Conservando la Relación por Lástima

Muchas veces terminar una relación se torna una difícil decisión, sobre todo cuando esta se inició con grandes esperanzas y fabulosos proyectos al futuro. La razón nos indica cautela, pero el corazón nos recomienda una total indiferencia. El amor que una vez fue glorioso y triunfó sobre las peores dificultades, ahora es un cadáver al que debemos darle sepultura.
En ocasiones nos quedamos varados en una relación donde el romance y la fantasía inicial claudicaron tiempo atrás. Y a veces, un leve rayo de esperanza coquetea en nuestra mente esperando por un milagroso cambio ue hará regresar la película al inicio, y que el drama que ahora nos agobia haya sido un mal sueño. Nos abrazamos a la posibilidad de que nuestra realidad tenga una transformación, solo si somos capaces de soportar un poco más. Pero en ese auto engaño nos han venido sorprendiendo los tiempos.
Sin saber la causa, nos ataca el miedo por el destino de la pareja, a pesar de que los lazos se extinguieron inviernos atrás. Ya no existe nada rescatable, pero nos agobia la idea de que la otra persona pueda entrar en una crisis que le haga perder la cordura. El hombre teme que su mujer deje la imagen que ha conservado, y se aplique a liberarse del compromiso que la tuvo atada por años, y luego se dedique a salir con amistades, a frecuentar los bares para mitigar sus penas en alcohol o en relaciones sexuales indiscriminadas.
La mujer se abstiene de iniciar la separación, aunque ya no le quede una pizca de amor, y por su instinto maternal le preocupa que al sacarlo de su vida, el hombre se hunda en los vicios, que por decepción se consuma en las drogas y ruede por las calles inspirando lástimas. Y solo por compasión, se aguanta un poco más esperando que el tiempo obligue a entrar en razón a su pareja, o que la inminente ruptura se haga en términos pacíficos.
Al llegar a este extremo ya no somos capaces de inspirar amor, tampoco se volverá a encender la llama del deseo, solo nos habrá quedado la tristeza por nosotros mismos y un extraño sentimiento de piedad por la contraparte. Ninguno se atreve a confesar su verdad y ahogan sus palabras con silencios. La realidad es, que los dos sienten la misma lástima del uno por el otro. Y por este sentimiento continuarán unidos, para no sentirse culpables si sobreviniera alguna consecuencia dramática y apocalíptica.
Si iniciaran un diálogo sincero, ambos se darían cuenta que al concluir la relación, ninguno lanzaría su vida por la borda. Toda su elucubración habrá sido una fantasía nacida de la piedad que aun sienten por su pareja. Después del corte no pasará nada de aquello que fue tan temido, y que la fantasiosa compasión que les mantuvo atados tan solo era un fantasma de papel.
Bajo esta triste situación, muchas parejas continúan viviendo en la misma casa y aun durmiendo en la misma cama, cuando sus cuerpos y sus almas hace tiempo que habitan en mundos diferentes. Han creado un foso lleno de indiferencias para marcar su separación, la que reafirman con un lenguaje corporal y expresiones verbales y faciales que expresan su violento rechazo. Solo les ha quedado un trato mínimo que les permita soportarse un tiempo más, pero sin tener definido el para qué.
El odio es una solida y perdurable atadura. Se trata de un amor triste que se disfraza de antipatía y resentimiento para justificar su existencia. Mientras tanto, el tiempo sigue transcurriendo y desperdiciándose en dolorosos rencores. La felicidad que una vez se vivió se les ha escapado de las manos, y solo viven arrinconados rumiando sus fracasos y culpándose mutuamente de sus tragedias.
Si todas las ilusiones y el romance se han perdido, se debe tomar una decisión valiente por quien desee liberarse primero. Pero si alguno o ambos le encuentran una oculta ventaja al rencor, y al mantenerse indefinidamente viviendo en esa infeliz situación, entonces permanecerán estáticos esperando que el fallecimiento de alguno ponga fin a esta calamidad.
Definitivamente, ambos necesitan ayuda profesional tal como la que se ofrece en la Clínica de Psynética, una asesoría que les permitirá obtener la estabilidad emocional. La decisión vendrá del que sea mas inteligente..

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