“Los Tucanes” hacen una apología a la mafia en su nuevo vídeo

Mujeres, dinero, fusiles, asesinatos a quemarropa y torturas ambientan el nuevo vídeo de la agrupación de música grupera “Los Tucanes de Tijuana”, una apología de la mafia mexicana en la que la violencia se conjuga con la tradición musical.

“La plaza (ciudad) me pertenece / Mientras viva yo decido / Y el que se meta conmigo se muere / Si no se arregla conmigo / Yo no respeto niveles / Menos mi cuerno de chivo (rifle Ak47)” canta la banda en el vídeo de la canción “El papá de los pollitos”, sencillo que le da nombre a la última producción discográfica de Los Tucanes.

El líder del grupo, Mario Quintero Lara, carga un rifle y lanza una ráfaga de disparos contra un grupo de personas que departen en una habitación, la imagen se congela y aparece en la pantalla la leyenda “El papá de los pollitos”.

Así comienza el último vídeo de narcocorridos de Los Tucanes, dirigido por Benny Corral y rodado en la capital mexicana, que muestra con comicidad la vida de un capo mexicano que se considera “el papá de los pollitos” y “tiene fama de maldito”.

Las escenas siguientes muestran a la banda de traficantes ataviados con trajes portando toda clase de armas y pavoneándose por una ciudad mexicana abordo de enormes camionetas con vidrios oscuros.

Los hombres asisten a fiestas con mujeres vestidas con tangas y trajes de baño, realizan ajustes de cuentas, golpizas, atentados, e incluso se puede ver a su líder mutilando el dedo de uno de sus rivales con un cortador de puros, después de fumarse él mismo un habano Cohiba.

Los Tucanes no parecen estar preocupados por el hecho de que su vídeo aparece en un momento en que la violencia relacionada con el narcotráfico en México ha experimentado un brusco rebrote al punto de cobrarse la vida de unas mil personas en lo que va del año.

En rueda de prensa, los miembros del conjunto musical explican que este es el tipo de música que han interpretado durante más de 15 años de carrera artística y que sus composiciones son resultado de la situación que sacude el país.

“Nosotros estamos por la paz”, asegura incluso Quintero, y agrega que quisiera que México no padeciera la actual ola de violencia.

El vocalista sostiene que para este tipo de música existe “un enorme público” y precisa que sus canciones son sólo “diversión” y no un encomio sobre la vida del narcotraficante.

Todo lo contrario, Quintero argumenta que el vídeo busca prevenir a las personas de los “peligros” que conlleva una vida sumida en el delito y advertir a la gente que por el camino del hampa “terminan muertos”.

“Si quisiera ser mafioso y veo lo que hacen y lo que les pasa yo no me enredo y no me meto en ese tipo de problemas”, argumenta.

Los Tucanes, que tienen por tradición lanzar cada año dos discos, uno de rancheras y baladas románticas, y otro de corridos norteños, buscan “retratar una realidad que siempre ha existido con imágenes sin querer educar”, según su líder, quien compuso todas las letras de las trece canciones que integran su último álbum.

Componer narcocorridos en México no es una tarea fácil para las bandas de música grupera.

El año pasado fueron asesinadas tres figuras de este popular género en hechos que las autoridades suponen están relacionados con los poderosos carteles de la droga en México.

Trigo Figueroa, hijo del cantante Joan Sebastián, recibió en agosto pasado en Texas (EE.UU.) un balazo en la nuca cuando trataba de controlar a la gente que salía de un concierto de su padre.

Tres meses después, Valentín Elizalde, “El Gallo de Oro”, de 27 años, fue asesinado a tiros tras haberse presentado en un palenque de la ciudad de Reynosa, cerca de la frontera con Estados Unidos.

En diciembre del mismo año Lupillo Rivera fue ultimado con siete disparos a la salida de un restaurante en la ciudad de Guadalajara.

Estos asesinatos causaron conmoción en el ambiente artístico y temor en el género grupero mexicano, algo de lo que Los Tucanes no son ajenos.

“Cuidamos más las palabras, las frases y las letras, porque es bien delicado y peligroso especular e inventar cosas. Si dijiste una palabra que a alguien no le gustó ahí puedes quedar (morir), por lo cual lo que hacemos es cantarle a todo el mundo y divertirlos a todos sin agarrar un bando”, concluye Quintero.

Share