<!--:es-->Precios altos obligan a gastar menos<!--:-->

Precios altos obligan a gastar menos

Los cheques de ayuda, poco eficaces

El Departamento de Comercio informó el lunes que el gasto del consumidor, tras ajustes por inflación, bajó 0.2 por ciento en junio, la lectura más pobre desde una declinación similar en febrero.

Se esperaba una flexibilización luego del salto registrado el mes anterior (+1,8% de los ingresos, +0,8% en los gastos) que habían estado fuertemente influenciados por los cheques de devolución de impuestos distribuidos en el marco del plan de reactivación.

Esos cheques, de un monto significativo (hasta de 1.200 dólares por pareja casada, con un bono por hijos), tienen por objetivo dinamizar el consumo, afectado por la crisis inmobiliaria. Los primeros comenzaron a llegar en primavera a los buzones de correo y los últimos lo harán durante este verano boreal.

Pero hasta ahora los economistas están decepcionados por la escasa eficacia de esta medida.

La inflación se come los ingresos

Los datos publicados este lunes a primera vista son positivos, porque superan las previsiones de los analistas, pero parecen mucho menos alentadores cuando se toma en cuenta la inflación.

“Las familias tratan de mantener el ritmo ante la inflación pero tienen problemas” para mantener el nivel de gastos, subrayó el economista independiente Joel Naroff.

“El consumo subió en junio pero la mayoría de los gastos fue destinado a productos alimentarios y energía, más caros” que el mes anterior, agregó.

Energía y alimentos se disparan

El índice de precios relacionados con los gastos de consumo (PCE) subió 0.8 por ciento en junio, un alza récord desde 1997, la fecha más alejada desde que se cuenta con datos comparables. Sobre un año, el incremento alcanzó 4.1 por ciento, el aumento más notable desde mayo de 1991.

Una vez más, fue la disparada de los precios de la energía y de los alimentos el factor desequilibrante, ya que los aumentos son mucho más leves si se excluyen esos dos items.

Estos incrementos tuvieron repercusiones inmediatas sobre los gastos de las familias.

Menor poder

de compra

En cifras corregidas por la inflación, el ingreso disponible (luego del pago de impuestos) bajó 2.6 por ciento en junio, y los gastos descendieron 0.2 por ciento, las cifras más negativas desde el verano de 2005, en ocasión del pasaje del destructor huracán Katrina.

“La caída real de ingresos y gastos muestra que la devolución de impuestos fue solamente una ayuda temporaria para los consumidores estadounidenses”, constató Amine Tazi de Natixis.

Con la progresiva desaparición de los efectos del plan de reactivación, “el poder de compra será nuevamente muy débil en el tercer trimestre”, advirtió.

La Fed, alerta

Esto plantea un problema para el crecimiento, porque el consumo es tradicionalmente su principal motor. En el segundo trimestre, el Producto Interno Bruto aumentó solamente 1.5 por ciento (en ritmo anual) y la economía logró mantenerse a flote principalmente gracias a la buena performance de la balanza comercial.

¿Pero que pasaría si por un lado el consumo se reduce y por otro el comercio exterior se desacelera como consecuencia de una caída de la demanda mundial?

Estas preocupaciones primarán sin duda en la reunión de la Reserva Federal (Fed), que el martes examinará nuevamente el nivel de su tasa directriz, actualmente fijada en 2 por ciento.

“Ciertamente, el alza de los precios al consumo es tan fuerte que los ortodoxos de la Fed harán sonar la alarma en la reunión de mañana. Se puede esperar un lenguaje fuerte sobre la inflación, pero sin acción”, adelantó Naroff.

En efecto “la verdadera interrogante es si los consumidores podrán continuar gastando luego de (que) sus cheques de devolución de impuestos” ya no lleguen, agregó.

Pedidos a

las fábricas

En otras noticias económicas, el Departamento de Comercio reportó que los pedidos a las fábricas de Estados Unidos subieron en junio al ritmo más rápido en seis meses, reflejando grandes incrementos en los precios del petróleo y una demanda fuerte de equipo militar.

El alza de 1.7 por ciento en junio, el mejor resultado desde un repunte de 1.9 por ciento en diciembre, superó en más del doble la ganancia esperada por los economistas.

El avance fue encabezado por un incremento de 5.2 por cientoe en los pedidos de metales primarios como el acero.

Los pedidos de bienes de capital para la defensa subieron 16.9 por ciento, su segunda ganancia de más de 10 por ciento consecutiva, reflejando una fuerte demanda de implementos militares para combatir en Irak y Afganistán.

Share