Éxitos y Fracasos

El Rey Midas fue el rey de Frigia a finales del siglo VIII aC, al que los griegos le adjudicaron historias mitológicas, como la de su pedido a Dios de transformar todo lo que tocara en oro… y Dios le concedió ese Don para demostrarle que su deseo material lo llevara a la infelicidad….
El Rey Midas termino sus días solo en su habitación de oro, en su cama de oro, pasando hambre, frio y sin sentir un abrazo o una caricia, ya que los alimentos, las cobijas y quien lo tacara se transformaban en estatuas de oro sólido…
La enseñanza de esta historia mitológica nos hace comprender que el oro por si mismo no es el éxito, el éxito realmente es la lucha por llegar a nuestras metas, entendiendo que nuestras metas no deben estar centradas únicamente en el dinero u oro como fin es si mismo, la historia demuestra que por culpa de su desmesurada ambición el Rey Midas pierde el poder, los afectos, la familia, los sentimientos, incluso los alimentos…
El verdadero éxito reside en las pequeñas batallas diarias, donde perdemos y ganamos todos los días, la realidad es que nadie nace con el éxito grabado en su frente, hay muchas historias de hijos de millonarios que han fracasado y perdido su fortuna, pero también hay innumerables historias de hijos de personas muy pobres que han llegado a ser profesionales de éxito…

Prácticos o Teóricos
Luego de vivir en diferentes países aprendí a desconfiar de las personas que dicen que nunca han fracasado en nada, de aquellos que tienen la solución para todo, prefiero a aquellos que han tocado fondo y han salido a flote, prefiero a aquellos que han luchado para llegar a ser quienes son…
Prefiero a los prácticos más que a los teóricos: los prácticos son aquellos que me cuentan como resolvieron sus problemas, en cambio los teóricos son aquellos que dan consejos desde la teoría, desde las estadísticas, desde la visión idealista del mundo…
Porque los prácticos aprendieron a ser “pilotos de tormenta”, estuvieron en medio de la tormenta y supieron salir de ella, aprendieron a improvisar, saben cómo pasar las peores dificultades con muy pocas herramientas, no se desanimaron ni se detuvieron ante un río, un desierto o un muro…

Seguros o Inseguros
Imagine que usted está buscando una persona que lo ayude en su empresa y se presentan dos posibles candidatos:
-El primer candidato con referencias perfectas, títulos universitarios, importantes cargos en grandes empresas o sea mucha experiencia empresarial…
-El segundo candidato comienza a hablarle de aquellas cosas que no resultaron bien en su vida, de los errores que cometió y de los graves problemas que enfrento
A quien elegiría usted, es muy probable que el común de la gente considere que esta última persona no es apropiada para ayudarla…
Pero antes de tomar una decisión debería preguntarle al segundo candidato, como enfrento cada una de sus adversidades, como sobrellevo sus dudas y logro superarlas, tal vez sus respuestas tengan más “peso” que todos los títulos universitarios del primer candidato…

Fortalezas o debilidades
La mayoría de las personas se incomoda ante una persona que se cuestiona, que duda, que se arrepiente, que admite una debilidad o que se reconoce vulnerable. Los grandes conferencistas o gurú del éxito nos enseñan que las personas deben mostrarse “fuertes” y “sonrientes” para ser “exitosas”, y si se sienten tristes deben
forzarse a sentirse animados, si sienten culpa deben mostrarse indiferentes, si están confundidos deben aparentar seguridad, si enfrentan una crisis deben minimizarla, si experimentaron un fracaso deben ignorarlo, la publicidad nos enseña que “la vida les sonríe” a las personas “fuertes y seguras”
Si bien la aparente “fortaleza” de una persona le permite enfrentar grandes desafíos y resolver problemas difíciles, sus aparentes “debilidades” también son una señal de efectividad y creatividad, ya que el rasgo mas importante en una persona con un alto grado de desempeño, que la distingue del resto, es que conoce tanto sus fortalezas como sus debilidades.
Una persona efectiva y exitosa debe tener muy claro sus limitaciones y admitir sus errores y fracasos, debe ser muy conscientes de sus sentimientos y conductas, procurando aprender de sus experiencias, en especial de las experiencias negativas, porque las experiencias negativas tienen un gran impacto en todas las personas empeñadas en lograr el éxito, la adversidad, el fracaso, las crisis y los inconvenientes fortalecen el carácter y aportan valiosas habilidades. Cuando alguien reconoce sus experiencias negativas y el aprendizaje que le dejaron, está mejor preparado para comprender y apoyar a otros, para trasmitirles pasión por aquello que hace, para dar y recibir retroalimentación y para manejar los cambios culturales, sociales y económicos…

Aprendizajes
Pero para conocer a otros y a nosotros mismos no debemos estancarnos en los fracasos, lo importante es analizar como salimos de ellos, que experiencia nos dejaron…
Debemos formular siete preguntas muy importantes…
Tres ¿Qué?, tres ¿Cómo? y un ¿Para qué?…
Descartemos del vocabulario la pregunta ¿Por qué? significa culpas y no soluciona los problemas
• ¿Qué lección nueva aprendimos?
• ¿Qué pudimos haber hecho… que no hicimos?
• ¿Qué reacciones tuvimos respecto a lo vivido?
• ¿Cómo ubicamos el problema en nuestra vida?
• ¿Cómo asumimos la responsabilidad
de lo sucedido?
• ¿Cómo nos sentimos para enfrentar
un reto similar en el futuro?
• ¿Para qué nos ocurrió esta experiencia
negativa, que significado tiene…?
Estas preguntas nos dan una valiosa información sobre las personas y sobre nosotros mismos, las preguntas sobre los fracasos tiene más información que las preguntas habituales sobre los éxitos…
Cuando una persona enfrenta, reflexiona, habla y extrae aprendizajes de sus experiencias negativas es porque está preparada para los aspectos más difíciles de su trabajo y de su vida.
Hablar de los logros y de los éxitos es mucho más fácil, cualquier persona lo hará con gusto y a todos les agradará escucharla, hay muchos libros publicados sobre el éxito y como lograrlo, pero muy pocos nos instruyen sobre las dificultades y como salir de ellas…
Todas las personas vivimos experiencias negativas en nuestra vida, y todos las enfrentamos de modo diferente. Muchos atraviesan las adversidades con sus ojos, su mente y su corazón cerrado y de esta forma atentan contra su propio crecimiento, en cambio, quienes las viven conscientemente y se abren a las lecciones que les dejan, incrementan las oportunidades de mejorar.
Lo importante es no transformar las experiencias negativas en problemas, conflictos, inseguridades o puntos débiles, todas las experiencias negativas son educativas, por eso debemos analizar que nos dejaron, debemos reflexionar sobre las adversidades que enfrentamos y como las resolvimos…
Por eso cuando alguien le diga que es una persona sin problemas, que el éxito le sonríe, corra lo más lejos posible, busque a quienes tienen problemas y saben resolverlos, de ellos aprenderá mucho mas…

Hasta la próxima

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