El chat: versátil y simultáneo

“I seek you”, o “ICQ”, por sus siglas en inglés, abrió el camino a decenas de programas más que han llegado hasta nuestros días.

Sin obviar que el programa de Mirabilis, ahora propiedad de America On Line, aún existe y sigue ofreciendo su servicio con múltiples mejoras.

Cabe decir que el primer sistema de servidores, el IRC, continuó existiendo de forma paralela como alternativa, compitiendo con los foros de internet en cuanto ambos son espacios comunes de discusión temática.

La ventaja del chat respecto al foro es la simultaneidad de mensajes, la comunicación en tiempo real y la posibilidad de mantener cualquier número de conversaciones privadas al mismo tiempo.

 

Un “mensajero” moderno

El gran beneficiado con la tecnología de mensajes simultáneos es Messenger. Mediante la clonación del funcionamiento de ICQ, Microsoft ideó un programa de similares características introduciendo algunas novedades que lo hacían más atractivo.

El principal adelanto fue la vinculación de una cuenta de correo Hotmail a la cuenta registrada para Messenger. La burda copia del invento israelí consiguió rápidamente un éxito apabullante en el mundo hispano. La gratuidad del programa se compensaba con el bombardeo masivo de mensajes publicitarios al que Messenger somete al usuario.

Para dotar al programa de una interactividad casi total, la casa de Bill Gates ha incluido mejoras versión tras versión. La más sonada ha sido la posibilidad de comunicación entre usuarios a través de micrófono y cámara web. Ya no hace falta ni teclado en nuestra computadora para hablar con alguien por lejos que esté. Ahora, el “mensajero” es imprescindible en las computadoras de medio mundo.

Con la evolución del chat llegaron las llamadas telefónicas por medio de internet. Los suecos Niklas Zennström y Janus Friis crearon el concepto “telefonía IP”, que es una especie de convergencia digital entre el teléfono y la computadora. El programa lleva por nombre Skype y lo que hace es que convierte la máquina en una terminal capaz de recibir y enviar llamadas telefónicas a través de internet.

Las llamadas entre usuarios, que permiten el uso de cámara, micrófono y texto, son gratis. La ventaja es que Skype ofrece, mediante una red de nodos telefónicos repartidos por todo el mundo, llamadas a teléfonos fijos por un precio reducido.

Lo más moderno es el “Skypephone”. Se trata de un celular capaz de comunicarse mediante video y voz en tiempo real.

Retomando estas dos tecnologías, las empresas del sector siguen el mismo camino en busca del éxito con nuevos inventos. Google ya ha adelantado detalles importantes del proyecto Android, que tendrá una plataforma basada en código libre y destinada a su instalación en celulares.

Tras conversar

por la red

El chat da mucho, pero también quita, aseguran algunos de sus usuarios. Puede ser más económico que una llamada telefónica, pero no siempre más fiel. La gente se obliga a leer más pero escribe cada vez peor. Es fácil intimar pero no siempre se tiene la certeza de que lo que se dice sea real.

Una de las mayores quejas acerca de las conversaciones cibernéticas es el uso del lenguaje Xat, en el que se abrevian las palabras y se deja de lado la gramática y ortografía.

Otra más son los engaños, los falsos enamoramientos, los malos entendidos causados por no tener la presencia de aquel con quien se está tratando.

Sin embargo, hay muchos que sí han encontrado amistades y hasta conseguido pareja con este medio de comunicación. Liz Villagrana, de Matamoros, haciendo uso de los mensajes instantáneos de Napster (primer portal donde se comenzó a bajar música de forma gratuita) conoció al que actualmente es su esposo y padre de su hija.

Llevan cinco años juntos y todo comenzó por la afición de ambos a la música. Él le pedía por medio de un mensaje que no se desconectara hasta que él terminara de bajar la canción que ella tenía en línea. Ambos fanáticos del rock compartieron no sólo música, sino charlas.

Como el sistema de mensajes en Napster era un tanto rudimentario, decidieron cambiarse al Messenger y el trato se hizo más directo. Esta comunicación se dio por alrededor de un año y luego decidieron que era hora de conocerse. Fueron a un concierto y siguieron saliendo; al mes ya eran novios y casi dos años después estaban frente al altar.

Ahora viven en Texas y usa menos el chat porque cuida de su pequeña hija. “Es una herramienta muy útil y barata”, concluyó Liz.

 

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