Bush Jura Como Presidente de EE.UU. en Medio de Seguridad Sin Precedentes
George W. Bush juró solemnemente sobre la Biblia poner lo mejor de sí mismo en su segundo mandato como presidente de Estados Unidos.
“Juro solemnemente poner lo mejor de mí mismo para preservar, proteger y defender la Constitución de EEUU”, dijo Bush ante un renqueante presidente del Tribunal Supremo, William Renhquist, quien a sus 80 años lucha contra un cáncer de tiroides.
El Presidente cerró la tradicional fórmula de juramento con la frase “que Dios me ayude”.
La ceremonia de la jura se hizo en las escalinatas del Capitolio, sede del Congreso de EEUU, bajo una temperatura que no superó en ningún momento los dos grados centígrados que, con el factor viento, se sintieron como seis grados bajo cero.
Bush prestó juramento sobre la misma Biblia sobre la que lo hizo George Washington en 1789 y que también empleó en 1989, en la misma ceremonia su padre, George Bush.
En esta ocasión, la Biblia estuvo sostenida por la primera dama, Laura Bush. Sus hijas, las gemelas Jenna y Barbara, observaban emocionadas el histórico momento.
Tras la jura, sonaron salvas de ordenanza y el himno “Saludo al Comandante en Jefe”.
El Presidente, vestido con traje y abrigo oscuros, camisa blanca con gemelos, corbata azul claro, llegó a la tribuna que preside el parque central de Washington media hora antes de la toma de posesión.En este gran parque, al que hoy se accede por estricta invitación y previo paso bajo arcos detectores de metales, se calcula que se han congregado cerca de 750,000 personas.
Las escalinatas del Capitolio estaban engalanadas con banderas y estandartes de EEUU.
Un cuarto de hora antes, juró su cargo el vicepresidente Richard Cheney, a quien le tomó el juramento el presidente de la Cámara de Representantes, Dennis Hastert, de quien es amigo personal.
La ceremonia comenzó con una alocución del senador republicano Trent Lott, quien dio la bienvenida a esta 55 ceremonia de jura del cargo de un presidente -que celebró como una continuación del procedimiento democrático- y continuó con una invocación religiosa.
Otro de los momentos interesantes de la ceremonia fue la reaparición en público de Rehnquist, gravemente enfermo de cáncer de tiroides, y quien fue sometido a una traqueotomía en octubre pasado.
Ayudándose por un bastón, y vistiendo su toga de magistrado, Rehnquist bajó las escalinatas hasta el estrado donde serealizó el juramento con esfuerzo pero sin problemas.
Inmediatamente después de la jura, Bush comenzó, entre ovaciones, su discurso de Investidura.
