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Una pizca de sal puede hacer la diferencia

En México tenemos una gran riqueza de aromas y sabores. Sin embargo, en este paraíso lleno de delicias existen los mitos acerca de uno de los elementos más indispensables en la cocina “la sal”, un condimento valorado en todas las culturas y que solemos usar todos los días y que actualmente forma parte de los ingredientes primordiales de grandes chefs y de aquellos que quieren darle a sus platillos un toque especial. 

¿Quién podría dejar de comer unas ricas jícamas sin sus gotitas de limón y una pizca de sal?. o comer algún platillo con carne y ricas verduras con sus granitos de sal?

La sal es un condimento y forma parte importante de la dieta, sobre todo si está fluorada ya que contribuye al desarrollo de dientes sanos.

Pero desafortunadamente, muchas personas se exceden en su consumo y eso tiene consecuencias severas en la salud, ya que la sal en la dieta faverece el desarrollo de la hipertensión, padecimiento que se origina por un aumento en el volumen de los vasos sanguíneos o también por un aumento en la frecuencia de contracciones del corazón. 

Se denomina hipertensión o presión arterial alta, a una elevación sostenida de los niveles de la presión sanguínea por encima de valores considerados normales esto es: presión sistólica más de 140 mmHg y presión diastólica más de 90 mmHg.

En su origen, como lo comentó el Dr. Francisco Javier León Hernández, cardiólogo de  la Unidad de Especialidades Médicas Lindavista, influyen tanto factores personales y ambientales entre los que destacan:

La edad.

Los hábitos alimentarios, ya que es más frecuente en personas con obesidad que llevan una dieta rica en sal y pobre en potasio, que consumen bajas porciones en verduras, frutas y frutos secos, legumbres y cereales integrales.

El estilo de vida, que incluye el consumo excesivo de bebidas alcohólicas.

El sedentarismo y el estrés psicológico, y

Factores genéticos.

Pero la solución cuando se padece de presión arterial elevada consiste no solamente en tener una dieta baja en sal, sino también en una adecuada valoración médica y en el apego al tratamiento que el médico señal, ya que existen en el mercado medicamentos muy efectivos para su control y sin ocasionar efectos secundarios en el paciente como otros medicamentos como en ocasiones son: bochornos , mareos, problemas de sueño, sed, sudoración excesiva, edema de piernas, tos y sensación de falta de aire.

¿Pero cómo evitar el abuso de sal?

La fuente principal de sodio en la alimentación es la sal, por lo que será necesario reducir paulatinamente la que se utiliza en las cocciones y en la mesa.

También se ha de moderar el consumo de alimentos ricos en sodio como las aceitunas, los quesos curados y otros y de aquellos a los que se ha añadido mucha sal durante su elaboración: embutidos, conservas, cubitos para caldo, frutos secos salados, purés instantáneos, o papas fritas, entre otros alimentos           

Además, una correcta educación del paladar desde la infancia, es la mejor estrategia de prevención para futuras generaciones, potenciando el gusto propio de los alimentos, lo que además evitaría los dificultosos cambios de hábitos a los que se ven obligados quienes precisan reducir con urgencia y por motivos de salud, la cantidad de sal en su dieta diaria.

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