Implicaciones del Mobbing (Acoso laboral)

El mobbing es un fenómeno psico-social, que está afectando gravemente a todo tipo de empresas e instituciones. Significa cualquier acción de acoso que se da en el contexto laboral, desde difamaciones, hasta insultos. Su finalidad es que el trabajador afectado, con frecuencia un miembro competente en el rol asignado por la empresa, abandone su puesto de trabajo, como resultado de un hostigamiento permanente.
Se trata de una forma de violencia sutil (aunque ocasionalmente trasciende a agresiones físicas), que acaba generando emociones desbordantes en la víctima y erosionando sustancialmente su calidad de vida. La situación de acoso puede prolongarse durante meses o años, percibiendo la víctima un deterioro emocional progresivo, que se traduce en alteraciones del estado de ánimo: tristeza, abatimiento, desesperanza, etc., y síntomas de ansiedad, cuya intensidad pueden tener gravedad clínica.
A menudo, el acoso laboral adopta formas de expresión tan sutiles, que lo convierten en una realidad difícilmente objetable por parte de la víctima. De hecho, es habitual que quien lo sufre llegue a sentirse desorientado por la sutileza de los actos de rechazo que sufre, o que incluso en los casos más severos llegue a atribuirse la culpa de lo acontecido.
Puede manifestarse como amenazas, distribución desigual del trabajo, sabotaje de los objetivos de responsabilidad, obstrucción a las opciones legítimas de ascenso en la escala laboral, asignación alevosa de tareas más rutinarias, gestos malintencionados, reducción injustificada del salario, aislamiento/exclusión de la dinámica organizacional, difamación, burlas, infravaloración, acoso sexual, etc.
Ocasionalmente, también se observa que la parte acosadora, que a menudo se siente amenazada por el buen rendimiento laboral de la víctima, y abusa de su autoridad para animar al resto de compañeros a contribuir al mantenimiento de la situación de acoso laboral. El entorno laboral le propicia un contexto idóneo para manifestar tendencias psicopáticas de personalidad, que se traducen en un hostigamiento, dirigido a anular la singularidad de la víctima, y atentar contra su bienestar.
Muchos estudios sugieren que el acosador manifiesta gran temor e inseguridad respecto a su desempeño profesional. De este modo, el mobbing sería un mecanismo compensatorio a través del cual el acosador encubriría su inadecuación.
El objetivo último del acosador sería, propiciar el abandono del puesto de trabajo por parte de la víctima, de modo que eliminaría aquello que interpreta como una amenaza para sí mismo. Aunque la voluntad del acosador es mermar el bienestar del acosado, en ciertas ocasiones subyace en éste una tendencia propia de la psicopatía (ausencia de empatía y personalidad tiránica).
En cuanto a la víctima, se trata de personas que cuentan con amplios recursos técnicos, para abordar con éxito las tareas propias de su puesto. Son empleados cuyas cualidades despiertan, a menudo, los celos de quienes pasarán a ser sus acosadores. Suelen contar con una sólida ideología profesional, que les anima a denunciar situaciones irregulares en el seno de la empresa, lo que les granjea ciertas enemistades con las personas responsables de las mismas.
Las consecuencias sobre la salud son muy diversas, la severidad de las mismas puede hacer necesario un tratamiento psicológico muy especializado. Puede observarse con frecuencia un deterioro importante de la autoestima, un estrés agudo permanente, erosión de la autoconfianza, hiperactivación fisiológica: insomnio, inquietud, síntomas vegetativos como taquicardia, sudoración, temblores, trastornos de ansiedad, depresión mayor, pérdida de motivación, etc.
Además, es frecuente que se deterioren sus relaciones familiares, y que la persona manifieste en última instancia la solicitud de una baja laboral. Estas consecuencias, hacen recomendable la búsqueda de ayuda psicológica especializada.

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