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La Autoprofecía

En medicina existe cierta enfermedad psíquica denominada hipocondría, donde la persona imagina estar enfermo, los tratamientos médicos contra esta enfermedad son muy complejos, ya que luchan contra un enemigo invisible que se oculta en la mente del enfermo hipocondríaco, creando una enfermedad real, en muchos casos incurable. Ante estas situaciones los médicos recurren a medicamentos con “efecto placebo” en donde se trata con medicina “imaginaria” a una enfermedad “imaginaria”. La palabra “placebo” proviene del latín y significa complaceré. Un placebo es una sustancia que carece por sí misma de acción terapéutica, pero en la mente del ser humano produce un efecto curativo, si éste la recibe convencido de sus propiedades curativas. El efecto placebo ha sido una de las fuerzas de curación más poderosas a lo largo de la historia, utilizada por curanderos, magos, hechiceros y ahora también por médicos.

Pero a veces, muchas veces, se da el caso de enfermos reales, personas que realmente tiene una enfermedad física curable, en donde el medico les receta el medicamento adecuado, pero su mente ya ha determinado que esta grave, y no acepta otra opinión, en este caso cualquier medicamento actuara con “efecto nocebo”. “Nocebo” en latín significa dañaré y es lo opuesto al efecto placebo: es la producción de resultados negativos, por expectativas negativas. Muchas personas experimentan contraindicaciones que no se desprenden de la medicación que toman, sino de su propia mente o de experiencia ajenas contadas por un familiar o un amigo. Esto se demostró durante un experimento, con dos grupos de personas, a todos se les administro edulcorante en forma de grageas, al primer grupo se les dijo que recibirían una droga “similar a la quimioterapia” y al segundo se le dijo que eran vitaminas para abrir el apetito. El resultado asombro a los expertos, más del 30% de los integrantes del primer grupo perdió su cabello, consecuencia característica de la quimioterapia, y más del 50% del segundo grupo aumento considerablemente su peso.

El efecto placebo y el efecto nocebo pueden ser vistos como un tipo particular de “profecía de autocumplimiento o autoprofecía” y nos demuestran la fuerte unión que existe entre el cuerpo, la mente y las emociones. Muchas enfermedades se asocian a estados psicológicos como el miedo, el estrés, o la ansiedad, y no nos resulta tan ilógico pensar en la influencia de placebos y nocebos.

Los latinos, la victimización y la autoprofecía

Llegar a un país extraño, con un sistema de vida diferente, con un idioma diferente, con razas y religiones diferentes nos coloca, inconscientemente, en la condición de “víctima”, pero sentirnos víctimas no es algo que deseamos, ni mucho menos que disfrutemos. Esta condición socava nuestro ego y sentido de valía y nos hace sentir débiles e impotentes, además, influye en la manera en que los demás nos tratan: podemos sentirnos rechazados, humillados, difamados, etc…

Los latinos tenemos cinco formulas muy comunes de placebos que utilizamos para no sentirnos victimas, pero esas mismas formulas se transforman en nocebos cuando son mal aplicadas, muchas veces erramos el camino para seguir adelante y abandonar el papel de víctima, pasando del placebo al nocebo sin darnos cuenta.

1.Comparación Placebo: Nuestra educación latina nos hace comparar para sobrellevar experiencias negativas, y no sentirnos victimas, por eso creemos que todo “pudo haber sido peor”, como forma de minimizar una situación, y elegimos compararnos con aquellas personas que están peor que nosotros. Esta defensa es muy común en personas que sobrevivieron a un accidente o alguna enfermedad grave, y se sienten afortunadas por continuar con vida, incluso ante problemas financieros dicen “bueno por lo menos aun tenemos para comer”. La comparación que nos permite vernos como “mas afortunados que otros” nos aleja del rol de víctimas.

Comparación Nocebo: Si bien es verdad que todas las personas tienen problemas, y en muchos casos peores que los nuestros, la comparación nos permite superar el egoísmo inicial que supone la condición de víctimas pero cuando permanentemente estamos comparándonos con los demás, corremos el riesgo de no “asumir” una situación, ni luchar por modificarla. Nos centramos en el “pudo ser peor”, en lugar de hacerlo en el “podría ser mejor”.

