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Cuando vives sin pareja

Muchas mujeres conservan la expectativa de encontrar como pareja, a un hombre maduro, productivo, estable, inteligente, paternal, simpático, detallista, excelente amante, que no sea demandante, que sepa dar libertad, buen conversador, etc.
Mientras tanto, ellos buscan a la mujer hogareña, productiva, inteligente, buena anfitriona, maternal, callada, ahorradora, que aporte a la economía de la unión, que lave, planche, aspire, cocine, que cuide su apariencia, que se vea sexy, etc.
Pero la revolución sexual y el feminismo rompieron el equilibrio del papel que le correspondía representar a los hombres y el destinado a las mujeres. Ahora la mujer tiene más actividades que antes, debe estudiar, trabajar y atender a su familia. Los varones se asustan frente a la mujer que compite con ellos, ya que a menudo están más calificadas. Y esa amenaza se extiende al campo sentimental.
Al dejar la soltería, deben estar conscientes de que ambos van a irse modificando durante el tiempo que dure la unión. Anhelar una pareja perfecta, puede llegar a convertirse en un obstáculo para convivir con un ser humano de carne y hueso. Porque éste ser tiene virtudes y defectos. Y al igual que nosotros, necesita paciencia, comprensión y devoción para irse perfeccionando.
Mientras estudian carreras universitarias, hombres y mujeres no incluyen en sus materias la de ir Creciendo Juntos. Todo esto lo posponen para después que cumplan los 30 años o más, y decidan iniciar un matrimonio formal. Imaginan que con una ceremonia legal o religiosa, como por arte de magia contarán con las habilidades que no desarrollaron.
El problema radica en que nadie desea comprometerse a un verdadero esfuerzo. Cada día son más las mujeres y hombres, profesionistas, independientes, inteligentes y de éxito, que ven pasar los años sin encontrar pareja. Ahora las personas solteras son seres, atractivos(as), de aceptable posición económica y buen carácter. Están supliendo la soledad afectiva y la falta de pareja, con presentación impecable, desarrollo intelectual y logros profesionales.
Solteros y Solteras, se han quedado atrapados en un espacio muy limitado dentro de la sociedad. Se les dificulta encontrar personas en su misma situación, ya no para casarse, sino para acompañarse y entablar una amistad. Pero la soledad no es exclusiva de las personas solteras, hay mujeres que aun estando rodeadas de mucha gente llegan a sentirse muy solas, y sufrir de carencias sentimentales. También en las personas casadas, que comparten su vida con una pareja, es frecuente encontrarles viviendo en una “soledad acompañada”.
Para tener el valor de amar, se debe renunciar a creer que el Amor es la cura para la soledad. Es estar dispuestos a aceptar la convivencia de dos soledades: la de la otra persona y la propia. Nunca hables de sentimientos si no los sientes. Tampoco entres a la vida de alguien si vas a romper su corazón.
La medida de la felicidad de un matrimonio, no es cuantos años han vivido juntos, sino qué tan grata ha sido la convivencia del uno con el otro. Porque es muy triste enamorarte, para encontrar al final que no funcionó, y que perdiste años con alguien que no valía la pena. Si ese es tu caso, mejor déjale ir. El desafío no es como sobrevivir a un rompimiento, sino aprender de ello, y sonreír.
Amar no es convertirse en la persona perfecta para alguien. Es encontrar a quien te ayudará a transformarte en una persona extraordinaria.

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