<!--:es-->Los préstamos “hasta el día de pago” y sus peligros<!--:-->

Los préstamos “hasta el día de pago” y sus peligros

¿Sabías que podrían cobrarte hasta un 400% de interés?

Tristemente, muchas personas sienten que no tienen otra opción que acudir a este tipo de préstamos pese a lo costoso de los intereses y lo difícil que puede resultarles salirse de este tipo de acuerdos. Lo que muchos no saben es que estos préstamos también atentan contra su privacidad…

Según la página de la Comisión Federal de Comercio (Federal Trade Comission – FTC), el organismo encargado de velar por los derechos de los consumidores en Estados Unidos, los préstamos “hasta el día de pago”, otorgados generalmente por empresas dedicadas a cambiar cheques y financistas alternativos, suelen ser créditos a muy corto plazo pero con altísimos intereses. Muchas veces los disimulan con otros nombres: adelantos de dinero en efectivo, préstamos sobre cheques posdatados o préstamos sobre cheques diferidos.

El usuario suele tomar un monto pequeño como un adelanto sobre su sueldo y por ese adelanto paga un “cargo por servicio” (service fee) más un interés. Supongamos que necesitas 100 dólares para hacer frente a una emergencia antes que puedas recibir tu sueldo quincenal (digamos que tu cheque quincenal es de 850 dólares). Vas a la oficina de préstamos más cercana donde te darán en efectivo un adelanto de $100 a cambio de un cheque de $115.00 con fecha de tu próximo día de pago.

Hasta ahora estas pagando 15 dólares por recibir 100 dólares por adelantado por una o dos semanas. Los 15 dólares pueden ser sólo el cargo por servicio o una parte cargo por servicio y otra parte intereses. El día que te paguen tu quincena, de los 850 dólares que recibirás ya no podrás usar 115, porque cobrarán el cheque que emitiste. Eso te deja con 735.00 dólares para hacer frente a tus cuentas regulares de esa quincena.

Muchas personas que necesitan acudir a los prestamistas del día de pago lo hacen porque no tienen otros ahorros y suelen tener comprometidos todos sus ingresos de quincena a quincena. Si ese fuera tu caso, entonces en esa quincena siguiente te encontrarás con 115.00 dólares menos para pagar tus cuentas regulares. Es posible entonces que para pagar todos los compromisos de esa quincena necesites volver a obtener otro pequeño préstamos, digamos otros 100 dólares, pero para eso tendrás que volver a pagar los 15 dólares del cargo por servicio, más cualquier otro cargo o intereses que te cobren… así que se vuelve un ciclo y cada quincena vas pagando cargos e intereses hasta que vas aumentando el monto del préstamo de 100 dólares a 200, luego a 300, y con cada aumento el cargo por servicio y los intereses también aumentan.

Los cargos por servicio varían de empresa en empresa, pero es muy común que por un préstamo de 200 dólares entonces tengas que pagar 30 dólares. Así, antes que te des cuenta, el préstamo te ha costado varios cientos de dólares en cargos por servicio e intereses en pocas quincenas y no has podido pagar el capital o “principal”.

Además del cobro de altos intereses y cargos por servicio, muchas de estas empresas recolectan una extensa información financiera de sus solicitantes: Número de Seguro Social, fecha de nacimiento, dirección, lugar de trabajo, sueldo, cuenta bancaria y generalmente exigen que les des autorización y acceso a tu cuenta bancaria para depositarte y deducirte los montos acordados.

Cuando sacas la cuenta de cuánto estas pagando en intereses y servicios para usar esos 100 o 200 dólares cada quincena, los intereses suman hasta equiparar lo que sería una tasa de interés de más de 400% anual. En este ejemplo, el costo del préstamo inicial es un cargo financiero de $15 y un APR de 391%. Si aplazas pagar el cheque tres veces, el cargo aumenta hasta $75 para tomar prestado $100 por tres días de pago (unos 45 días).

