Estudiar con el teléfono

“Googlear” (sinónimo de buscar en internet algún dato), es el nuevo paradigma de esta década, ahora podemos aprender muchas cosas en forma gratuita en Google o YouTube y otras plataformas. El conocimiento es hoy el “objeto” de más fácil acceso que tiene la humanidad, solo es necesario un dispositivo (teléfono, computadora, tableta) y una red digital. Según los últimos datos de las Naciones Unidas, más del 75% de la humanidad tiene acceso a una computadora, una tableta o al menos un teléfono digital, que es un porcentaje mucho más alto de los que tienen acceso a una buena alimentación y al agua no contaminada. Por supuesto que esto cambia por completo el proceso educativo mundial…

Primer plan fallido
Muchos lectores estarán pensando en One Laptop Per Child, (OLPC), un proyecto muy publicitado para proporcionar computadoras portátiles a los estudiantes más pobres y marginados. Una idea surgida en el 2004 que se suspendió en el 2014, que consistía en vender computadoras a cien dólares a los gobiernos de países del tercer mundo, para entregarlas gratis a los alumnos de escuelas necesitadas. El problema principal que llevo este proyecto al fracaso, fue que tanto los profesores como los alumnos desconocían los sistemas educativos y operativos incluidos en estas computadoras. La idea actual es utilizar tablas o teléfonos, ya que tanto profesores como alumnos conocen su funcionamiento para leer libros digitales, esto simplifica los problemas con los sistemas operativos complejos.

Todo en un teléfono
Es evidente que un teléfono o una tableta puede contener mucho material de aprendizaje que el utilizado en todos los años de estudio. Los teléfonos y tabletas se fabrican con memoria de (al menos) 16GB, que pueden albergar cientos o miles de libros de texto, incluyendo, pruebas, deberes y material extra de aprendizaje. El objetivo es que aquellos que no pueden o no deseen acceder a libros impresos, por los altos precios o comodidad, tengan a su alcance los libros digitales, a bajo costo o incluso gratis, desde su computadora, tableta o teléfono. También hay cada vez más pruebas de que los estudiantes aprenden mejor en forma digital, por ejemplo, un estudio realizado en los estudiantes de álgebra demostró que aquellos que utilizaron teléfonos o tabletas mejoraron sus notas en los exámenes en un 20% sobre quienes usaron libros de texto impresos.

Dinero y atraso
El lugar de los libros de texto en las instituciones educativas se enfrenta a un desafío cada vez mayor, por esa razón desde el 2012 el gobierno de los Estados Unidos de América, por medio del Presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones y el Secretario de Educación, se reúne trimestralmente con representantes de la industria de tecnología y los editores de libros, para discutir el tema de los libros de texto en las escuelas, (impresos versus digitales). Algunas de las organizaciones que participan en la discusión son Amazon, Google, Apple, Microsoft, HP, Nokia, Samsung, Sony, BlackBerry, LG e Intel. Uno de los temas principales es que todos los días hay nuevos avances en tecnología, medicina y ciencias o nuevos descubrimientos en arqueología y astrofísica, dejando los libros de texto atrasados al año de ser impresos. De acuerdo con la Secretaria de Educación se gastan en los Estados Unidos alrededor de $ 7 mil millones por año en libros de texto, pero la mayoría de ellos tiene información con siete a diez años de retraso. Por esa razón creen que el uso de teléfonos o tabletas va a ahorrar dinero y mejorar el aprendizaje, ya que los libros digitales se pueden actualizar mes a mes enviando los nuevos archivos a la “nube”. Según la Secretaria de Educación, teniendo en cuenta que hay más de 49 millones de estudiantes en las escuelas públicas de Estados Unidos, el ahorro previsto equivale a casi $ 3 mil millones, que se reutilizaran en mejoras educativas y edilicias.

La creatividad al poder
El tema revolucionario no es el dispositivo, (teléfono o tabla), probablemente en diez años aparezcan otros más sofisticados, sino sobre la forma de estudiar que antes no era posible. Los alumnos y maestros podrán trabajar en la “nube”, creando la posibilidad de asignar a los estudiantes proyectos individuales que pueden ser evaluados por otros alumnos y por varios profesores a la vez, creando una invaluable retroalimentación educativa. Es decir que desarrollaran el trabajo grupal o en conjunto, construyendo lazos comunitarios tan necesarios en la actualidad. Cada estudiante será un investigador activo, apoyando a la totalidad del conjunto, sorprendiendo con aportes más profundos, incluso el profesor puede personalizar el sistema de acuerdo a las respuestas de cada alumno, apoyando sus habilidades y mejorando sus falencias.
Esta revolución educativa “pasara” a los estudiantes el control de su aprendizaje, y transformara a los maestros y profesores en guías o tutores, para asegurar que las cosas se efectúen correctamente, de acuerdo al cronograma de estudios.

Hasta la próxima

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