¿Preocuparnos u Ocuparnos? 7 pasos para quitar las preocupaciones

Todos tenemos problemas, algunos dicen que la vida sería aburrida sin ellos, pero el tema principal es cómo afrontarlos y cómo resolverlos. Dramatizar o exagerar los problemas en lugar de analizar las posibles soluciones es producir un estancamiento, preocuparse en exceso lleva a un juego mental perverso que no resulta productivo, la preocupación paraliza al individuo creando un circulo autodestructivo, y de esta forma la preocupación se transforma en el verdadero problema.
En mi trabajo de coaching elabore una regla de siete pasos, que ayuda a desbloquear la inmovilidad mental, quitar las preocupaciones y permitir “realmente ocuparse en solucionar los problemas”
1. Identifique su obsesión, porque la preocupación es una obsesión. Muchas personas no duermen o no comen pensando en el problema, y así lo único que consiguen es agravarlo por dañar su salud y la de su familia, incluso la obsesión los lleva a chequear una y otra vez las cosas, añadiendo preocupaciones innecesarias en su cabeza. Muchas personas fabrican la excusa perfecta para evadir problemas, convenciéndose que no están preparados para afrontar los problemas y se hacen a un lado. Por supuesto que estar bien preparado es la mejor forma de disminuir el estrés ante una situación compleja, pero nadie es perfecto y cuando se trata de hacer todo perfecto, la persona nunca se sentirá lo suficientemente lista para un desafío, por lo tanto hay que fijar metas claras y límites a la hora de alistarse para la tarea.
2. Identifique la imagen del problema que está en su cabeza, puede ser real o ficticia, puede ser física o mental, puede ser grave o pasajera, pero definitivamente es la base de su preocupación, al visualizar y reconocer cual es el verdadero problema, comenzara a transitar el camino de la solución. Describir el problema le ayudara a ver claramente el entorno del mismo, recordar datos y situaciones le ayudara a reconocer el escenario real del problema.
3. Identifique las causas del problema, esto le ayudara a distinguir las partes involucradas y las verdaderas razones que le preocupan. Recuerde que su principal enemigo es el miedo, y ese miedo o preocupación golpea dentro de la cabeza y no lo deja pensar, a tal punto que algunos encuentran la solución negando la realidad, en lugar de confrontar el miedo incorporándolo como parte del plan, (no como una autoprofecía en donde los temores se cumplen), sino aclarando la información para definir la situación, ayudando a comparar, teorizar y crear hipótesis, es decir, enfocando realmente el problema a resolver, buscando los pasos a seguir.
4. Identifique la pasión que fluye en todos los problemas, la pasión nace en el corazón, y aunque usted crea que el pensamiento lógico está analizando el tema, debe saber que el corazón influye a la hora de tomar una solución. La forma más efectiva es pensar como un abogado o un científico, ellos ven únicamente los hechos comprobables, no se guían por “chismes”, al quitar
de su mente los “agregados” externos, podrá analizar “las verdaderas razones que componen el problema”.
5. Identifique sus errores teniendo la grandeza de reconocer que porcentaje de culpa tuvo usted en el origen de este problema. No cargue toda la culpa en los demás, sepa que siempre… siempre… siempre… tenemos una parte importante de responsabilidad en todas las cosas que nos ocurren. Tenga la grandeza de asumir su responsabilidad, imaginando su vida sin el problema, trate de ver que cosas estarían mejor y cuales podrían empeorar, como en el ajedrez debe analizar cada jugada, sabiendo que sus fichas están en el tablero y usted es parte del juego.
6. Identifique el problema o lo que queda de él, en realidad, si siguió correctamente los cinco pasos anteriores llegara a este punto con el 90% del problema resuelto, ya que está demostrado que no existen los grandes problemas, sino muchos problemas pequeños que se transformaron en una bola de nieve rodando cuesta abajo, que al chocar contra un análisis serio y concluyente se dispersa en miles de pequeñas fracciones inofensivas.
7. Tome acción sin esperar la aprobación de los demás. Tome sus propias decisiones, si necesita la opinión de un experto hágalo, pero la opinión de otras personas no debe supeditar su decisión, debe aprender a revalorizar su opinión, que sus temores no le impidan confiar en su opinión, muchas personas toman las decisiones que les aconsejan los demás, aunque no estén de acuerdo, solo para no asumir la responsabilidad del posible fracaso o error. Recuerde que el consejo de los otros puede ser el correcto o puede estar influenciado por cuestiones ajenas al problema en sí, escuche la opinión de los demás y más aun de los expertos, pero realmente su opinión y su decisión es la más importante, la decisión final debe ser enteramente suya, porque los problemas también los son. Pregúntese quien conoce sus propias debilidades y miserias, quien sufrió con sus fracasos, a quien afecta la continuidad del problema sin solucionar, y por último… quien es la persona más importante en su vida… Usted… Usted… Usted…

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