Muchas personas se preguntarán entonces si este tipo de préstamos es legal. La respuesta les sorprenderá: sí son legales siempre y cuando el prestamista desglose al prestatario el costo total del préstamo. Hay límites de cuánto pueden cobrar en total (APR), los montos de los cargos (Service fees), etc., según el estado en el que se encuentren, pero esos límites son bastante amplios. Si tienes curiosidad, en la página Web de Bankrate.com hay una tabla donde se resume por estado los límites permitidos de este tipo de costos.

Para cumplir con los requisitos de la ley, el prestamista debe indicarte cuánto te va a costar en total tu préstamo según lo exige la Ley de Divulgación de los Términos Totales de Crédito (Truth in Lending Act), la cual trata sobre la transparencia de los préstamos, y por lo tanto el costo de los préstamos del día de pago — al igual que en otros tipos de crédito — debe ser revelado. Según la FTC, entre la información que deberás recibir, por escrito, están: el cargo financiero (un monto en dólares) y la tasa anual efectiva (annual percentage rate, APR por sus siglas en inglés) que es el costo del crédito sobre una base anual.

Y es sabido que estas organizaciones y empresas sí hacen este tipo de desglose a sus clientes, pero pocos de sus usuarios se percatan de lo que estos intereses y cargos realmente significan porque están demasiado angustiados y preocupados por las razones que los llevaron a considerar ese tipo de préstamos en primera instancia.

“Si tienes un familiar enfermo y necesitas 200 dólares adicionales para los co-pagos de las medicinas y no tienes de donde sacarlos, pagar 30 dólares adicionales por unas dos semanas no te parece tan caro” explica Lourdes, una joven que trabaja de recepcionista y quién se vio inmersa en una deuda de hasta 600 dólares con préstamos “hasta el día de pago”. “Al principio te parece que son una tabla de salvación, hasta que llega el día de pago y ves que de tu sueldo te queda la mitad de lo que recibes normalmente y con eso no te alcanza para pagar los otros “bills” y entonces necesitas renovar el préstamo una y otra vez…”, nos dijo con un lamento.

“Si hubiera apartado por unos meses los 30 dólares que pagué de “cargos por servicio” por las 6 o 7 veces que renové el préstamo, no hubiera tendido que pedir prestado los 200 dólares en primer lugar…”, concluyó Lourdes. También nos explicó que le tomó cerca de 9 meses salir del círculo de pagar y pedir prestado de nuevo. Pudo cancelar el capital porque unos amigos le prestaron el dinero que debía (llegó a 600 dólares en la última renovación). Lourdes repagó a sus amigos el capital que le prestaron a razón de 50 dólares cada quincena. Ellos no le cobraron intereses o cargos por servicios y como dice Lourdes “me dieron la oportunidad de ver cuán necesario es tener un “colchón”, aunque sea de unos pocos dólares, para emergencias. No se necesitan grandes emergencias para llevar a una persona a la desesperación o al fracaso económico; yo lo sé porque yo lo viví.”

Entonces ¿Qué opciones hay antes de acudir a un préstamo “hasta el día de pago”?

Del caso de Lourdes aprendemos que hay al menos dos recursos que debiéramos tener antes de acudir a este tipo de préstamos, pero que deben usarse con tacto y a tiempo:

tener una pequeña cuenta para emergencias y/o acudir a los amigos o familiares. No es igual acudir a un amigo o familiar para que te apoye con una parte de tus necesidades de la emergencia porque ya tú tienes un poquito ahorrado, que a que te presten una suma grande… Si te ves en la necesidad de acudir a tus amigos o familiares explícales tu situación y ofréceles un plan detallado de cómo piensas pagarles su ayuda. Muchas veces nuestra familia quiere ayudarnos pero también ellos tienen recursos limitados de los que, si pueden disponer, necesitaran reponer de todos modos.

