Mi hijo(a) vive en casa y no aporta
Cuando los hijos empiezan a ganar dinero y siguen viviendo en la casa familiar, el que deban o no entregarlo al fondo común es una prueba de fuego. Esto permite a los padres conocer el grado de educación que les han dado sus hijos, en valores humanos y sobre la unidad familiar. Es posible que los padres creyeran que tenían una familia unida, pero había unión en todo menos en compartir las responsabilidades.
En la familia debería existir un fondo común, independientemente de si lo ganan los padres o los hijos que vivan en casa. Una familia bien organizada es una institución creada para la unidad, con un mismo destino moral y material. Todos los que pertenecen a ella, están unidos por lazos de sangre, apellidos, ancestros, compromisos religiosos o civiles, cariño, etc.
En ella debe presidir el concepto de “todos para uno, y uno para todos”, por lo que no debe haber excepciones, sobre todo cuando se trata del dinero, del mutuo esfuerzo, y del cariño solidario. Es un grave error y causa de muchos males, que el marido entregue a la esposa una cantidad para los gastos de la casa, y él se quede con una parte de lo que gana. También que la esposa gane dinero y tenga una cuenta oculta para sus gastos especiales. O que un hijo gane dinero y que no lo aporte en casa, o que solo entregue algo por los gastos que ocasiona.
Los hijos nunca deben eludir la obligación de entregar el dinero obtenido al fondo familiar. Porque es posible que a la larga, soliciten el apoyo económico cuando tengan problemas individuales. La familia es la primera red de apoyo, y es el mejor y más seguro lugar donde invertir y guardar dinero, para prevenir las dificultades económicas. Muchas familias se crecen ante la adversidad, y cierran filas al hacerse responsables de los problemas financieros de sus componentes.
La vida da muchas vueltas, por lo que nunca se puede saber si los problemas vendrán de los hijos, los padres o desde los abuelos. Por eso, si todos han sido generosos y solidarios con sus ingresos, tendrán más posibilidades de encontrar soluciones a sus futuros problemas. Si la familia respalda los malos momentos, las adversidades económicas serán menos costosas de sobrellevar.
Cuando un hijo empieza a ganar dinero, si no ha estado bien educado en el concepto de lo que significa la unidad familiar, no sabe cuánto tienen que aportar para los gastos de la casa. Tiene todas las facilidades de niño pero NO las responsabilidades de adulto. Desconoce cuánto cuesta estar en ese “hotel con pensión completa”. Si le conviene, sigue en la familia, y si es mayor de edad, puede irse vivir independiente. Cuando cumplen la mayoría de edad, algunos suelen salirse de casa, o son los mismos padres los que le instan a hacerlo.
Por comodidad, algunos padres prefieren que sus hijos les dejen en paz, y que se queden con el dinero que han ganado, así se evitan discusiones y enfrentamientos. Que los hijos hagan con su ingresos lo que quieran, que se compren lo que quieran y que vayan donde quieran, allá ellos, y que paguen las consecuencias. Esto produce hijos desobligados, irresponsables, los cuales siempre estarán dependiendo de una ayuda inmerecida.
La mayor expresión de unidad familiar, es cuando un hijo entrega sus aportaciones y dice: “Para colaborar en los gastos comunes de la casa, y para que no pasen tantos esfuerzos en sacar adelante a la familia, y todos tengamos una mejor calidad de vida”