Siete formas de estudio casual

En verano se pierden conocimientos

Washington, (EFE).- El verano es la época para descansar de la escuela, pero si los estudiantes no leen ni practican matemáticas, se exponen a olvidar mucho de lo aprendido durante el año, advierten los expertos.

Se pierden 3 meses de aprendizaje

El consejo es para todos los alumnos, pero el énfasis va dirigido a los rezagados en la escuela, y particularmente, a aquellos cuyo idioma principal no es el inglés.

Por lo general, todos los jóvenes sufren un retroceso de uno a tres meses de aprendizaje durante el verano, según un estudio dirigido por el doctor Harris Cooper, profesor de Psicología en la Universidad de Columbia en Misuri y que publica la revista cibernética “Family Education”.

El estudio encontró que la pérdida mayor ocurre en el área de las matemáticas, por encima de la lectura.

“Todos los estudiantes pierden más conocimientos matemáticos que lectura”, indicó Cooper.

Y la razón es que los jóvenes tienen más oportunidades de leer que de hacer ejercicios matemáticos.

Muchos estudiantes en las escuelas públicas de Estados Unidos tienen que completar una lectura asignada en verano y presentarse a un examen sobre el texto durante la primera semana que regresan a la escuela en septiembre.

Este ejercicio los obliga a leer por lo menos un libro durante el verano, aunque lo ideal es cinco o más, aseveran los expertos.

El estudio de Cooper encontró que el ingreso familiar de un estudiante tiene un impacto en la destreza lectora del alumno.

Los estudiantes de clase media mejoraron su capacidad de lectura durante el verano, mientras que los de menores ingresos experimentaron pérdidas.

Cooper atribuye este fenómeno a las actividades a las que tienen acceso los estudiantes de clase media, como viajes o asistencia a la escuela o campamentos de verano.

Cómo lograr que tus hijos practiquen

El investigador indicó, sin embargo, que los padres pueden ayudar a sus hijos a mantener su conocimientos académicos y delineó una serie de recomendaciones para poner en marcha durante el verano.

Para comenzar, señaló, los padres deben establecer desde el principio las reglas.

Deben dejar claro que sus hijos tienen que leer y practicar matemáticas durante el verano y hacerles entender que si no lo hacen, se arriesgan a perder el progreso que han alcanzado durante el curso.

Las expectativas que delinean los padres es un asunto que “no es negociable”, recalcó el estudio. Ese esquema de verano debe proveer visitas regulares a la biblioteca pública.

Otra manera de promover la lectura es manteniendo libros en lugares estratégicos por toda la casa.

“Si sus hijos están aburridos en casa y se ‘tropiezan’ con un libro que les resulte interesante, lo más probable es que lo agarren y lo hojeen y, con suerte, se pondrán a leerlo”, dijo Cooper.

Para los padres de estudiantes que hablan otros idioma, es vital que los niños se hayan matriculado en la escuela de verano para darle continuidad al inglés.

La escuela de verano puede enriquecer y acelerar el aprendizaje en áreas donde los jóvenes muestren especial interés.

Si tienen los recursos financieros, pueden contratar un tutor para trabajar de forma individual con su hijo. Esta persona puede ser un estudiante universitario, un profesional, un maestro que quiera trabajar durante el verano o una persona retirada.

En adición, se recomienda que busquen sintonizar las noticias o, mejor aún, programas educativos en la televisión para acostumbrar el oído al idioma y una buena oportunidad para practicar la pronunciación.

Juegos educativos en la computadora son otra opción que llama la atención a los jóvenes.

Por otro lado, si ya conocen los temas que se abordarán en las clases de historia o ciencias del nuevo grado académico, pueden visitar diferentes museos del área para introducir esos conocimientos.

Lo importante, según Cooper, es que la educación continuada durante el verano sea enriquecedora, abundante, pero, sobre todo, divertida.

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