Di no a la “etiquetas”

Esther Gallardo Flores

“Eres egoísta”, “lloras por cualquier cosa” y “todo lo haces mal” son algunas de las “etiquetas” que, en ocasiones, se ponen a los hijos cuando reiteran una conducta o un mal comportamiento. Sin embargo, como padre te corresponde alentarlo y hacerlo crecer moral e intelectualmente, no limites sus capacidades y descubre su verdadero potencial.

“Las frases negativas que se adjudican a los hijos son impuestas sin la intención de ofender; por lo tanto, muchas veces, los padres no comprenden su alcance y repercusiones”, señala Sofía Carrillo Castañeda, psicóloga en educación infantil.

Sin embargo, “generar una etiqueta a partir de un mal comportamiento, como despistado, flojo o irresponsable deja una profunda huella en el concepto que tiene de él mismo lo que le puede provocar un sentimiento de inseguridad e, incluso, lesionar de forma grave su autoestima, pues pueden pensar: Si mis padres dicen que no sirvo para el estudio, debe ser verdad. Y entonces, se cierran a la posibilidad del cambio y la mejora”, resalta la especialista.

Mantener una actitud positiva, de comprensión y apoyo cuando una conducta negativa se manifiesta en los hijos una y otra vez puede ser complicado. Al respecto, la psicóloga afirma: “es aquí cuando los padres deben de mostrar su carácter y su capacidad para corregir”.

Los adjetivos negativos suelen llegar en momentos de enojo o frustración al ver que los niños repiten conductas inadecuadas, por eso antes de decirle algo ofensivo piensa qué adulto, deseas que tu hijo sea en el futuro.

La especialista Sofía Carrillo brinda algunas recomendaciones para evitar esta situación:

No los compares. Calificarlo con respecto a lo que su hermano o primo hace mejor que él no lo ayudará a ser mejor; en cambio, puedes reconocer sus propias virtudes, para que se pueda desarrollar sobre sus cualidades.

Reconoce su esfuerzo y logros por más pequeños que sean. Aprende a conocer sus alcances y limitaciones y aliéntalo para que se esfuerce por ser mejor.

Cuando haga algo incorrecto, hazle ver su acción, pero no lo califiques a él. Por ejemplo: “Los platos están mal lavados”, en lugar de: “eres sucio”. Piensa antes de hablar, no le digas adjetivos despectivos o que lo reduzcan como ser humano.

Un niño cuando siente que es valioso y digno de ser amado, tiene una autoestima alta y es capaz de llegar hasta donde se lo proponga. Por ello, recuerda que todo niño tien un gran potencial, sólo debe de encontrar un ambiente que le estimule y lo aliente para el éxito.

“Somos buenos, seamos mejores”.

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bojorge@mexicounido.org.ms.

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