Acompañamiento en Migración, Empleo y Comercio serán prioridad para impulsar un Proyecto de Integración Binacional Constructivo.
En la Casa Blanca, el Presidente Electo de México Enrique Peña Nieto propuso a su homólogo Barack Obama hacer de la generación de empleos un Proyecto Binacional que comprenda como prioridades Migración, Seguridad y Comercio.
Este encuentro marca un balance positivo entre ambos mandatarios. Escenario que se da en una coyuntura en la que la generación de empleos es una prioridad para ambos mandatarios; lo que representa una oportunidad histórica para replantear la Agenda Bilateral, más allá de una agenda monotemática de seguridad, y trascender a un Proyecto Binacional, donde se privilegie un acompañamiento respetuoso de la soberanía nacional de los pueblos, como lo expreso Peña Nieto, el cual implique la mutua cooperación y corresponsabilidad para lograr una mejor calidad de vida en ambos lados de la frontera por medio del empleo.
Para Barack Obama quién refrendo con 126 votos electorales la Presidencia de los Estados Unidos, tiene un compromiso con la comunidad hispana que representó el 10 % del padrón electoral obtenido el 85% de las preferencias del voto hispano; el cual espera en este segundo periodo presidencial se cumpla la promesa de Campaña de impulsar una Reforma Migratoria, la cual ha dado su respaldo a la reapertura en el Congreso de la propuesta de Reforma Migratoria abanderada por el senador demócrata Charles Schumer y el senador republicano Lindsey Graham quienes van a reanudar las conversaciones sobre dicha propuesta que se derrumbó hace dos años y de cuya aprobación es una atribución legislativa exclusiva del Congreso, y de la cual el Partido Republicano ha roto filas para aprobar esta reforma, en voz del Ex Secretario de Comercio Carlos Gutiérrez en entrevista con Jorge Ramos en Univisión.
Estos vientos de cambio presagian un buen inicio de estas administraciones; justo en el primer encuentro de mandatarios que cada 12 años coinciden con el inicio de cambio de gobierno entre ambos países y que se le bautizo con el membrete del “Espíritu de Houston”, justo hace 20 años; encuentro que derivo la firma del TLC y cuya lectura obliga hoy día, como lo mencionó el Coordinador de Asuntos Internacionales Emilio Lozoya a CNN, a darle cauce institucional a una relación constructiva que se ha venido haciendo entre ambos gobiernos, “añadiendo más canales de interacción con políticas que generen empleos y mejoren la calidad de vida en ambos lados de la frontera”, promoviendo una nueva narrativa discursiva, como el hecho de que las exportaciones mexicanas el 40% de cada dólar generan empleos en EU; va más allá de las recriminaciones mutuas que lesionaron tanto la relación bilateral, al punto de mantenerla en piloto automático como lo reveló el reporte del Woodrow Wilson en el Informe: “Los Estados Unidos y México construyendo una Asociación Estratégica” integrado por académicos especialistas en la relación bilateral.
Este enfoque de la responsabilidad compartida que abandera el Ejecutivo Mexicano, inaugura un nuevo paradigma que distinguirá la administración del Presidente Electo Enrique Peña Nieto, incluso desde sus equipos de transición; siendo notorio la visión de entender la migración como una lógica de complementariedad de mercados laborales, en la que el mexicano en el exterior es visto como un actor para el desarrollo tal como lo afirmó el Dr. Arnulfo Valdivia, Coordinador de Asuntos Migratorios; lo cual plantea una narrativa incluyente del ejecutivo mexicano de incluir a los mexicanos de primera, segunda, y tercera generación para transformar a México, así como de la redes de talentos; las cuales fueron relegadas de la política exterior del saliente gobierno; siendo que Calderón se beneficiará de ello, puesto que al término de su mandato ira a trabajar a la Universidad de Harvard.
La política mexicana inclusive la migratoria que articulará el gobierno entrante plantea dejar de ser una política gubernamental decidida del centro, para convertirse en una política de Estado eficaz, en el que cada nivel de gobierno asuma la responsabilidad que le corresponde. En este escenario se enmarca el Acuerdo Político Nacional signado por las principales fuerzas políticas de México, comprometidas en allanar las reformas que el país requiere para insertarse en la economía mundial, que estimule el mercado interno, y envié como señal a Estados Unidos que la mejor política migratoria es detonar las ventajas competitivas y comparativas de cada región, que unidas en clusters, frenen la emigración al estimular la generación de empleos.
Esta es la nueva visión que tiene el Presidente Norteamericano Barack Obama al afirmar que “así como la Agenda de Reformas de México es de gran interés para Estados Unidos porque todo lo que sucede en México tiene un gran impacto en nuestra sociedad, sé que el Presidente Electo de México, Enrique Peña Nieto, está interesado en lo que hacemos y en temas como la reforma inmigratoria integral yo compartiré con el mis interés y la promoción de algunos temas de interés para Estados Unidos que en última instancia serán de interés para México”.
Esta coyuntura plantea una oportunidad histórica de hacer de las prioridades hemisféricas compartidas ya no una agenda sino un proyecto binacional de gran aliento, para la competitividad de la región.