Soportando una Relación Infeliz

Vivir dentro de una unión insatisfactoria siempre resultara muy perjudicial para los involucrados, pero sobre todo para la mujer. Sin embargo, las peleas y discusiones pueden generarle tanto en hombres como mujeres: peligrosas fluctuaciones de glucosa en la sangre, hipertensión, ulceras, estreñimiento, colesterol, etc., lo que contribuye al desarrollo de afecciones del corazón, diabetes y el temido derrame cerebral.
Las parejas o familias donde se vive en constantes conflictos, suelen ser más proclives a caer en depresiones y corren el riesgo de elevar o desplomar gravemente el nivel de glucosa en la sangre, contribuyendo con ello al desarrollo de una descompensación metabólica, una condición que puede degenerar en serias consecuencias como la obesidad, la migraña, depresión, insomnio, artritis, etc.
El tiempo de exposición a las situaciones traumáticas es determinante, ya que cuando se han sostenido por largo tiempo pueden crear diabetes, alta o baja presión, artritis, migrañas, etc. Cuanto más se tarde en abordar y solucionar los problemas, mayores serán las consecuencias que se generen. Las enfermedades, ya sean de orden emocional, psicosomático o físico que se mantengan sin tratamiento, suelen agravarse ante a situaciones de violencia, sometimiento, angustia, tristeza, infidelidad o estrés continuado.
Los parámetros de resistencia de cada persona varían según el caso. Las hostilidades y reproches sobre temas como los hijos, el dinero, el trabajo, agravan los desacuerdos favoreciendo las explosiones de irritabilidad y maltrato tanto físico como psicológico. La avenencia y la fidelidad sexual se cuentan entre los factores que más inciden en la aparición de inconformidades en el hombre y enfermedades en la mujer, terminando a la postre en la disolución de la pareja.
Es en la mujer, donde se presenta una mayor predisposición a desarrollar nexos entre los agravios sentimentales y los malestares físicos, creándose así la aparición de enfermedades psicosomáticas. Las situaciones negativas del hogar, la tensión de la convivencia marital, la inseguridad de un mañana emocional y la inestabilidad económica, producen una descompensación metabólica que pone en peligro todo su sistema nervioso y glandular.
Al solicitar a tiempo la asesoría profesional ante la menor amenaza de las conflictivas emocionales o los desacuerdos sentimentales, facilita que la unión se mantenga vigente, más unida y saludable. Acudir con frecuencia a recibir apoyo o directivas psicológicas es la mejor inversión para el mantenimiento de una saludable estabilidad en la pareja y la familia.
Hacer caso omiso a los pequeños desacuerdos con la pareja o los hijos, esperando que el tiempo traiga las soluciones, es jugar a la ruleta rusa con nuestra felicidad. Entendamos que la mayoría, si no es que todas las enfermedades, han sido causadas por conflictos emocionales que no fueron resueltos a tiempo, por lo que sus consecuencias recayeron sobre diferentes zonas u órganos de nuestro cuerpo.
La salud física de una persona determina el nivel de su felicidad emocional y viceversa. Es decir, que una persona feliz siempre mantendrá su cuerpo saludable. Un resentimiento callado puede llegar a ser nocivo para el sistema inmunológico. Por lo tanto, mantener un aceptable equilibrio emocional es obligatorio para las personas que deseen vivir una larga vida llena de felicidad y mucha salud, tal como lo deciden las personas emocionalmente inteligentes.

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