Los Tres Engaños del Cerebro

La psiquiatría, la psicología y la cirugía cerebral han efectuado infinidad de experimentos con el objetivo de conocer mas a fondo el funcionamiento del cerebro, tal vez, el órgano menos descifrado del cuerpo humano e incluso de los animales, ya que aun esta en estudio el sistema de formación de pensamientos o ideas que nos domina, poco sabemos como se forman los miedos o porque algunas personas son tranquilas y otras ansiosas, pasivas o violentas, amables o iracundas…
El cerebro analiza y procesa la información que le envían los cinco sentidos: lo que vemos, lo que escuchamos, lo que tocamos, lo que comemos y lo que olfateamos… pero a veces… muchas veces… nos hace trampa… nos confunde… nos mezcla información y nos hace creer en situaciones que no son verdaderas… muchas veces la imaginación supera a la lógica…

1- La imaginación
La imaginación es etérea es impalpable, viene desde nuestro interior y nos sorprende como algo exterior, imaginamos cosas o situaciones, y creamos nuestras propias historias.
Pueden ser situaciones que se relacionen directamente con lo que nos pasa o extrapolaciones.
Por ejemplo, si vemos una película de Superman, aceptamos inconscientemente que el personaje vuela, sabemos que el actor esta colgado de sogas de acero, o que son trucos computarizados, pero vamos predispuestos a aceptarlos. Lo mismo ocurre con una película de terror, donde sabemos que el monstruo es de goma plástica, las mascaras son maquillajes o la sangre es salsa de tomate, pero mientras dura la película aceptamos como vivencias reales lo que ocurre en la pantalla.
Lo importante es saber cuando termina la película y comienza la realidad, muchas personas creen vivir historias de telenovelas, donde los personajes son buenos o malos, donde la manipulación de la sociedad se hace a través de esteriotipo “creíbles” y otros “odiables”, donde los “buenos” consumen productos de los anunciantes y por eso son lindos y exitosos y los “malos son muy malos” y siempre terminan presos o muertos, pero todos sabemos que otra es la realidad.

2- Los recuerdos
El cerebro también nos engaña con los recuerdos, porque ellos son nuestra sabiduría particular, es lo que aprendemos del pasado, las cosas que nuestra vida nos fue enseñando. Pero con frecuencia, relacionamos aquello que vemos, con otro tipo de experiencias, o recuerdos. Por ejemplo desconfiamos de alguien que tiene bigotes porque una vez nos robo alguien con bigote, o miramos con desprecio a alguien de diferente color de piel porque una maestra nos relato alguna historia… en estos casos nuestro cerebro habrá jugado en contra de nuestra relación con las otras personas. Generalmente, no advertimos todos estos procesos porque son actitudes inconscientes, y no nos damos cuenta. Cuando evocamos el hecho, describimos únicamente las vivencias relacionadas con la percepción visual y con el pensamiento consciente. Casi nunca hacemos referencia a aquello que escuchamos, sentimos, imaginamos, o intuimos. Esto hace que tengamos una visión incompleta de las cosas.

3- Los cinco sentidos
Cuando el cerebro recibe la información de los cinco sentidos puede procesarla erróneamente, por
ejemplo percibimos auditivamente algo en forma selectiva, dependiendo de la atención que le prestemos. En primer lugar, escuchamos los sonidos más estridentes, algunas personas escuchan independientemente de lo que ven, mientras otras relacionan aquello que escuchan con aquello que ven. También se mezclan los ruidos cercanos que se producen alrededor nuestro con los sonidos que provienen de lejos (aviones, trenes). Cuando la policía investiga un accidente, entrevista a cinco personas y obtiene cinco versiones diferentes del mismo accidente, esto es porque los testigos percibieron en forma diferente el mismo hecho… por su ubicación, por su sorpresa, por sus recuerdos y por sus miedos. El gusto y el olfato son dos sentidos que se relacionan, que viajan juntos… cuando olfateamos alguna comida que nos apetece, sentimos que “se nos hace agua la boca”, esto se debe a que el sentido del gusto ya adelanto los sabores conocidos a nuestro cerebro, y este ya origino los recuerdos registrados. En algunas gasolineras sentimos el olor a la nafta en nuestra boca, como si la hubiéramos bebido. Estar cerca de un basural en putrefacción nos provoca nauseas, ya que el olor penetra por la nariz y boca irritando la garganta.
Debemos recordar que la furia y el amor nacen en el cerebro, el es quien le envía a la mano la señal para pegar o acariciar, le envía a la boca la señal para insultar o decir palabras amorosas, le envía a las piernas la señal para acercarnos o salir corriendo. Por eso esta en nosotros controlar nuestras reacciones y no dejarnos confundir, de esta forma nos ahorraremos problemas, disculpas y muchos sinsabores. Como vemos debemos buscar la razón y el raciocinio en nuestras acciones. Si logramos hacernos “amigos” de nuestro cerebro y podemos manejar nuestras emociones lograremos que la razón prevalezca y nuestro comportamiento sea lógico, mejorando nuestra relación con el mundo, tomando las decisiones en forma fría y razonada con toda la información posible.

Extracto del libro “El ARMERO”
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Hasta la semana próxima.

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