Los Padres y los Hijos

Los Progenitores nos son dueños de sus hijos, estos no son de su propiedad. Son pertenencia de La Vida , quien crea y borra seres sobre la faz de la tierra de acuerdo a sus necesidades. Y en ello, la Vida no es ni buena ni mala, simplemente es como es, y así debe aceptarse.
Los progenitores son únicamente facilitadores de las aptitudes de sus hijos y modeladores de algunas de sus tendencias, pero por más que se esfuercen, en nada podrán cambiarles su personalidad intrínseca ni su destino.
Cada progenitor es diferente, y por lo tanto, también diferentes habrán de resultar los hijos. Diferentes en sus ilusiones, sus formas de expresar afectos y en sus destinos.
Y por más que se mortifiquen, no existen los Padres perfectos. Nadie nace enseñado para serlo. Y ya sea que deseen hijos o no, es La Vida quien designa quien, en donde o de qué padres habrán de nacer los nuevos vástagos.
Y de ahí en adelante, La Vida sólo permanecerá como espectadora de las peripecias de sus retoños. Será la silenciosa observadora de sus decisiones y sus múltiples consecuencias, las cuales habrán de llevarles a prosperar o sucumbir en el intento.
Algunos hijos vienen destinados para apegarse a su Madre, ya que será a través de ella como aprenderán aquello que les hace falta comprender, sobre el mundo de los sentimientos y las sutilezas que encierra la feminidad. Y será la Madre quien por su presencia o su ausencia, con sus desvelos o aparente desinterés, les inculcará en sus células los misterios para aprender a disfrutar del dar y recibir Amor.
Algunos hijos nacen para apegarse a su Padre, ya que bajo su sombra prosperarán y serán la inevitable continuación de sus sueños. Es la figura paterna quien con su presencia o su ausencia, su Amor o aparente indiferencia, insuflará en sus memorias el valor, el arrojo, la insistencia y el espíritu de lucha sin claudicaciones.
Otros vienen sin el apego a un Padre o una Madre. Han nacido como espíritus libres, porque así ha sido el designio de La Vida , quien les necesita para llevar a cabo sus planes de evolución perenne. Y para ellos, les ha reservado un sitial grandioso, donde serán el fermento de ideas formidables y realizaciones maravillosas, para gloria y deleite de La Vida que los ha creado.
Algunos más no han nacido ni nacerán, pero habrán de permanecer en la memoria de La Vida. Y será con el vacío de su presencia, que esos Padres que tanto los desean, aprenderán una gran lección sobre las realidades del mundo de los afectos, ya que no todas las personas nacieron para tener hijos, o ser amorosos progenitores.
Y es mucho antes de nacer, que aquellos que vendrán a respirar, han escogido el lugar donde nacerán, los progenitores que los acogerán o rechazarán, y todas las circunstancias que vendrán después, tanto beneficiosas como adversas. Han elegido ese medio que puede parecer incomprensible, como una escuela que les ayudará a vislumbrar aquello que les será indispensable en su eterno transitar.
Pero es La Vida quien toma la decisión final. Por ello le estaré agradecido por las múltiples bendiciones con las que me ha colmado. Y sean como hayan sido las circunstancias, todos hemos aprendido de todos. Ya nunca volveremos a ser los mismos, porque estaremos renaciendo eternamente en cada segundo de cada nuevo amanecer.

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