Esta elección no se trata del presidente Donald Trump

Esta elección no se trata del presidente Donald Trump

This Election Is Not About Donald Trump

Joe Biden y el Partido Demócrata quieren que los americanos consideren la elección presidencial un voto de referéndum sobre Donald Trump, pero la elección del 2020 tiene que ver con mucho más —más aún que su historial como presidente.
Lo que está en juego en esta elección es nuestra manera de vivir como americanos y todo lo que esto conlleva tal como la libertad individual, la tranquilidad doméstica, y la oportunidad económica. Ya es hora de escoger un bando y decidir si nuestro país forjará un camino hacia una prosperidad renovada o si viajará por el camino que le dará más control al gobierno y que impondrá restricciones a la participación política y a nuestras libertades.
Aun cuando el coronavirus sigue siendo un tema dominante en los ámbitos de la salud pública y la política, debemos preguntarnos que tanto tiempo podemos aguantar encarcelados por el miedo y la incertidumbre. Convertirse en una nación enmascarada, vista privada de libertades básicas ya no es vivir, es morir lentamente. La gente, en particular los americanos, no estamos destinados a vivir confinados como animales de laboratorio.
Sin embargo, al mismo momento en que los americanos quieren que la economía reabra, Joe Biden está pidiendo un cierre nacional. Su agenda agravaría una situación que ya ha visto un aumento en el consumo de drogas y alcohol, así como el abuso doméstico. Igual de importante, una agenda que le da todo el poder al gobierno representaría un golpe fatal a los empleos y a las empresas, al momento en que la economía empieza a arrancar. Una Union Americana debilitada envalentonaría a nuestros enemigos, poniendo la democracia y los mercados libres doquiera en peligro.
Lidiar con una pandemia global no es el único lugar donde la izquierda ha fallado. Los demócratas actuaron lentamente en condenar y desalentar la violencia tras la muerte de George Floyd en Minneapolis en mayo. Durante un verano de disturbios y caos total, el candidato Biden y su partido tuvieron poco que decir mientras criminales violentos destrozaban ciudades americanas. Aquellos que quieren vivir y criar familias de manera segura en comunidades urbanas no recibirán ayuda de los demócratas.
En las semanas que están por venir, ¿Te sentirás seguro en casa si los manifestantes tocan la puerta? ¿Podrás tú, tu familia y vecinos salir sin la amenaza de daño? ¿Confiaras en los criminales para que se vigilen ellos mismos? Cualquier candidato que no se oponga a ese tipo de fuerzas destructivas y desestabilizadoras es un enemigo de comunidades seguras, la ley y el orden.
Claro que la reforma policiaca es necesaria, pero no la lograremos si permitimos que los manifestantes violentos aterroricen a personas inocentes y destruyan el tejido de nuestra sociedad.
Si la opción electoral aún no está clara, considera la obra monumental que debe tomar lugar si queremos reconstruir nuestra economía.
Hoy, los estadounidenses están sufriendo, pero los medios de comunicación no hablan de ello. El informe laboral del Departamento de Trabajo del mes pasado muestra que 19,4 millones “no pudieron trabajar porque su empleador cerró o perdió el negocio debido a la pandemia”. Contra todo pronóstico, la Administración Trump ha logrado que nuestro motor económico vuelva a arrancar. Los planes de Joe Biden que se obsesionan con cerrar la economía destruirán una recuperación incipiente.
Esta no es una elección ordinaria; es momento de decidirse. Y, muchos votantes, incluyendo latinos escogen a Trump. Los 32 millones de latinos que son elegibles para votar en esta elección serán críticos en esta elección y en el futuro. Actualmente, las encuestas muestran el apoyo del presidente Trump en el rango del 30%, una mejora con respecto a sus números de 2016.
Algunos se preguntan por qué el presidente Trump está ganándose el apoyo latino cuando tomó una postura fuerte sobre la inmigración, pero esto no es un misterio: los hispanos aman la libertad, la oportunidad y creen en el sueño americano y en la ley y el orden. Muchos inmigrantes latinos también provienen de países donde la violencia, la corrupción, la tiranía, el nepotismo, la pobreza, y el tráfico de personas y drogas son comunes. Ellos saben que poner más poder en manos de los políticos no se traduce en poder en las manos del pueblo. Los latinos no están a punto de renunciar a lo que han ganado aquí en Estados Unidos.
Durante estos tiempos sumamente difíciles, el camino hacia adelante no nos debería de llevar a un gobierno todopoderoso, sino más bien a más oportunidades individuales. Tenemos que poner la gente a trabajar de nuevo para así crear el motor económico más poderoso y vibrante que el mundo jamás haya conocido. El Covid-19 puso el mundo de puntas, pero seguimos siendo americanos. No nos damos por vencidos. No quemamos nuestra propia casa. Luchamos por un mejor mañana y ganaremos juntos.

