Tú tienes el poder

Arlett Mendoza

Las barreras del lenguaje y la asimilación de una nueva cultura que no es la propia suelen ser obstáculos en el camino de quienes buscan mejorar su calidad de vida y la de su familia en otro país. Sin embargo, con paciencia, perseverancia y una actitud abierta, es posible adaptarse.

Este choque cultural lo define Richard Brislin en su libro Cross Cultural Enconteurs in Face to Face Interactions, como: “Las tensiones y sentimientos de malestar que resultan de tener que satisfacer las necesidades cotidianas, como son alimentarse, cuidar la salud y mantener las relaciones interpersonales en formas a las que no se está acostumbrado”.

El doctor Guillermo Alonso Meneses, director de Estudios Sociales del Colegio de la Frontera Norte, afirma: “Los migrantes, por lo regular, pasada la alegría de haber culminado un viaje que suele ser difícil, se enfrentan con el choque cultural, derivado de las nuevas normas de comportamiento que deben seguir, las cuales pueden ser desde las reglas de urbanidad hasta las mismas leyes. También, muchos de ellos se encuentran ante la dificultad del lenguaje; así, realizar una compra o pedir ayuda para encontrar una dirección, es complicado”. El académico sostiene que se cruza por una crisis de identidad, donde la persona se siente perdida ante las diferencias culturales, razón por la cual muchos optan por dejar de lado sus costumbres mientras otros se aferran a ellas, idealizándolas”.

En este reto de asimilar una nueva cultura, es común que se enfrenten cuatro diferentes etapas, conocerlas puede ayudar a identificar las emociones derivadas y poder combatirlas o reforzarlas, éstas son:

-Luna de miel. El nombre se debe a que al llegar, todo resulta novedoso, por ello durante los primeros días suele haber sentimientos que van de la alegría hasta la euforia.

-Crisis. Éste es un período de transición en donde se comienzan a descubrir todas las diferencias que existen entre la cultura propia y la nueva, éstas son reglas no escritas como la puntualidad o los cánones del respeto que se le deben al otro.

-Recuperación. Durante esta etapa, todo lo que era nuevo empieza a ser familiar, por lo que es más fácil encontrar nuevas estrategias para relacionarse. Por esto, los sentimientos negativos se disuelven y se logra la tranquilidad.

-Adaptación. Al llegar a la última fase, la seguridad que se había perdido regresa mucho más fortalecida, pues la persona se sabe capaz de superar cualquier reto.

El especialista afirma que se pueden seguir algunos lineamientos básicos para facilitar la adaptación, como son: “Observar atentamente la forma en que se conducen las personas originarias del lugar, ya que así conocerán lo que es socialmente correcto e incorrecto. Además es recomendable buscar respuesta a todas las dudas por básicas que parezcan, con la gente que tiene más tiempo residiendo en el país. Entre más información se tenga, mayor será la confianza para interactuar”.

El agobio de no hablar correctamente el idioma y, por lo tanto, recibir burlas, también puede ser un factor que retrase la incorporación del lenguaje. Derivado de esto, se presentan emociones de enojo, rabia y sentimientos de incompetencia, pues la exigencia por aprender en el menor tiempo es alta. Sin embargo, es recomendable tenerse paciencia, perder el temor a equivocarse, ser generoso con uno mismo y saber que, con esfuerzo, se lograrán asimilar los nuevos aprendizajes.

Además, ver televisión, escuchar radio, leer periódicos y hacer amistad con personas con las que únicamente se hable en el idioma ayudará a incorporar más rápido el conocimiento.

Sentimientos como tristeza y nostalgia pueden ser frecuentes, ya que se añora el país de origen y todo lo conocido. A este respecto, el doctor Guillermo Alonso Méneses sostiene que integrarse con las comunidades del país de origen y estar en contacto con la música, la comida y los seres queridos, vía telefónica, por correo postal o electrónico, es una forma de fortalecer los vínculos y la propia identidad”.

La adaptación es un proceso que requiere de tiempo y paciencia para concretarse. En la medida que se tenga una actitud positiva y abierta, sin descuidar las raíces propias, se logrará incorporar a la nueva sociedad y alcanzar los objetivos que se habían planteado al llegar.

bojorge@mexicounido.org.mx

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