Algunas estrategias a seguir antes de acudir a un préstamo “hasta el día de pago”:

– Si te ves en una emergencia por el pago de una factura adicional (o mayor a la esperada), solicita al acreedor más tiempo para pagarle. Averigua qué tipo de cargo te cobrarán por una extensión, cuánto sería si pagas atrasado, si hay un cargo financiero adicional o una tasa de interés más alta (como en el caso de las tarjetas) o si puedes pagar un monto mínimo o menor al total. Muchas veces puedes negociar con los acreedores (tarjetas, servicios públicos, etc.) para que te perdonen un cargo por atrasarte o te permitan saltarte un abono sin penalidades.

– Consulta en tu trabajo si pueden darte un adelanto sobre tu sueldo. Ciertamente ese dinero no lo recibirás el día de pago, pero muy probablemente no te cobren los cargos por servicio que cobran las casas de préstamos. Si contribuyes al 401k a través de tu empleador es posible que puedas pedir un préstamo con respaldo del dinero que ya has contribuido al 401k. Asegúrate que el interés que pagarás esté dentro de tus parámetros reales para que puedes hacerlo en el menor tiempo posible y luego sigas contribuyendo para tu retiro.

– Si tienes tarjeta de crédito averigua cuánto te costaría pedir un préstamo en efectivo o si puedes usarla para cubrir la emergencia; planifica cómo vas a pagar ese cargo de modo que no te coman los intereses. Compara los cargos y el APR de la tarjeta. Pese a que los adelantos de efectivo de las tarjetas suelen ser muy costosos, raras veces tienen las tasas de intereses tan altas como los préstamos “hasta el día de pago”.

– Consulta en tu banco los costos de sobregirar la cuenta. Generalmente el banco cobra hasta 30 dólares por cada cheque sin fondos (ya sea que lo paguen o no) así que asegúrate antes de escribirlo cuánto te cobrarían y, si lo pagan, que otros cargos adicionales tendías. Algunas instituciones como las Cooperativas de Ahorro y Préstamos (Credit Unions) son más flexibles con los cargos por servicios y en muchas ocasiones están dispuestas a hacer pequeños préstamos a sus miembros, con tasas mucho más competitivas que las de las casas de cambio de cheques. Si no tienes una cuenta bancaria considera usar una Cooperativa de Ahorro y Préstamos ya que estas suelen estar más dedicados a servir a los pequeños ahorristas y prestamistas.

Una peor modalidad: Los préstamos hasta el día de pago Online

Encima que este tipo de préstamo puede ser sumamente caro para personas con pocas opciones frente a una emergencia, la nueva modalidad de accederlos rápidamente por Internet los hace aún más peligrosos por la cantidad de información personal que las instituciones exigen que sus solicitantes desglosen. Además. Muchos de los sitios Web que recolectan la información no pertenecen a las empresas que emiten los préstamos, sino que son intermediarios e inclusive algunos aclaran que no se hacen responsables del mal uso de la información allí depositada.

Según una encuesta de más de 100 sitios de préstamos “hasta el día de pago” realizada por Consumer Federation of America (CFA) muchos sitios web son manejados desde fuera de EE.UU., y por lo tanto quizás muchos de ellos ni siquiera estén sujetos a las leyes bancarias nacionales. “El problema es que no sabes a dónde va a parar toda la información que solicitan” dice Jean Ann Fox, directora de la división de protección al consumidor de CFA. “Muchas veces no hemos podido identificar a nombre de quién está registrado el dominio Web. Hay prestamistas de estos fuera del país, en Canadá o en el Caribe que no pueden ser localizados ni con lupa. Es como si entregaras a un extraño de la calle un cheque en blanco de tu cuenta” añadió.

Si no tienes más alternativa que tomar un préstamo “hasta el día de pago” asegúrate de:

– Quién es el prestamista, dónde opera y bajo las leyes de qué estado está regulado (EE.UU.) y si cumple con los requisitos de desglosar el total APR del préstamo.

– Cuánto te costará el préstamo en cargos y en intereses y por cuánto tiempo.

– Cómo usarán y almacenarán la información personal que recolectan de ti.

– No tomes prestado más de lo que podrás repagar en el primer día de pago, de modo que no lo renueves más de una vez. Haz un plan conciso y estricto de tus próximas obligaciones para asegurarte que podrás cumplirlas todas.

Share