En las mochilas, todo suma Cómo evitar problemas de espalda

Si tus hijos se quejan de dolor en el cuello, los hombros y la espalda mientras dura el período escolar, quizá ha llegado el momento de controlar mejor lo que cargan en sus mochilas. ¿La has mirado alguna vez? Entre sus “instrumentos de trabajo” pueden haber libros de texto, libretas, carpetas repletas de papeles, ropas y zapatos para hacer ejercicios, calculadoras, computadoras portátiles, teléfonos celulares, el almuerzo y mucho más.

No más del 20 por ciento de su peso

La Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS, por sus siglas en inglés) insiste en que las mochilas demasiado pesadas o colocadas incorrectamente pueden lesionar los músculos y las articulaciones del niño.

Según la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo de los Estados Unidos (CPSC, por sus siglas en inglés), durante el año 2003 se atendieron aproximadamente 21 mil lesiones relacionadas con las mochilas en las salas de emergencias de los hospitales, las consultas de los doctores y las clínicas del país.

Más de la mitad de estas lesiones fueron sufridas por niños en edad escolar menores de 19 años y de esa edad. Si bien hubo cierta cantidad de lesiones traumáticas, como tropezones, caídas o golpes con mochilas, un gran número de ellas – particularmente las quejas crónicas que apreciaron los cirujanos ortopédicos – tuvieron que ver con la tensión en los hombros, el cuello y la espalda a causa las mochilas.

“Cada año los cirujanos ortopédicos vemos más y más niños y adolescentes con mayores dolores y problemas en la espalda. Si bien la causa del dolor no está clara, la cantidad de peso que los niños llevan en sus espaldas ha aumentado significativamente con los años”, declaró el doctor Stuart L. Weinstein, cirujano ortopédico pediátrico, y presidente de la AAOS.

Tener buen juicio a la hora de usar las mochilas puede reducir el riesgo de sufrir lesiones por su causa. La AAOS recomienda que la mochila del niño no debe pesar más del 15 al 20 por ciento de su peso corporal total. No obstante, esta cifra puede variar dependiendo de la fortaleza corporal del niño y de su forma física. Además, es esencial que los padres limiten la cantidad de tiempo que el niño lleva colocada la mochila pesada, y que presten atención a la selección, el contenido y la manipulación de las mochilas de sus hijos.

Cómo evitar

las lesiones

¿Cómo evaluar si la mochila cumple con los requisitos para no causar lesiones al cuello, hombros o espalda de tu hijo? La Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos te recomienda armarla (o enseñarle a tus chicos a organizarla) de la siguiente forma:

Organiza la mochila de manera que se aprovechen todos los compartimientos y coloca los elementos más pesados en el centro de la misma.

No sobrecargues la mochila. Una mochila pesada obliga a la persona a doblarse hacia adelante.

Usa las técnicas adecuadas de levantamiento: dobla las rodillas y utiliza tus piernas para levantar la mochila, colocando una correa a la vez.

Compra mochilas que tengan dos correas acolchonadas y ajustables para los hombros, y asegúrate de utilizar las dos. Colocarse la mochila en un solo hombro o usarla con una sola correa que atraviese el cuerpo no permite que el peso sea distribuido equitativamente, lo que puede ocasionar tensión muscular.

Usa la correa de la cintura para distribuir el peso de manera equitativa entre la espalda y las caderas.

Si la escuela lo permite, opta por una mochila que tenga ruedas, pero recuerda que las mochilas rodantes deben ser cargadas para subir las escaleras.

Es preferible ir varias veces a cambiar los libros de texto, y no cargar con todos los libros necesarios en el día.

“Es fundamental que los padres vigilen el dolor de sus hijos con regularidad. Si el dolor es persistente, limita las actividades del niño, requiere medicamentos o altera sus patrones de sueño, asegúrese de buscar atención médica de inmediato”, señaló el doctor Weinstein.

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