Más de 11,000 hispanos han donado sus órganos

“En esa carta me decían que tras el fallecimiento de mi hija, se le salvó la vida a seis personas, entre ellas una niña de 5 años y una madre de diez hijos. Cada una de ellas recibió la mitad de su hígado. Me dio muchísimo gusto, le arrebatamos vida a la muerte”, recuerda Aguilar, cuya hija Elizabeth falleció en Lancaster (California) tras sufrir de preclampsia durante su primer embarazo.

Como Elizabeth Aguilar, más de 11,000 hispanos han donado sus órganos en las últimas dos décadas, un gesto de amor y solidaridad que les ha salvado la vida a otros miles de personas. Sin embargo, todavía hay muchas más a la espera de un órgano. En Estados Unidos existen 96,000 personas en lista de espera, y de ellas más de 16,000 son latinos, la inmensa mayoría esperando por un riñón. Durante el mes de abril, designado Mes Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos por el gobierno federal, se intensifican las campañas para acortar esta larga lista.

María Aguilar no sabía si su hija quería ser donante, pero la personalidad de ésta le hizo pensar que hubiera querido serlo. Semanas después de su fallecimiento encontró la licencia de conducción de su hija, con el punto rosa que designa en California a los que quieren ser donantes de órganos.

“Me dio gusto poder cumplir su deseo”, explicó la Sra. Aguilar, quien ha recibido cartas llenas de agradecimiento de los receptores de los órganos de su hija.

Sin embargo, contrariamente a lo ocurrido en el caso María y Elizabeth Aguilar, muchos hispanos todavía temen a inscribirse para recibir órganos o ser donantes. Estos son los mitos o conceptos erróneos más comunes que provocan tal actitud:

Mito #1: “Si estoy involucrado en un accidente automovilístico y en el hospital saben que deseo ser donante, no harán esfuerzos por salvar mi vida”.

Únicamente se considera la donación si se han agotado todos los recursos para salvar la vida del paciente. Es más, desde el punto de vista médico, los pacientes deben recibir un cuidado sumamente intenso para salvarles la vida antes de ser considerados como donantes potenciales. Además, los paramédicos y médicos de la sala de urgencias no participan en el proceso de la donación, ni reciben compensación económica si esta se produce.

Mito #2: “Me preocupa que me extraigan los órganos sin estar muerto”

La donación de órganos y tejidos sólo se permite después de que un médico que no está vinculado al proceso de trasplante determina que se ha producido la muerte cerebral. En California se exige un diagnóstico de muerte cerebral por parte de dos médicos. Hay una serie de pruebas que se realizan para estar completamente seguros de que el paciente falleció.

Mito #3: “Sólo se benefician de los trasplantes de órganos los ricos y los famosos”

UNOS (Red Unida para Compartir Órganos) y los centros de trasplante del país han creado una lista de espera que contiene la información de cada paciente según su peso, estatura y grupo sanguíneo. La prioridad depende de factores médicos y científicos, incluyendo la urgencia de la necesidad, el tiempo que lleva en la lista, el tipo de sangre y la compatibilidad de órganos basada en tamaño. Nunca se toman en cuenta factores tales como raza, género, edad, ingresos ni popularidad al determinarse quién recibirá un órgano.

Mito #4: “Mi religión no permite donar órganos”

La inmensa mayoría de las religiones, incluidas las cristianas, apoyan la donación como un acto de benevolencia humana. Su Santidad Benedicto XVI,

está inscrito como donante, y ha dicho lo siguiente al respecto: “Significa cumplir un gesto de altísimo amor hacia quien tiene necesidad, hacia un hermano en dificultad”.

Mito #5: “No podré ser donante porque quiero que mi funeral sea de cuerpo presente”

La cirugía de recuperación de órganos se lleva a cabo en un quirófano. El cuerpo es tratado con respeto y reverencia. La donación de órganos y/o tejidos no desfigura el cuerpo ni interfiere con un servicio fúnebre de cuerpo presente, si es deseo expreso de la persona que falleció. En caso de donación de tejidos, ésta se realiza de manera que no se detecte visualmente, ya sea recobrando piel de zonas menos visibles, o usando prótesis en el caso de los huesos o córneas.

Mito #6: “La donación le costará dinero a mi familia”

Los costos relacionados con la donación son responsabilidad de la agencia de recuperación de órganos. Ni usted ni su familia tendrán que responder por los gastos del proceso de la donación. Sin embargo, los arreglos fúnebres y los costos de los mismos siguen siendo responsabilidad de la familia.

Para inscribirse como donante en California puede hacerlo en www.doneVIDAcalifornia.org o llamando al 1-866-797-2366. En el resto de la nación puede hacerlo en www.donevida.org o llamando al 1-800-485-8432. AT082678.

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