La Corrupción es un Crimen

Las consecuencias de la corrupción se ve en los hospitales sin medicamentos o con medicamentos vencidos o falsificados, niños y ancianos que mueren por falta de asistencia, escuelas mal equipadas, estudiante que retrasan su aprendizaje por falta de libros y elementos educativos, rutas intransitables y puentes a punto de caer por falta de mantenimiento, áreas tomadas por el narcotráfico, crecimiento de la delincuencia juvenil, incluso guerras y sinnúmero de derivaciones que resultan por el desvío del dinero público a los bolsillos de los políticos de turno.
La corrupción es un problema en todos los países, lo que ocurre es que en Dinamarca es “casi” nula y en Somalia es “casi” total, por nombrar solo los dos extremos de la lista. El “detalle” son las consecuencias que sufre quienes dan y reciben el soborno, en Dinamarca la ley es muy dura con los corruptos, en cambio en Somalia no existe reglas ni leyes para este delito. Todo esto socava la justicia y el desarrollo económico, cuando los políticos reciben sobornos para acordar a puertas cerradas, destruyendo la confianza pública en el gobierno y los líderes.
A partir de lo ocurrido en la FIFA (Federación Internacional del Futbol Asociado), nos dimos cuenta que todos los países necesitan rever sus reglas y leyes anticorrupción, incluso los que figuran en la parte superior de la lista, ya que los principales centros financieros del mundo están en la Unión Europea y Estados Unidos de América, quien deben unirse con economías de rápido crecimiento para detener a los corruptos.
Analizando la lista de economías latinoamericanas, con mayor y menor grado de corrupción en el 2014, vemos que de 174 países estudiados, los mejor ubicados son Chile y Uruguay, ambos en el puesto 21, seguidos por Puerto Rica (31) y Costa Rica (47). En cambio en el otro extremos están Venezuela y Haití en el puesto 161, seguidos por Paraguay (150), Nicaragua (133) y Honduras (126).

Corrupción y desarrollo
Debemos hacer hincapié sobre las conexiones entre la corrupción y el desarrollo sostenible, ya que la corrupción no es simplemente un delito, es un crimen, porque es el instigador de otras actividades delictivas como la delincuencia organizada transnacional y el tráfico de drogas.
Es hora de comprender que sin la corrupción y el soborno, no existirían millones de mujeres, niños y hombres víctimas de la trata de esclavos, no podrían comercializarse miles de armas que llegan a manos de los violentos, ni las toneladas de drogas ilícitas llegarían a sus consumidores.
La corrupción tiene un impacto devastador en Latinoamérica, según el Banco Mundial cada año, se pierde $ 40 mil millones de dólares en los países latinoamericanos, debido a la corrupción y el soborno. Por ejemplo solo en los costos de la infraestructura de agua potable, se han incrementan por la corrupción hasta en un 40 por ciento, que equivale a una suma adicional de US $ 12 mil millones al año necesarios para proporcionar agua potable segura y saneamiento en países latinoamericanos.

Todos unidos
En Latinoamérica necesitamos una coalición sólida y fuerte de los gobiernos, la comunidad empresarial, la sociedad civil, la academia y los medios para resistir la corrupción, y construir una cultura de la prevención y la integridad.
Hasta la próxima

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