2.Autoinculpación Placebo: Para apartarnos del papel de víctimas, nos transformamos en victimarios, a través de una atribución de culpa, o responsabilidad de todo lo que ocurre en nuestro derredor. No llevar puesto el cinturón de seguridad en un accidente nos hace responsable de nuestras heridas, pero no del accidente. Caminar por un barrio extraño de noche, nos hace responsable de asumir un riesgo, pero no nos responsabiliza de la inseguridad ciudadana. Pensamos que el problema sucedió porque, directa, o indirectamente lo propiciamos. En el mecanismo de autoinculpación hay una sobrevaloración de la responsabilidad personal, si bien es cierto que somos responsables de nuestros actos, hay circunstancias externas que no son parte de nuestra cuota de culpa.

Autoinculpación Nocebo: Sabemos que la culpa y el remordimiento son dos de los sentimientos más perturbadores que existen. Si los exaltamos, perjudicamos aún más nuestra autoestima y capacidad de superación. Además, el mecanismo de autoinculpación nos impide reconocer la vulnerabilidad que tenemos ante ciertas situaciones, al llevarnos a pensar que todos los problemas podrían evitarse.

3.Intervención Placebo: Como latinos tratamos de realizar acciones para evitar que una mala experiencia suceda de nuevo. Nos rehusamos a “quedarnos de brazos cruzados” y decidimos hacer “todo lo que esté en nuestras manos”. Por ejemplo, quien vive un robo instala un sistema de alarma en su casa, aquel que experimenta un infarto comienza una dieta, etc… Y eso esta muy bien, porque la acción directa sobre una situación reduce nuestra percepción de vulnerabilidad, apartándonos del rol de víctima.

Intervención Nocebo: La intervención nos permite aumentar nuestra sensación de control y capacidad, pero puede hacer que nos obsesionemos con una situación. Por ejemplo, ante un asalto colocamos rejas, compramos un perro guardián, instalamos una alarma…. ¿y luego qué?… Vivir pensando en “medidas de prevención”, puede llevarnos a quedar prisioneros de una paranoia…

4.Demostración Placebo: Una forma habitual de abandonar el papel de víctima, es probarles a los demás que no lo somos. Por ejemplo, “puedo arreglármelas solo”, dicen. Otras personas hacen comentarios irónicos, o bromean sobre su situación, a fin de fingir que eso que viven “no es tan terrible”.

Demostración Nocebo: Esto resulta inefectivo cuando se convierte en un “autoengaño”, cuando el “hacer creer” nos lleva a creer que no pasó nada. También puede ser una muestra de debilidad, ya que involucra una “vergüenza” ante determinado problema. Pero lo más grave es que nos aleja de los demás y nos deja solos luchando contra una situación que sería mucho más tolerable si recurriésemos a ayuda externa.

5.Justificación Placebo: Ante la habitual pregunta “¿Por qué a mí?” nos planteamos que nuestro sufrimiento sirve a algún propósito superior y beneficioso, encontrar un significado minimiza el impacto de las crisis, muchas personas piensan que el problema que vivieron las transformó en mejores seres humanos. Es común escuchar comentarios como: “Desde que salí del hospital, disfruto más de la vida y valoro más a mi familia y amigos”, “Creo que antes del accidente no estaba realmente vivo”.

Justificación Nocebo: Si bien este mecanismo nos aleja del papel de víctimas, es prudente preguntarse si debemos esperar ir al hospital o tener un accidente para cambiar, o para mejorar un aspecto de nuestra vida. ¿No hubiese sido mejor valorar la vida siempre? Por otro lado, el mecanismo de justificación puede impedirnos encontrar las verdaderas raíces de un problema, si no compartía suficiente tiempo con la familia, ¿a qué se debía, realmente?

Seguramente usted ha elegido alguna de estas soluciones placebas frente a una experiencia negativa en su vida, porque decidir abandonar el papel de víctima es saludable, constructivo, noble y admirable, sin embargo, debe prestar mucha atención a la manera en que logra “salir adelante” ya que muchas veces pensamos que estamos actuando ante una situación, cuando en realidad sólo estamos creando nuestra propia autoprofecía.

Hasta la proxima

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