De tu Vida y la Mia

De tu Vida y la Mia

Vamos por la existencia aprendiendo a base de aciertos y errores, y así se irá abriendo la ruta que nos llevará a nuestro destino.
Viajamos por veredas donde no existen señales que guíen nuestro destino, solo existimos mientras vamos dejando las huellas de nuestros pasos al transitar.
Porque en la vida no existe ni el bien ni el mal, solo las consecuencias de nuestros actos, pensamientos y emociones.
Pero la experiencia que vamos acumulando, nunca será suficiente para resolver cada nuevo reto que nos irá exigiendo la diaria supervivencia.
Todas las vicisitudes sentimentales de nuestra existencia carecen de lógica, y las consecuencias siempre resultarán diferentes ante cada situación.
Cada evento es único, y debemos estar preparados para enfrentar lo inesperado, y vivir siempre alertas ante lo inseguro o lo imprevisto.
Cada momento vivido es diferente porque ya dejó de existir, y a partir de ese instante, también nosotros ya no seremos aquellos que creíamos haber sido.
Solo existimos en el escaso tiempo en que tenemos conciencia de que sentimos, pero un segundo después, ya habremos dejado de ser quienes éramos.
Nuestro conflicto nace cuando deseamos que se detenga el tiempo, y regrese reviviendo los ayeres que ya nunca volverán.
Nuestras inconformidades crecen cuando deseamos modificar a la persona que suponemos amar, para ajustarla a la fantasía de nuestras múltiples necesidades.
¿Por qué luego nos aterran los cambios de esa persona que decimos amar, si es la constancia de las transformaciones que la naturaleza le va formando?
Podemos ir creciendo mientras caminamos juntos, solo para hacernos compañía. Y solo seguiremos unidos mientras coincidan nuestras fantasías.
Más cuando nuestras ilusiones se hayan marchitado ante una realidad inesperada, nos diremos adiós, y partiremos sin prisas a tomar desconocidos senderos.
En ese final, nos daremos la mano en señal de un eterno agradecimiento, sin que por ello nos agobien los sucesos del pasado, porque juntos los disfrutamos.
Solo se escucharán los ecos de un amoroso adiós que resonará en todos los ayeres, con las tranquilas palabras de Amor y Paz, Perdón y Olvido.
Y con los eones del tiempo, nuestra conciencia se habrá disuelto en el espacio sideral, ahí donde todos los infinitos ya dejaron de existir.

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