas que el mantenerte físicamente activo te ayudará a verte joven y saludable por más tiempo? ¿Te gusta vigilar tu alimentación y te preocupas por seguir una dieta equilibrada? Si es así, te presentamos a continuación una serie de recomendaciones que no debes pasar por alto y que te ayudarán a obtener el máximo beneficio de tus buenos hábitos.

Las claves para sentirte mejor

• Al levantarte, a desayunar. La mejor forma de empezar el día de una forma saludable es a base de un buen desayuno. El desayuno actúa como activador de tu metabolismo, dándole la energía necesaria para ponerte en funcionamiento, y así poder empezar a quemar calorías. Si ayunas por la mañana, estarás perdiendo una excelente oportunidad de generar gasto calórico y, además, tendrás mucha más hambre al mediodía, lo cual puede hacerte comer en exceso.

• Más de tres comidas. Tu ingesta diaria no tiene que limitarse a las tres comidas de rigor. Es muy recomendable tomar una merienda (tentempié o snack) a media mañana y/o a media tarde, que te ayudará a no sentir mucha hambre en el almuerzo y en la cena. Después de comer, tu cuerpo segrega una hormona llamada insulina, que contribuye al almacenamiento de las grasas en tu organismo. En las comidas más abundantes es cuando segregas más insulina. Así, si comes en menores cantidades y con mayor frecuencia, mantendrás los niveles de insulina más bajos y podrás quemar más grasas.

• Sin saltarte ninguna. Es muy desaconsejable saltarse cualquiera de las tres comidas principales del día (desayuno, almuerzo o cena) y es aún peor sustituir el desayuno o el almuerzo por una cena abundante. Cuando ayunas, tu actividad metabólica disminuye y, por consiguiente, quemas menos calorías. Además, si le provees a tu metabolismo los nutrientes que necesita para su funcionamiento correcto en una sola comida, éste probablemente no podrá procesarlos adecuadamente y los excesos se convertirán en grasas. Por otro lado, la actividad metabólica disminuye notablemente durante la noche, por eso la cena debería ser una de las comidas menos abundantes del día.

• Después de comer, actividad. Si aprovechas los ratitos después de comer para realizar alguna actividad física moderada, tu metabolismo se activará y quemará todavía más calorías que con el “estómago vacío”. Sin embargo, recuerda que la actividad elegida no debe ser demasiado brusca o extenuante, porque de ese modo lo único que conseguirías es tener una mala digestión.

• Ejercita los brazos y las piernas. Los ejercicios en los que participan de forma activa tanto los brazos como las piernas ayudan a quemar más calorías que aquellos en los que sólo se ejercita uno de ellos. Así, si practicas algún ejercicio o deporte en el que puedas mover brazos y piernas a la vez y de forma vigorosa, ¡no te olvides de hacerlo!

• Aumenta de forma progresiva. ¿Has probado aumentar de forma progresiva la intensidad de tu actividad física habitual? ¿Aumentar la frecuencia con la que las realizas? ¿Y la duración de la actividad? Incrementar de forma gradual y de acuerdo con tus posibilidades cada uno de estos factores de cualquier actividad física (intensidad, frecuencia y duración) te ayudará a potenciar los innumerables beneficios que ésta te proporciona: el bienestar físico y psíquico y la pérdida de peso definitiva, entre otros beneficios.

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