Las causalidades de Benedicto XVI

Por Cesar Leo Marcus. Periodista, escritor y catedrático. Autor del libro “...Y Bush tenia razón” cmarcus@clmarcus.com Tel: 818-321-7131

Decir que todo lo que dijo y todo lo que hizo Benedicto XVI en los Estados Unidos estaba “fríamente calculado” y nada fue dejado al azar, suena bien… Decir que el Santo Padre esta de acuerdo con la lucha antiterrorista suena un poco fuerte… Pero decir que el Papa vino a los Estados Unidos a apoyar la política interior y exterior del Presidente George W. Bush suena mucho más descabellado…

Primero definamos la palabra causalidad… El diccionario de la Real Academia Española define la palabra causalidad como aquella actitud planificada que tiene una causa cierta, aquel acto que nació de un plan lógico y organizado y por consiguiente tendrán un efecto esperado; lo contrario a casualidad que es aquello provocado por el azar o por el infortunio o por la buena o mala suerte.

En mis treinta años de periodista aprendí que los grandes hombres no eligen palabras ni acciones al azar, la experiencia me enseñó que la casualidad no existe para ellos y que todo es obra de la causalidad, que todo es obra de la planificación, de la organización; mas cuando el centro de nuestro análisis es Joseph Ratzinger, nacido en Alemania, la cuna de la planificación y la organización, entonces es allí cuando mis dudas se desvanecen.

No dudo que la causalidad hizo que el Es-Cardenal Ratzinger festeje sus ochenta y un años de vida en suelo americano enviando un mensaje de familiaridad.

No dudo que la causalidad hizo que el ahora Papa Benedicto XVI festeje sus tres años de papado en su visita a los Estados Unidos de America, mostrando al mundo que se siente cómodo en este país.

¿Pero que esconden estas y otras “causalidades”?

La causalidad hizo que Su Santidad visitara la Casa Blanca apenas siete meses antes de las elecciones y nueve meses antes del cambio de presidente, mostrando su apoyo tácito a la gestión del Presidente Bush, por eso la causalidad hizo que el Presidente George W. Bush y su esposa lo fueran a recibir en persona, cosa nunca vista en el protocolo americano.

La causalidad del Presidente Bush cuando dijo en el acto de recepción al Papa a la Casa Blanca: “En un mundo en el que algunos tratan la vida como algo devaluado, necesitamos su mensaje de que toda vida humana es sagrada y que cada uno de nosotros es deseado, cada uno de nosotros es querido”, es dirigida en rechazo hacia el aborto, recordando que en el 2004 el cardenal Ratzinger, dijo que los políticos partidarios de leyes a favor del aborto o la eutanasia no deberían recibir la comunión, tomando en cuenta que los dos aspirantes a la candidatura demócrata, Hillary Clinton y Barack Obama, están a favor del aborto, mientras que su rival republicano John McCain está en contra.

La causalidad de Benedicto XVI con relación a la inmigración, nos demuestra una postura muy clara: “Estados Unidos debe ayudar a los países de origen a desarrollarse, de forma que sus ciudadanos no se vean en la necesidad de emigrar, esto sería lo más conveniente para todos, no sólo para esos países, sino para todo el mundo y en particular para Estados Unidos”, afirmó en el vuelo hacia Estados Unidos.

La causalidad que provoco que el Papa, frente a una multitud de jóvenes enfervorizados, reunidos en el Seminario de San José en Nueva York, explicara que su adolescencia fue “estropeada por un régimen siniestro, el nazismo creía tener todas las respuestas”, dijo. “Su influencia creció, infiltrando escuelas, organizaciones civiles, la política e incluso la religión, antes de ser reconocido como el monstruo que fue”, aseguró en clara alusión a los países musulmanes que niegan la existencia del holocausto, del cual Benedicto XVI puede dar testimonio.

La causalidad que provoco que el Papa agregara que “Demos gracias a Dios de que tanta gente de su generación -dijo a los jóvenes- puede disfrutar las libertades”. Esas libertades, indicó, surgen “de la democracia y el respeto a los derechos humanos”. Rechazando de este modo los regimenes izquierdistas totalitarios, que se están gestando en Latinoamérica.

La causalidad de Benedicto XVI y George W. Bush, que dedicaron gran parte de su encuentro privado en el Despacho Oval a analizar la situación de precariedad de las comunidades cristianas en la regiones en conflicto, ya que los gobiernos musulmanes en conflicto no pueden o no quieren proteger a los millones de cristianos que aun viven en tierras arrasadas por el terrorismo musulmán y son asesinados a diario.

La causalidad hizo que el sucesor de Pedro visite la sinagoga de Lexington Av. en Nueva York, en la víspera de la celebración del Pesah, que es la Pascua judía que recuerda la liberación de Egipto y el comienzo del camino hacia la tierra prometida de Israel, expresando su apoyo y cercanía a la causa judía en medio oriente.

La causalidad del Presidente Bush que dijo en el acto de recepción al Papa a la Casa Blanca: “En un mundo en el que algunos evocan el nombre de Dios para justificar actos de terrorismo, asesinato y odio, necesitamos su mensaje de que Dios es amor y abrazar este amor es el camino más seguro para salvar al hombre de ser presa de las enseñanzas del fanatismo y el terrorismo”… en una clara alusión a la guerra contra el terrorismo y la necesidad de combatirlo donde fuere.

La causalidad del Papa Benedicto XVI en reconocer que debe existir en todo el mundo libertad religiosa, como la existente en los Estados Unidos: “Hoy en las aulas de los Estados Unidos hay jóvenes cristianos, judíos, musulmanes, hindúes, budistas y niños de todas las religiones sentados juntos, aprendiendo con los otros y de los otros, dejemos que otros aprendan de su experiencia, y se den cuenta que una sociedad unida puede surgir de la pluralidad de gente, si todos reconocen la libertad religiosa como un derecho civil elemental”, señaló en el encuentro que asistieron líderes religiosos cristianos, judíos, musulmanes, hindúes y budistas, demostrando con este gesto una deliberada desaprobación a los gobiernos teocráticos que restringen las libertades religiosas.

La causalidad de ambos dignatarios mostrando su total rechazo al terrorismo como “la manipulación de la religión para justificar actos violentos e inmorales contra inocentes”. Así, vieron “la necesidad de enfrentarse al terrorismo con los medios apropiados”, en claro apoyo a la lucha antiterrorista.

La causalidad de la visita Papal a la Zona Cero, donde fueron derribadas las Torres Gemelas y asesinados casi tres mil ciudadanos de Estados Unidos por el terrorismo musulmán, donde el pontífice pidió: “Dios de paz, tráenos tu paz a nuestro violento mundo: paz en los corazones de todos los hombres y mujeres de las naciones de la tierra… Lleva tu amor a los corazones y las mentes de quienes están consumidos por el odio”.

Quien quiera ver en estas causalidades, planificadas y organizadas, la demostración cabal del apoyo del Líder Vaticano, Benedicto XVI, a la política exterior del Presidente George W Bush, estará en lo cierto, quien las niegue podrá buscar las palabras de Jesús en Mateo 13:14

“Oiréis con vuestros oídos, y no entenderéis, y al ver con vuestros ojos, no veréis”

Hasta la proxima

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