El Testamento no es Sólo para los Ricos…
Aunque la realización de un testamento te lleve irremediablemente a pensar en la muerte, es la mejor vía para asegurarte que después de que ya no estés en este mundo, tus familiares no tendrán que lidiar por la pertenencia de tus bienes ni por otros asuntos más importantes aún.
Un testamento consiste en la declaración voluntaria de la última voluntad que hace una persona para disponer de sus bienes o solucionar ciertos asuntos después de su muerte. Es un documento legal que podrá ser utilizado en un tribunal para determinar quién se quedará con tus propiedades y tus hijos cuando ya no estés.
La importancia de dejar un testamento válido recae en que puedes decidir en vida cómo quieres que tus propiedades sean distribuidas, de lo contrario, si no tienes familia que pueda heredar, el estado se quedará con todos tus bienes. De igual forma, si no determinas quién se hará cargo de tus hijos menores, el estado determinará un tutor para ellos.
Para escribir un testamento con validez legal, en la mayoría de los estados de los Estados Unidos se exige que seas mayor de edad, que tengas lucidez mental, que el documento cumpla con las leyes del estado, puede ser a mano o grabado, debes apuntar un ejecutor y debes firmarlo enfrente de testigos.
Para evitar problemas de validación legal con tu testamento, lo mejor que puedes hacer es contratar a un abogado para que te lo elabore, además así garantizarás de que al momento de tu muerte, una persona capacitada legalmente esté al tanto de que tú cuentas con un testamento y haga que tus deseos se lleven a cabo.
Aunque un testamento siempre es distinto a otro, en general se podría decir que tiene tres elementos básicos: el nombre de un ejecutor (o albacea), el nombre de un guardián que se hará cargo de tus hijos menores y las instrucciones de cómo quieras que se disponga tu patrimonio.
Para qué te sirve un testamento
• Facilitas los tuyos los procesos de lidiar con asuntos legales complicados, aliviando las obligaciones mundanas en un momento que ya están sufriendo por tu partida.
• Dejas por escrito quién deseas que se quede con la custodia de tus hijos.
• Evitas el enfrentamiento de tus familiares.
• Simplificas el proceso legal.
• Dejas establecido quién se quedara con tus activos.
• Evitas confusión.
• Proteges tu casa y negocio de pasar a manos de terceros o del gobierno.
• Minimizas los costos legales.
• Eliges en vivo lo que quisieras que se haga después de tu muerte.
Antes de escribir tu testamento
1. Escoge un guardián para tus hijos. Cuando se tienen hijos menores de 18 años, una de las principales razones para realizar un testamento debería ser precisamente la de nombrar un tutor legal que se haga cargo de ellos en caso de tu fallecimiento. Aunque un testamento por sí mismo no tiene poder absoluto de determinar quién o quienes se quedarán con la custodia legal de sus hijos, ya que esa decisión la determina un tribunal, servirá como prueba de cuáles eran tus deseos. Además servirá para que el tutor que elegiste para tus hijos pida la custodia legal en la corte, en caso de que se le otorgue a alguien más sin previo conocimiento de tu deseo expresado bajo el testamento. En caso de que el padre o la madre de tu hijo también falleciera o no esté capacitado para hacerse cargo de los hijos, piensa muy bien antes de nombrar a la persona que se hará cargo de ellos hasta que sean mayores de edad. También puedes nombrar otro guardián, en caso de que el primero no pueda hacerse cargo y dejar por asentado el nombre de aquellas personas que jamás quisieras que se hicieran cargo de tus hijos.
2. Calcula el tamaño de tu patrimonio. Lo primero que debes establecer es el valor de tus activos personales, como tu vivienda principal, casa vacacional, muebles y enseres, aparatos electrónicos, joyas, piezas de arte y autos, entre otros. Los activos líquidos e inversiones tales como dinero en efectivo, cuentas de cheque, money market, cuentas de ahorro, certificados de depósito, bonos, fondos mutuales y acciones; tu participación en negocios y/o inversiones en bienes raíces; y tus cuentas de retiro IRAs, 401(k), anualidades, pensiones, etc.
Luego crea una lista de tus pasivos, como deudas de tarjetas de crédito, préstamos hipotecarios, de autos y sobre la plusvalía de tu casa. Préstamos personales, estudiantiles y de negocio, por nombrar los más comunes. Si a tus activos le restas tus pasivos obtendrás el valor real de tu patrimonio. Y así sabrás cómo disponer de tus bienes en el testamento.
3. Piensa cómo dividirás tus bienes. Cuando se tiene cónyuge e hijos, lo más común es dividir el 50% para tu pareja y el otro 50% se divide en partes iguales entre los hijos. También puedes dejar legados especiales entre tus familiares, como por ejemplo, repartir tus joyas entre tus hijos. Y en especial cuando hay hijos de otros matrimonios, es indispensable que dejes en claro lo que le corresponde a cada quien.
Lo más recomendable es que tú y tu pareja tengan cada uno un testamento donde se nombren el uno al otro como herederos, si alguno de los dos muere, el otro heredará todos los bienes. También debes dejar estipulado quién hereda en caso de que los dos mueran a la misma vez y no existan descendientes o en el triste caso de que uno de ustedes quede imposibilitado o incapacitado mental o físicamente para tomar las decisiones al respecto.
4. Deja calculado todo lo referente a pagos de impuestos. Por supuesto que no es posible que puedas anticipar cómo y cuánto tendrá que pagarse al fisco en el momento de hacer una liquidación por sucesión hasta que dicha circunstancia se presente, sin embargo lo que sí puedes hacer es consultar con tu preparador de impuestos cuando estés definiendo los activos y pasivos que posees cómo afectan estos en caso de herencias y conozcas cómo te puede beneficiar -o perjudicar- a tu familia cambios que peudas hacer en vida para preparar el terreno cuando ya no estés para hacerte cargo. Este tipo de preparación se conoce en inglés como Wealth Management (administración de fortunas) pero en realidad no tienes que ser dueño de una fortuna para querer dejar las cosas lo más arregladas posible que tu familia conozca cómo enfrentar los peores momentos.
5. Guarda y mantén actualizado tu testamento. Una vez escribas tu testamento, guarda el original en una caja de seguridad, ya sea en tu casa o en el banco, y hazle saber a alguien de confianza dónde está. Incluso puedes dejar copia a algunos familiares o amigos íntimos. Revisa cada 3 ó 4 años tu testamento o si hay cambios muy importantes en tu vida, como un divorcio, nuevos hijos, o muerte de tu pareja, la adquisición de una nueva propiedad, deberás elaborar uno nuevo.
Si decides hacer tu testamento por ti mismo, en alguno de los formatos que venden en las tiendas o por programas de computadora, porque de otro modo crees que te costaría muy caro, al menos invierte un poco en hacerlo revisar por un abogado.
Si aun no has hecho el tuyo, no lo pienses más y toma una de las decisiones más importantes de tu vida, que protegerán a los tuyos y les darás un poco de consuelo ante el dolor de perderte.