 

This Election Is Not About Donald Trump

Joe Biden and the Democratic Party want Americans to see this year’s presidential contest as a referendum on Donald Trump, but the election of 2020 is about bigger things — bigger, even, than assessing a sitting president’s record in office.
The stakes in this election involve the American way of life itself, and all that it promises, including personal freedom, domestic tranquility, and economic opportunity. It’s time for Americans to pick a side and decide whether our country will forge a path toward to renewed prosperity or whether it wants to travel down the road of greater government control and constrictions on political and personal freedom.
Even as the coronavirus remains a dominant issue, both in public health and in politics, we must ask ourselves how much longer we can afford to live imprisoned by fear and uncertainty. Becoming a mask-wearing nation deprived of basic liberties is not living; it is death by a thousand cuts. People — Americans, especially — simply are not meant to live confined like laboratory animals.
Yet, at a time when more and more Americans want the economy to reopen, Joe Biden is calling for a national shutdown. His agenda would worsen circumstances that have already been linked with increased drug and alcohol consumption as well as domestic abuse. And his Big Government agenda would deal another brutal blow to jobs and businesses, just as the U.S. economy is attempting to get back on its feet. Further weakening the U.S. would only embolden our enemies abroad and imperil democracy and free markets everywhere.
Dealing with a global pandemic is not the only area in which the Left’s ideas have proved harmful. Democrats were slow to condemn the violence and chaos that ensued after the death of George Floyd in Minneapolis in May. Throughout a summer of riots and mayhem, candidate Biden and his party had little to say as violent criminals rampaged through our cities. Those who want to live and raise families in safe urban communities will get no help from Democrats.
In the weeks and months ahead, will you be safe inside your home if rioters come knocking? Will you, your family, and neighbors be able to go outside without the threat of harm? Do you trust criminals to police themselves? Any candidate who does not stand up against these destructive and destabilizing forces is an enemy of safe communities and law and order.
Yes, some police reforms are needed. But we can’t work toward them when violent protesters are allowed to terrorize innocent people and tear apart the fabric of our society. If the choice for 2020 is still not clear, then consider the monumental work that must take place if we are to rebuild our economy.
Today, Americans are hurting badly, though the media don’t report on it much. Last month’s Bureau of Labor Statistics numbers revealed that 19.4 million were “unable to work because their employer closed or lost business due to the pandemic.” Against all odds, the Trump administration has managed to get our economic engine going again. The Democrats’ shutdown-obsessed economic prescriptions will destroy a budding recovery. This is no ordinary election; this is a time for choosing. And, many voters, including many Latinos, are choosing Trump. The 32 million Latinos eligible to vote in this election will be critical in this election and future ones. Currently, polls show President Trump’s Latino support in the 30% range, an improvement over his 2016 numbers. Some wonder why Trump is winning Latino support when he took a strong stance on illegal immigration, but it’s no mystery: Hispanics love freedom and opportunity. We believe in the American Dream and in law and order. Many immigrants also come from countries where violence, corruption, tyranny, nepotism, poverty, and human and drug trafficking are commonplace. They know that putting more power in the hands of politicians does not translate to more power for the people. Latinos don’t want to give up what they have gained by coming to America.
The way forward out of these extraordinarily challenging times is not by taking the path of Big Government but rather to expand individual opportunity. We need to get people back to work, and get Americans back to fostering the most powerful, vibrant economic engine the world has ever known. Although COVID-19 has turned life and politics upside down, we remain Americans. We do not give up. We do not burn down our own house. We fight for a better tomorrow, and we win.

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